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New Dinasty | Saga, rol privado, lo que sea.

Crisgv13401Hace 1 año144
[center][spoiler="."]
[/spoiler] [size=12][i][u]Te has ganado mucho más que caerme bien[/u] Estoy muy agradecido de que cuides de quien sabemos. No puedo agradecerlo lo suficiente, aunque tu no necesitas que te den las gracias o eso dijo el [b]Dios del Trueno[/b] mientras nos poníamos al día en la [u]taberna[/u].[/i][/size] [i][b][color=steelblue]¿Un libro para mi? No sabía que todavía jugabamos al amigo invisible.[/color][/b] [size=12]Ni que existía el amigo invisible. o quizá simplemente jugabamos. Se me olvidaba algo...[/size] [b]¡Coño claro![/b][/i][/center] [i][size=12]Hice un gesto con mi mano, el espacio se comprimió en mi puño para luego dejar ver una carta en mi palma abierta, hacía demasiado que no usaba mi poder delante de alguien. [center]Sonreí con una amplia sonrisa, casi por acto reflejo al ver la tuya.[/i][/center][/size] [center][color=steelblue][b][i]Te envían saludos, Tea y Thor, quizá deberías leerla mas adelante.[/i] [/b][/color] [i][size=12]Mientras podemos seguir jugando entre [b]nosotros[/b]. Como [u]dos niños grandes[/u] en un tiempo de [b]recreo eterno[/b].[/size] [size=12][u][b]Todo saldrá bien.[/b][/u] Era como [b]mi mantra[/b]. Me lo repetía. Me lo repetí durante años. Quizá siglos. o puede que milenios. [u]Fui [b]el sacrificio[/b] de aquella guerra. Fui [b]el arma[/b]. Fui el único de nosotros que quedó. [b]El último hombre en pie.[/b] Lo seguiré siendo ponga quien se ponga delante.[/u] [b][u]Seguiré sonriendo.[/u][/b] Puede que te llamen vieja. Yo también lo soy. pero ¿eh? [b][u]y lo que me la pela ¿qué?[/u][/b] Poco se habla. Ya que al final... [b][u]Todo saldrá bien.[/u][/b] [u]El mundo nos comunica que esta bien cuando está descontento. Es su manera de demostrar que todo va sobre ruedas.[/u] Preocupate cuando este demasiado calmado.[/size] [b][color=steelblue]Después de la calma viene la tormenta de nuevo.[/color] [color=steelblue]Criar a un animal salvaje es lo que tiene, todo irá bien hasta que crezca. Preocupate cuando lo haga y ya no te necesite para nada. Quizá cualquier día aplique todo lo que le enseñaste contra ti. No porque quiera, no porque sea consciente, sino porque está en su instinto, en su predomio por lo salvaje.[/color][/b] [size=12][b]Son como animales salvajes.[/b] Todos tienen [b]sus deseos[/b], [b]sus ambiciones[/b]. Todo sigue [b]su orden natural[/b]. [u]Pues vivimos descontentos por naturaleza[/u]. Da igual lo que consigamos, da igual que tengamos. [u]Siempre estaremos descontentos[/u]. [u]Quizá ellos también estuvieran felices si les regalases [b]un libro[/b][/u]. Comprobé algo al principio y al final del libro. [b][u]No estaba firmado. Ni una dedicatoria, ni unas palabras, nada.[/u][/b][/size] [b][color=steelblue]Me esperaba un ... como mucho amor tu niñera, o algo así, que desilusión.[/color][/b] [size=12][u]Ahora yo también tengo un motivo para estar descontento contigo, aunque quizá ya lo tuviese.[/u] [u]O nunca pueda estarlo. Te estoy muy agradecido. No como Emperatriz. Como alguien que salvó la vida de [b]mi mejor amigo[/b].[/u][/i][/size][/center] [center][color=steelblue][b][i]Muchos te odian por lo que representas. Muchos no pueden ver lo que es invisible para el ojo humano y por ello odian a los que si pueden. Otros simplemente sienten envidian de los cercanos a ti. Estaría bien saber cuanto durarían cerca si supiesen todo lo que cargas Emperatriz. Para construir un nuevo edificio primero debes destruir todo el que se encontraba en el lugar para remplazarlo. Una nueva base, un nuevo trejado, unas nuevas paredes, una ventana, incluso un jardincito. Hablando de jardines, tendrían un estanque con peces. Sí, lo tendría. Definitivamente