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El ADN (ácido desoxirribonucleico) es la molécula del interior de las células que contiene la información genética responsable del desarrollo y el funcionamiento de un organismo y que, en el caso de los seres humanos, determina y nos da toda nuestra individualidad y nuestros rasgos físicos, que se definen por el número de cromosomas y el orden de las secuencias que contienen. En 1953 el estadounidense James Watson y el británico Francis Crick descubrieron la estructura molecular en forma de doble hélice del ADN, que le permite a este replicarse y traspasar información de una generación a otra. A medida que los científicos comenzaron a decodificar la molécula del ADN humano encontraron un hallazgo colosal: Un exquisito lenguaje compuesto de 3.000 millones de letras genéticas, almacenando información en forma de un complicado pero armonioso código digital, En 1973, J.J. Hurtak, científico de la Universidad de California, descubrió un patrón bastante singular en el ADN que forma saltos en la secuencia de aminoácidos, que él denominó “puentes”. Hurtak descubrió que el primer salto era un intervalo de 10, el segundo de 5, el tercero de 6 y el cuarto de 5 aminoácidos. Su investigación demostró que este patrón en el ADN humano se repetía todo el tiempo: 10,5,6,5; luego 10, 5, 6, 5; después de nuevo 10, 5,6,5 y así sucesivamente. Pero ¿Qué tienen de particular estos cuatro números? Pues que representan el valor numérico de las cuatro letras hebreas que forman el Tetragramatón o Nombre de Dios (YHVH), que se pronuncia Yahveh, y que significa “Yo Soy el que Soy”. En la Biblia, en Jeremías 16:21, se lee: “Por eso, ahora voy a darles una lección. Les voy a enseñar de una vez por todas los que es mi poder y mi fuerza; así aprenderán que mi nombre es Yahveh”. Como se sabe, el Tetragramatón o Nombre de Dios en la lengua hebrea (YHVH) tiene las siguientes correspondencias: la yod (Y) tiene un valor numérico de 10, la hei (H) tiene un valor numérico de cinco, la vav (V) tiene un valor numérico de seis, y la hei (H) final tiene un valor numérico de cinco. De ese modo, los números 10, 5,6,5, que se repiten una y otra vez en el ADN Humano, equivalen a YHVH, es decir, al Nombre de Dios en hebreo, lo que para algunos es la evidencia de que Dios, el Supremo Creador del Universo, tal como hacen algunos arquitectos en sus obras magnas, estampó su nombre en su más famosa creación: el hombre. Para algunos teólogos y criptólogos, este sorprendente hallazgo no sólo sería una prueba irrefutable de la existencia de Dios, sino que también pondría en evidencia el hecho de que Dios no estaría vinculado con el ser humano sólo a nivel general, sino que también en su vida integral, en cada detalle físico y psíquico de su existencia.2 VOTOSFuente: Guioteca.
Una interesante coincidencia. Sin duda la antigüedad encierra conocimientos herméticos y secretos que serian de mucha ayuda para la ciencia moderna. Lastima que sigan siendo un misterio.1 VOTOGwenaelle470Hace 2 meses2
Intuyo que el origen puede ser posterior,cuando Francis Crick escribe 'A la búsqueda científica del alma' donde ya se cuestiona el alma en el hombre.2 VOTOSEDITADO EL 30-08-2024 / 17:35 (EDITADO 1 VEZ)