Una pelea por el wifi acaba con tres compañeros de piso heridos

Los pisos compartidos dan para muchísimas anécdotas. En ellos conviven en ocasiones personas que no se conocían de nada, muy diferentes entre sí en origen, formas de ser y gustos, suele haber problemas con el casero, fiestas que se van de las manos (sobre todo en los pisos de estudiantes), y provocan conflictos con los vecinos…

Pero todos esos pequeños líos son simples anécdotas si se comparan con lo que ha sucedido en un piso compartido de Oviedo y que ha terminado con heridos, detenidos y una historia que, aunque parece difícil de creer, es absolutamente real.

Sucedió el pasado jueves en un inmueble del barrio de Pumarín, aunque ha trascendido ahora. Según explican varios medios de comunicación asturianos, los hechos se produjeron a media tarde, cuando varios de los cinco residentes notaron en sus teléfonos móviles que no funcionaba el wifi del piso, lo que empezó a caldear el ambiente. 

Entonces una inquilina llamó desde su habitación, en la que entró junto a otros dos compañeros, a la empresa telefónica, intentando resolver el problema.

Pero por alguna razón que se desconoce uno de esos dos chicos salió repentinamente de esa habitación muy cabreado y se dirigió a la suya, donde cogió un hacha y regresó a la habitación donde estaban realizando la llamada gritando “te voy a matar” y amenazando a sus compañeros. 

Para entonces, otro de los inquilinos, ajeno a todo en su habitación, decidió llamar a la Policía Nacional y contarles lo que estaba ocurriendo en la vivienda al ver que la situación empezaba a ser muy preocupante.

El hombre que cogió el hacha golpeó con la parte de la madera a la chica que llamaba a la compañía de teléfono en la parte frontal de la cabeza y además después le rompió el teléfono móvil, tirándolo al suelo y destrozándolo de un hachazo. 

El otro compañero que estaba en la habitación intentó mediar y separar a ambos y, tras forcejear y recibir un fuerte puñetazo en la cara por parte del portador del hacha, acabó defendiéndose mordiéndole en un dedo, lo que le produjo la amputación de una falange del meñique. Es decir, los tres compañeros que estaban en la habitación terminaron heridos.

Cuando la Policía llegó al inmueble se encontró con un escenario de lo más dantesco: en el portal había un hombre lleno de sangre y en la casa estaba una mujer con un fuerte golpe en la cabeza, y el piso en general con los ánimos muy encendidos. 

Los tres heridos fueron trasladados al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) para ser atendidos, y de ellos los dos varones fueron posteriormente detenidos. 

Ambos podrían ser juzgados por sendos delitos de lesiones, y el portador del hacha, que deberá cumplir una orden de alejamiento, también por un delito de amenazas de muerte, aunque han quedado en libertad con cargos.

Al parecer no es la primera vez que se produce un altercado en ese piso compartido, en el que debe de haber una convivencia bastante tensa, aunque hasta ahora no se había desencadenado ninguna situación tan grave.