lo tendría, me mata tanto viaje para darles de comer. Uno ya tiene una edad. Ley de vida Emperatriz, la gente olvida el motivo de porque tiene lo que tiene, la gente olvida quien consiguió o quien logró que vivan tranquilos. Los ídolos, los dioses, todo pasa de moda con el tiempo, siempre surge una nueva figura para comenzar una revolución. Todos nos convertimos en aquello que odiamos porque pensamos que somos diferentes o que podemos hacerlo mejor que esa otra persona. Al final... solo son ratones que escapan y odian al gato hasta que el gato decide marcharse. Ahí los ratones echarán de menos que el gato los persiga y los de caza. Los Vikars no dejan de ser esos ratones. Llevan pidiendo a una gata que se aparte para poder vivir a su manera pero no pueden vivir sin la gata. Es la parte divertida y retorcida del mundo. Es mas fácil pensar que si algo no cuadra o sale mal es porque esa entidad lo decidió. Es más fácil, sí. Es más fácil destruir a tus ídolos antes de darte cuenta de la mierda que tienes en tus pies. Siempre es más fácil. Podrías destruirlos, pero eso provocaría que tuviesen mas poder. Son como una Hydra, cuando cortas una cabeza aparecen dos más y si consiguieses vencer a la Hydra de una sola vez... Quizá otra cosa mucho peor surgiese de sus cenizas. Por eso seguimos aquí su majestad, mejor malo conocido que bueno por conocer. Ellos solo quieren encontrar a ese bueno mientras acaban con todos los malos a su alrededor. A los que ellos ponen el cartel de malvados. La libertad es algo libre, curioso, es tan libre que cualquiera puede interpretarla como libremente quiera. Hablamos de libertad, de que somos libres, pero estamos atados a las cadenas del destino, algunos de la eternidad, del dolor. Quieren ser libres porque se sienten presos de la entidad que ellos mismos crearon. Como un inventor celoso de que su creación sea la que gana toda la fama mientras que él solo recibe alguna palmada en la espalda.[/i][/b][/color][/center] [center][size=12][i][b]¿Respetas la vida ajena?[/b] [u]Respeten y serán respetados, la mayor mentira contada por todos.[/u] Para unir a todos los pueblos en una sola nación, para salvar a todos de la desesperación... Si usas tus poderes de "poderoso" eres un tirano, pero si no los usas eres débil y se subleban. Es un círculo vicioso donde el que esta encima siempre será la figura a vencer.[/i] [i]Te admiro Sezerkhan, porque llevas en esa postura durante siglos, soportando esa carga, soportando todo, y aquí estas, tan perfecta, tan hermosa, tan cuerda, y tan enfadada. Me encantaría tener tu misma fuerza para enfrentarme a la realidad, para poder mirar a mi amigo a los ojos, para perdonarme a mi mismo, para tener el valor de poder vivir mi eternidad de manera digna y no apartado del mundo. La gente muerde la mano que da de comer porque siempre buscan tener mas llena la barriga, siempre quieren comer un poco más.[/i][/size][/center] [center][b][i][color=steelblue]Yo también estoy enfadado. Mi libro sigue sin una firma ni una dedicatoria.[/color][/i][/b] [size=12][i]Levanté la mano como un niño protestando porque quería algo. Me gustaba poder comportarme de esa manera contigo. Era tan... natural. Era como volver a estar en casa. Era como volver a estar con ellos.[/i][/size] [b][i][color=steelblue]¿Qué si voy? No me lo perdería por nada del mundo.[/color][/i] [/b] [size=12][i][u]Quizá si me enfrento a la realidad consiga ganarme un hueco en donde todos quisieron estar. Donde algunos consiguieron estar. Pero ninguno consiguió quedarse.[/u] Vamos a devolverte el favor. [b]Yo también lucharé por ti.[/b] [b]Empetriz Madre.[/b] [u]Mi sonrisa lo decía todo. Era de aquí. [b]Al maldito infinito.[/b][/u][/i][/size] [/center]
3 VOTOS
Elena-elenita7890Hace 1 año145
[center][/center]

