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Las aventuras de una yuppie de ciudad en la España profunda. Problemas del primer mundo, y eso... 'Un amor' tiene un planteamiento que recuerda a las películas navideñas de Hallmark, si bien Isabel Coixet no tarda en marcar diferencias y dejar claro que se trata de un tipo de película menos aseada y amable. Un drama que sin embargo comete un error de cálculo, entendemos que accidental más no por ello menos inoportuno: Una relativa simplificación de todos los elementos que la definen, lo que parece conllevar un toque paródico, duda que su final parece resolver (para mal). ¿Acaso era esa la intención? Existe una cierta comicidad no tan soterrada que socava la credibilidad, significado y profundidad como teórico drama de 'Un amor', la cuál se sostiene a base de lo que parecen mecanismos maniqueos no del todo bien ponderados y de dudoso provecho. De esta manera el retrato que hace de su protagonista, el fin último de la historia, se ve tan difuminado y/o corrompido que un "la loca del coño" lo parece resumir todo con simple y certeza clarividencia.La propia película queda un poco difuminada y/o corrompida a pesar de su dignidad generalizada, en especial de las interpretaciones de Laia Costa y Hovik Keuchkerian. Pero es que ni nos la podemos tomar demasiado en serio ni tampoco a broma, lo que como espectadores nos deja algo desamparados y contrariados. Una incómoda y apática sensación causada por el aparente artificio naturalista de lo que acaba siendo poco menos que una de Hallmark... con perro en lugar de hombre.