La maldición de Hannah Cranna

Hannah Cranna, una mujer que vivió en Monroe, Connecticut a finales de 1700 - mediados de 1800. Hannah era como cualquier otra residente de Monroe hasta su marido, el capitán. Joseph Hovey, murió de una manera extraña y trágica. Salió a pasear una noche y de alguna manera acabó cayéndome de un acantilado en una zona que conocía muy bien.

La gente del pueblo se apresuró a sacar conclusiones precipitadas y pronto comenzaron a circular rumores de que Hannah era una bruja y que había lanzado un hechizo a su marido. La gente del pueblo creía que lo había confundido lo suficiente como para vagar por un acantilado. A partir de entonces, Hannah era conocida como Hannah Cranna, y la gente del pueblo la evitó como la peste.

Después de la muerte de su marido, Hannah vivía sola en su propiedad con sus pollos y, al parecer, incluso algunas serpientes. Ella se vistió con un atuendo de luto negro y se llevaba bien con algunos de sus vecinos, pero no todos. Su situación financiera se volvió grave después de la muerte de su marido, y ella no estaba por encima de usar su reputación como bruja para extraer comida y leña de sus vecinos.

Las maldiciones de Hannah Cranna:


Hannah Cranna se hizo conocida por las maldiciones que supuestamente le puso a los vecinos que la agraviaron.

Una de esas historias involucra a una vecina que era famosa por sus habilidades para hornear. Acababa de terminar de hornear un lote de pasteles cuando Hannah Cranna vino y pidió uno. La vecina, recelosa de los rumores que rodeaban a la bruja, le dio el pastel más pequeño. Sin embargo, Hannah Cranna no estaba satisfecha y pidió un pastel más grande. Cuando la vecina se negó, Hannah Cranna supuestamente le puso un hechizo. A partir de ese día, los pasteles del vecino nunca fueron tan buenos como una vez.

Según otra leyenda, dos hombres una vez condujaron un carro de buey lleno de heno más allá de la casa de Hannah Cranna y decidieron burlarse de ella. Hannah no tomó amablemente su comportamiento irrespetuoso y usó sus poderes para hech hechchar los bueyes y el carro. Los bueyes de repente dejaron de moverse, y las ruedas del carro se cayeron, lo que provocó que el heno se derramara por todas partes.

Otra historia sobre Hannah Cranna cuenta de un joven que invadió su propiedad para pescar en su arroyo para la trucha. Sin embargo, la bruja lo atcogió en el acto y, como castigo, supuestamente lo maldijo para que nunca fuera capaz de volver a atrapar otro pez.

Hannah Cranna adeletó su propia muerte a un vecino e instruyó que su ataúd debía ser llevado a su tumba a mano, en lugar de en su carro. También advirtió que debía ser enterrada antes del atardecer. Hannah Cranna falleció poco después y sus vecinos hicieron caso omiso de sus deseos. Intentaron transportar su ataúd sobre el suelo neve por trineo. El ataúd se deslró dos veces antes de que decidieran llevarlo a mano. Cuando llegaron a la tumba, el sol ya se había puesto.

Después del funeral, los dolidos regresaron a la casa de Hannah Cranna sólo para encontrarlo completamente envuelto en llamas. Este espelario giro de los acontecimientos se sumó a la leyenda de Hannah Cranna, cimentando su reputación como una poderosa bruja cuyas advertencias deberían haber sido escuchadas.

Azoteas del fantasma de Hanna Cranna:


Se dice que el lugar de descanso final de Hannah Cranna está debajo de una lápida ubicada en el Entierro de Four Corners de Gregory, que se puede encontrar en Spring Hill Road en Trumbull, Connecticut, adyacente a Monroe.

A pesar de su muerte hace muchos años, se dice que la bruja todavía acecha la zona en forma de figura espectral. Según las leyendas modernas, se ha sabido que el fantasma de Hannah Cranna pasaba por asoír a los conductores e incluso causar accidentes autos en las inmediaciones del cementerio.

Según una leyenda urbana popular en la zona, existe la creencia de que al menos una vez al año, un automovilista que pasa por el entierro de las Cuatro Esquinas de Gregory se saldrá repentinamente de la carretera en un intento de evitar golpear a una mujer que aparece en medio de la calle. Como resultado, el conductor choca inevitablemente con la misma lápida -la de una mujer llamada Hannah Cranna- que la ciudad de Monroe reemplaza casi todos los años.


(Contiene subtítulos en español)

Fuente: Paranormalcatalog.