[center][size=21][b]Indudable[/size][/b][/center]

[center][spoiler="+"]
[/spoiler][/center] [center][/center] [center]Cuando nos fuimos para enfrentarnos a la Romalgama, nos vitoreaban. Allá por las pocas ciudades que aún se mantenían en pie. Gritaban nuestros nombres como si ya fuéramos héroes. Jamás había visto al miedo ganar a la esperanza hasta que los vítores rompían en llanto cuando nos marchábamos. Nadie nunca apostó de verdad porque ganásemos. Por eso, nunca nadie se preguntó por los motivos. Simplemente nos llamaron héroes. Nobles héroes sin nombre. ¿Lo fuimos? ¿O solo fuimos como esos nobles que se regocijaban desde sus sillones, en ver su rostro retratado en batallas en las que en realidad, nunca arriesgaron?[/center] [center][i][size=12]Cállate que nos van a descubrir.[/size][/i][/center] [center][/center] [center][b][size=21]. . .[/size][/b][/center] [center][b][color=magenta]Cuánto me quieres ¿no?[/color][/b][/center] [center][/center] No puedo evitarlo ni aún cuando te tengo junto a mi. Ni aún cuando enciendo el cigarro y le pego una calada acelerada. Realmente aún hoy me pregunto si fui suficiente. Si fuimos suficientes. Sí, ganamos. No solo esa vez, no me bastan los dedos. ¿Pero tú recuerdas el motivo? Yo solo recuerdo el miedo. Solo recuerdo aquellas sonrisas nerviosas. Solo sé que hubo miedo. Y eso nos hizo movernos por defender lo que creíamos con derecho a poseer. Solo sé que incluso después de eso, nunca me sentí suficiente. Ni entonces, ni mucho menos ahora. Sobre todo ahora, que te miro y estas otra vez tan cerca. Que puedo escucharte susurrar te quiero. Yo también firmaría de nuevo, aunque ese no sea buen motivo para justiciar nada. [center][i]Si te lo pido, ¿me darías otro beso?[/i][/center] A veces cuando me miro al espejo y me responde mi reflejo. Te veo y me veo. Y veo algo más. Y otras veces solo veo una cara bonita que me devuelve una falsa sonrisa. Y cuando lo vuelvo a mirar, por mucha cara bonita y mucho cuerpo envidiable, me pregunto dónde está lo demás. Me pregunto si será suficiente. Si habrá algo más allá del miedo. Gritaron mi nombre, y ahora llevo una corona de zafiros que dicen, combina con mis ojos. Me dijiste te quiero, y ahora llevo un anillo que podría destruir el universo. [center]Y yo, ¿qué hay? ¿Más allá de tanta duda? ¿Qué me queda a mí? A parte de ti. Y de este miedo irrefrenable a que un día te canses de mí. De ser solo una cara bonita sin nada que ofrecer.[/center] [i][size=12]Cuando se consuma el cigarro... ¿Qué nos quedará de esa vida por la que luchamos, cuando irremediablemente tengamos que regresar a ella? ¿Que pensarán, los que nunca conocieron el rostro de esas guerras, de nuestros motivos?[/size][/i] [center][i][size=12]Tantas vidas se gastaron en eso... Que ahora que vuelve a empezar, ¿valió la pena realmente? Por todas las vidas que se perdieron y se perderán.[/size][/i][/center] [right][/right] [center][i][size=12]Sshh, no digas más, que nos van a descubrir.[/size][/i][/center] Recuerdo que el día que me regalaste la corona de zafiros te dije que a pesar de lo bonita que era, los pequeños engarces de perlas que llevabas por el pelo, quedaban incluso mejor que una corona. Y lo parecían más. No me devolviste el halago, nunca dijiste que a mi me quedase mejor, nunca dijiste que una corona fuera mejor. Te limitaste a decir que con tanto arreglo era imposible no estar decente. Ese día me di cuenta de que para ti no significaba nada. Ese adorno siquiera tenía la simbología que el resto de humanos le atribuíamos. Yo con o sin corona, siempre parecí una broma. Pero tú con o sin ella siempre pareciste imponente e inalcanzable. Incluso cuando reías en vez de enfadarte. Incluso cuando intentas ser amable por el bien de alguien, al decir la verdad. En ti todos veían a una Emperatriz incluso aunque tú no dijeras el titulo. Pensé que debía ser cansado. Que todos esperásemos de ti la perfección, con o sin corona. Que todos esperasen ver a La Emperatriz. Que siempre importase más lo que fueras para los demás que lo que creyeses ser para ti misma. De mí, no esperaban nada, yo siempre pude equivocarme. Mientras tu seguirás por siempre atrapada bajo esa corona. Yo esperé que la mía nunca me obligase a ser como tú. Incluso aunque fuese por un bien mayor. A pesar de que parezcas tan magnifica y cautivadora. Yo nunca quise ser como tú. Nunca quise renunciar a mi misma. Yo no quise convertirme en esas palabras de grandeza que empezaron a adornar mi nombre. Yo nunca quise que me pesara el corazón. [left][I][color=magenta]Yo no quiero sacrificar poder elegir mi vida. Ni siquiera por una corona. Puede que sea una egoísta empedernida, pero no quiero. No voy a sacrificar mi vida por un bien mayor.[/color][/i][/left] [right][I][color=red]Si eso te hace ser egoísta, puede que todos debiéramos serlo.[/color][/i][/right] [i][color=magenta]No. Porque por eso mismo, de esta habitación, seguramente tu seas en la que más se puede confiar. Siempre pondrías a los demás por delante de tu carente corazón. Yo no... Yo solo lo hago cuando tengo miedo.[/color][/i] [center][i][size=12]No. Si nadie pusiese nunca a los demás por delante. No existirían las madres. No existirían los mundos. No existiríamos. [/size][/i][/center] [center]No.[/center] [center][/center] La chica de antes se habría echado a correr. Puede que ahora parezca poderosa, pero mis manos siguen siendo temblorosas. Soy la chica que antes se habría echado a correr. Soy la misma chica que pensó que podría esconderse tras tu amor durante toda su vida. Que allá donde estuvieran tus cálidas caricias no me encontrarían mis demonios. Pero ellos me encontraron allá donde fui. No fue hasta que me quedé sola que supe que ellos habían estado siempre conmigo. Y que ese amor en el que me escudaba no había hecho más que alimentar mi miedo a perderlo todo. Oh Dios mío, siempre te admiré. Te admiré tanto que el miedo a perderte me consumió. Lo hice con tanta fuerza que nunca creí que yo fuera suficiente. Un Dios nórdico, un maldito Dios nórdico. Y cuando me quedé sola, cuando no me quedó nada más tras la Romalgama, todos aquellos demonios desaparecieron. Era libre de nuevo, y en mi libertad, decidí regresar a tus brazos, por muchos demonios contra los que tuviera que pelear. Puede que nunca me lo crea, pero me da igual. Cuando te tengo tan cerca, todo se me olvida. Joder, no pienso renunciar a lo que tanto nos costó conseguir. Como si me tengo que vestir de gala siete veces más. Defenderé lo que tanto esfuerzo me costó, con uñas y dientes. Sobre todo con uñas y dientes. [center][i][size=12]Me dijiste que te arrepentiste. Yo no pienso arrepentirme. No pienso arrepentirme.[/size][/i][/center] [b][color=magenta]- Eres estúpido. Ya sé que estoy preciosa. -[/color][/b] Y tiré de su corbata hasta atrapar sus labios entre los míos en un beso fugaz. [b][color=magenta]- Te perdonaré porque eres mi estúpido.-[/color][/b] Pasé mi pulgar por tu labio inferior borrando los escasos rastros de mi labial en tu boca. Y te solté. [b][color=magenta]- Vistete anda, que sino no puedo volver a desenvolver mi regalo.[/color][/b] [center][/center]
3 VOTOS
Elena-elenita7890Hace 1 año146
[center][/center]

