El joven cuya mandíbula se desintegró por la radiación

Las fotos de Eben Byers y su historia han circulado por años en redes sociales, considerando la triste y dolorosa muerte que sufrió el joven estadounidense por beber un elemento radioactivo como supuesto remedio para una lesión en su brazo. Eben Byers vivía una vida privilegiada, hijo de uno de los magnates de acero de Pennsylvania, Estados Unidos, y además de eso, contaba con una carrera prometedora en el golf.

Todo en su vida estaba bien hasta que en 1927 el joven sufrió una lesión en su brazo y su médico le indicó que bebiera Radio diluido con agua como remedio. Solo tres años después, sus huesos se estaban desintegrando. Byers sufrió de algo llamado "quijada Radithor", conocida en inglés como "Radithor jaw", una condición que causaba la larga exposición al Radio, un elemento radioactivo que causaba que las personas perdieran su quijada.

Ya que en el momento, no se había descubierto que el Radio era potencialmente mortal e increíblemente radioactivo, se recetaba comúnmente por médicos que no contaban con la información de las consecuencias fatales. 

Fotos de Eben Byers:

En el caso de Byers, los efectos fueron severos, considerando que su quijada se pudrió y se fue desintegrando por completo, y en la época se le tomaron fotos al joven en donde se aprecia que solo cuenta con la mitad del rostro y su garganta está completamente descubierta. El medicamento se llamaba "Radithor", y su componente principal era el Radio.

El doctor que le recetó el Radithor era C. C Moyer, no obstante, el medicamento se lo entregó, William J. Bailey, un ex estudiante de Medicina de Harvard, que se hacía pasar por médico e incluso, ofrecía a los doctores un 17 por ciento de ganancia si recetaban el medicamento. Se estima que Byers consumió alrededor de 1,400 dosis de Radithor, tomando hasta tres botes de la medicina por día. 

Esto lo llevó directamente a su muerte en 1932, cuando a sus 51 años, Byers falleció por "envenenamiento de Radio", aunque tiempo después se determinó que en realidad murió por el cáncer provocado por su exposición al medicamento.

Cuando falleció, Eben no tenía quijada, e incluso era considerado radioactivo, por lo que tuvo que ser enterrado rodeado con lejía para evitar que contaminara el suelo con la radiación que emitía su cuerpo. En sus últimos años de vida, la Comisión Federal de Comercio (FTC) comenzó una investigación sobre los efectos del Radithor, y un abogado que representó a Byers fue capaz de dar a conocer su testimonio.

"Sería difícil imaginar una experiencia más espantosa en un entorno más hermoso... Le quitaron toda la mandíbula superior, excepto dos dientes frontales y la mayor parte de su mandíbula inferior. Todo el tejido restante de su cuerpo se estaba desintegrando, y en realidad se estaban formando agujeros en su cráneo", comentaba el abogado. 



Fuente: Tu Nota.