¡Una obra de proporciones bíblicas! Unas físicas jamás vistas, y una manera de manejar la acción que queda en la historia. No hay forma, pensaría yo, de que cada cromo, trozo quebrantado de madera, pueda ser manipulable. Una narrativa directa y efectiva. En un punto parece que no finaliza, y cuando lo hace, querés que no lo haga más. Quizás deba guisar más estas sensaciones, así que prontamente:
Mi nota es 10/10.