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El llamado incidente de Mercy Brown, ocurrido en 1892, fue parte del pánico vampírico más amplio y conocido de la historia de la región de Nueva Inglaterra, en el noreste de los Estados Unidos. Allí se produjo uno de los casos mejor documentados de exhumación de un cadáver, con el fin de realizar un ritual antivampírico para desterrar la supuesta presencia y manifestación de no-muertos. Este misterioso caso ocurrió en la localidad de Exeter, en el estado de Rhode Island, lugar donde se produjeron varios casos de tuberculosis que afectaron a varios miembros de la familia de George y Mary Brown. La tuberculosis se llamaba por entonces “tisis” y era una enfermedad devastadora y muy temida, aunque amigos y vecinos de la familia creían que esto se debía en realidad a la maligna influencia de los no-muertos. La madre, Mary Eliza, fue la primera en morir a causa de la enfermedad, seguida en 1884 por su hija mayor, Mary Olive. En 1891, su hija Mercy, de 19 años, y su hijo Edwin también contrajeron el mal. Como ya se mencionó, amigos y vecinos de la familia Brown creían que uno de los familiares era un vampiro, aunque no usaban ese nombre, y había causado la postración y muerte de sus parientes más cercanos. Finalmente, se convenció al patriarca de la familia, George Brown, para que diera permiso para exhumar los cuerpos de sus familiares fallecidos. Los aldeanos, el médico local y un periodista exhumaron los cuerpos el 17 de marzo de 1892. Los cuerpos de Mary y Mary Olive exhibieron el nivel esperado de descomposición, por lo que se pensó que no eran la causa de las muertes, pero el cadáver de la hija menor, Mercy, casi no presentaba descomposición y todavía tenía sangre en el corazón, lo que se interpretó como una evidente señal de que la joven era una nosferatu, es decir, una no muerta que se alimentaba con sangre de los vivos. Como dictaba la superstición, el corazón y el hígado de Mercy fueron extraídos del cuerpo y quemados, y las cenizas se mezclaron con agua para crear un tónico que se le dio a beber al enfermo Edwin, como un esfuerzo por resolver su enfermedad y detener la supuesta influencia de los no-muertos. El joven, pese a todo, falleció dos meses después. Lo que quedó del cuerpo de Mercy fue enterrado en el cementerio de la Iglesia Bautista de Exeter tras ser profanado. Al final, el padre, George Brown, fue uno de los pocos que nunca contrajo tuberculosis y vivió hasta 1922, el tiempo suficiente para ver a los bacteriólogos Albert Calmette y Camille Guérin descubrir la vacuna BCG, que se usaría ampliamente para tratar y curar la tuberculosis. El incidente vampírico de Mercy Brown serviría en las décadas siguientes como inspiración de relatos y novelas, como la novela para adultos “Mercy: The Last New England Vampire”, de la autora Sarah L. Thomson. Los estudiosos también han sugerido que Bram Stoker, el autor de la famosa novela “Drácula”, conoció el caso Mercy Brown a través de artículos periodísticos y basó el personaje de Lucy Westenra en ella. También se menciona que el caso habría inspirado el cuento “The Shunned House”, del maestro de relato de horror H. P. Lovecraft.3 VOTOSFuente: Guioteca.
Pocas criaturas mitológicas cautivan nuestra imaginación como los vampiros, el misterio de los no muertos. Sin duda es todo un enigma como su cadáver permaneció sin descomposición evidente durante tanto tiempo. No es de sorprender que haya inspirado tantos relatos.1 VOTO