[center][size=21][b]Injusta[/size][/b][/center]

[center][i]Dos veces te amé, o tres veces, 
cuando no conocía tu cara ni tu nombre.[/i][/center]

[center][/center]

Caminé por las calles empedradas, con la falda del vestido arrastrando tras de mí. Una fría mano se posaba sobre mi hombro cada vez que acunaba una cabeza que pendía de entre mis brazos. La llevaba pegada a mi pecho, su pequeño cuerpo entre mis brazos. Su sangre tiñendo el impoluto vestido. Había demasiado llanto para escuchar. Los sollozos taladraban mis oídos. Los agradecimientos taladraban mi alma. Erosionaban una coraza que había tardado milenios en construir. "Es un honor"; decían. [i]Que Sezerkhan la conduzca hacia el más allá. Es un honor, que La Emperatriz Madre le quite el dolor de la muerte. Es un honor, que la Emperatriz de las Palabras le dé el adiós.[/i] Y mientras caminaba, con las manos resbaladizas en sangre. Aferrada al frio cuerpo de la niña, caminando hacia la catedral, me ahogué en ese honor. 

[center]Ese día fue la primera y la ultima vez.
Fue también la primera vez que Alter me tocó.[/center]

[center][/center]

Ocurrió hace muchos años. Cuando aún solía salir a pasear por las ciudades. Y de las últimas veces que me dejé ver entre una multitud. 

Ese día una salvaje mezcla de emociones emergió del interior del patio con valla de hierro forjado y se estrelló contra mí. Se me salió el aire del pecho, y a pesar de no necesitarlo, me quedé sin respiración al tiempo que me giraba para encontrar a Alter junto a mí. Se estiró hacía mí y me agarro de los brazos. Recuerdo que susurró; "Puedes hacerlo, sé que puedes." 

