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Cuando Bruce Campbell tenía 15 años, decidió que quería vivir en un avión. Le llevó décadas y gastó cientos de miles de dólares, pero logró su sueño: compró un Boeing 727, hizo las modificaciones necesarias y desde hace 10 años vive en un avión ubicado en un bosque en Oregón, Estados Unidos. Comprar el terreno de 4 hectáreas le costó 26 mil dólares. Y adquirió un avión por 100 mil dólares en un depósito de chatarra, algo que considera un gran error. «Ese fue un error garrafal. Nunca volveré a hacer eso. Las compañías de salvamento son demoledoras. Recomiendo encarecidamente comprar un avión completamente intacto y completamente funcional, excepto tal vez sin sus motores». Trasladar el avión hasta su terreno fue algo extremadamente complejo y costoso, y hubo que desmontar temporalmente las alas y la cola. La cantidad de trabajo necesaria fue similar a la cantidad de dinero gastado: muchísima. Hubo que arreglar los baños, conectar la electricidad, e instalar una ducha. Campbell duerme en un sillón cama y solo dispone de un microondas y una tostadora para cocinar. La comida enlatada es su alimento principal. Originalmente, el avión tenía capacidad para 200 pasajeros, por lo que Bruce, que vive solo, no tiene problemas de espacio. «Cuando vivís en una estructura como esta, te sentís un poco más satisfecho con tu vida. Y si sos ingeniero, científico o alguien que aprecia la elegancia y la belleza de la tecnología aeroespacial, es el lugar más feliz para vivir», cuenta Campbell.1 VOTO