Estrella de Belén: Científicos aseguran que sí fue un milagro

La Biblia, en el capítulo segundo del Evangelio de San Mateo, relata que “habiendo nacido Jesús en Belén de Judea …, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando: ‘¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo’ … De pronto, la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría”.

Desde entonces, muchos han intentado explicar que fue realmente la mítica estrella que apareció en el cielo de Belén hace más de dos mil años. Emilio García, científico español de divulgación del Instituto de Astrofísica de Andalucía, entrevistado por el medio larazon.es, comentó que en el Evangelio apócrifo de Santiago se alude a “una estrella indescriptiblemente grande” que deslumbró con su brillo.

Según él, lo que habría ocurrido en Belén habría sido la explosión de una supernova o estrella muy masiva al final de su vida. “La estrella no se recupera y queda hecha jirones. Pero al ser un fenómeno tan energético, tan luminoso, el aspecto que presentaría en el cielo sería como si la estrella hubiera aumentado su brillo en un factor mil”.



El famoso científico alemán Johannes Kepler, por su parte, postuló que la estrella de Belén había nacido luego de una inusual conjunción planetaria. En una noche de diciembre de 1603 Kepler fue testigo de la conjunción de Saturno y Júpiter que se produjo en la constelación de Piscis. Y, haciendo cálculos, comprobó que en torno al año 6 a. C., se pudo producir un fenómeno parecido, por lo que esa podría haber sido la llamativa señal luminosa en el cielo que recibieron Melchor, Gaspar y Baltasar.

Astrónomos contemporáneos como David Hughes, de la Universidad de Sheffield, avalaron esta teoría: “si se lee la Biblia cuidadosamente, los Magos le dijeron a Herodes que vieron una señal. Y cuando dejaron Jerusalén, la contemplaron otra vez.

Por eso pudo tratarse de una triple conjunción entre Júpiter y Saturno, es decir, ambos planetas se alinearon entre el Sol y la Tierra. De esta forma, Júpiter y Saturno se acercarían en el cielo tres veces en un periodo corto de tiempo y el efecto sería similar al de una estrella superbrillante”.



Sin embargo, contrariamente a estas conocidas teorías, dos científicos cristianos postularon que la estrella bíblica de Belén sí fue un milagro divino. Steve Gollmer, profesor de física y director del programa de física de Cedarville University de Ohio, citado en el medio evangelicodigital.com, descartó la teoría de la conjunción de los planetas explicando que, de acuerdo al relato de Mateo 2:9, la estrella de Belén estaba moviéndose en el cielo hasta que, de repente, se detuvo sobre el lugar exacto donde había nacido el niño Jesús.

“Ningún fenómeno astronómico va a moverse a un lugar determinado. Especialmente si los sabios están viajando, la perspectiva de las estrellas va a cambiar a medida que pasa el tiempo. Entonces, una hora después, todo el cielo se mueve en un ángulo de 15 grados. No vas a tener, digamos, esta conjunción de Júpiter y Saturno descansando en un lugar en el cielo y simplemente permaneciendo inmóvil allí para que los sabios la sigan”.

Golmer agregó que “los eventos raros son interesantes e intrigantes. El hecho de que podamos predecir estas conjunciones y extrapolarlas 2000 años atrás es sorprendente para la regularidad del universo legítimo de Dios, pero asociarlo a la estrella de Navidad, lo dudo”.



Danny Faulkner, astrónomo e investigador de Answers in Genesis, se mostró de acuerdo con su colega, comentando que “una de las teorías más populares que ha existido por mucho tiempo es que la estrella de Navidad era una conjunción de planetas. Estos tipos de soluciones, por así decirlo, para la pregunta de la estrella navideña han sido básicas durante al menos medio siglo. Pero hay problemas con ese tipo de comprensión”.

Falukner detalló que “ese tipo de descripción no se ajusta realmente a ningún cuerpo astronómico conocido, particularmente a una conjunción de planetas. Soy de la opinión de que Dios probablemente creó una luz especial en el cielo para que los magos la vieran en ciertos momentos y para que se comportara de cierta manera en ciertos lugares”.

“Y no es muy diferente de lo que Dios usó en el desierto para la gente de Israel que se marchó de la esclavitud de Egipto. Había una columna de humo de día y una columna de fuego de noche que los guiaba. Y no creo que debamos buscar explicaciones naturalistas para eso, como tampoco deberíamos buscar explicaciones naturalistas de lo que fue esa estrella que vieron los Reyes Magos”, agregó.



Fuente: Guioteca.