Recuerdo que eché una rápida miradita hacia el carruaje y vi mechones de pelo enredados en la rueda. Me apresuré a apartar la mirada antes de que pudiera ver nada más. Recuerdo que conforme atravesábamos el patio la certeza me invadió y de no ser por su agarre habría salido corriendo. Yo ya no podía hacer nada, pero sobre todo, yo ya no debía hacer nada. Había muchisimas personas apelotonadas en el pequeño jardín. Se me secó la garganta mientras forcejeaba con mis pensamientos. Había miedo, y demasiado pánico. Impregnaba el aire a nuestro alrededor, pero lo que de verdad me puso los pelos de punta fue el intenso dolor abrasador que habría sido capaz de pintar el cielo azul de granate y de mancillar las flores cuidadas con tanto esmero. En tiempos de paz uno olvida esa clase de dolor. Caía en ondas interminables de agonía, como navajas romas que arañaban contra mi piel. 

Un hombre de tez pálida se giró hacia nosotros y Alter tensó su agarre sobre mi brazo. Su pánico y su amargura eran una entidad tangible cuando nos miró. Repitió las palabras una y otra vez con crudeza; "No la vi Emperatriz, ni siquiera la vi. Le juro que no la vi. No sabe cuánto lo siento su Emperatriz, lo siento tanto... Yo... no la vi." Hablaba de ella, del pequeño bulto que apenas era visible entre los brazos de su madre. Había sido arrollada por el carromato del hombre cuando salía corriendo hacia la calle hacia solo escasos minutos. Tan solo un instante más tarde me había visto envuelta en rostros que suplicaban por mi ayuda. Y ahora estábamos allí. Entre una multitud consternada, por una muerte innecesaria, en tiempos de paz. 

Los miré. Se me cayó el alma a los pies cuando vi el cuerpo inerte: una forma demasiado pequeña aferrada contra el pecho de una mujer arrodillada en el suelo. La mujer emitía sonidos cortos y entrecortados. Parecía que compartían el mismo color de pelo castaño rojizo. Le retiró con cuidado el pelo de la cara de la niña. Mostrando que ese pelo no era pelirrojo. Eso era sangre que manchaba los mechones castaños claro. Miré a la niña de arriba a abajo. Tenía una pierna deformada, retorcida en un ángulo antinatural. Las pestañas de la niña lucían oscuras contra sus mejillas desprovistas de color. Ya apenas podía sentir nada procedente de ella, y sabía que eso era muy mala señal. Para que ese tipo de dolor se aliviara tan deprisa y de un modo tan total, las cosas tenían que ser graves. Supe que si tuviera corazón me atronaría en el pecho. 

[center][i]"Puedes hacerlo. Sé que puedes. Ayúdala."[/i][/center]

[center]Sí, sé que puedo.[/center]

[center][/center]

Sus palabras me persiguieron cuando me instó con su agarre a acercarme más. Pero mis pies se anclaron al suelo. Estática. Lo sabía, no había más nada que sentir de esa niña. Solo había quietud en su piel, la niña no se movía, sus ojos permanecerían cerrados para siempre. La lividez azul de sus labios.  

[center]No. 
Si estiraba mis brazos hacia ella. 
Si abría mis sentidos de par en par. 
Si dejaba que mi instinto me guiara,
que las palmas de mis manos se calentasen,
y la corriente de electricidad estática danzara por mi piel.
Lo conseguiría.
Era demasiado pequeña para vivir la injusticia de la vida.
Para que se hubiese acabado.
Si lo intentaba con ahínco.
Si dejaba a mi piel vibrar y mi pecho zumbar,
como si un centenar de pájaros levantaran el vuelo dentro de mí.
Viviría.
No sería demasiado tarde.
Viviría. 
Mi voz la encontraría entre las tinieblas y la traería de vuelta. 
La niña daría una sacudida,
y su piel se volvería rosada de nuevo.
Sí.
Viviría.
Podía hacerlo.
Sin lugar a dudas, podía hacerlo.
Podía traerla de vuelta de la muerte.[/center]

[center][/center]

No. No podía hacerlo. No, más bien. No quería hacerlo. Dios mío no quería hacerlo. Si lo hacia... ¿Y después? Que sería del después. ¿Podría cargar con la responsabilidad de elegir qué vidas salvar? No, ese día supe que no bastaba con el poder para hacerlo. No bastaba con tenerlo para usarlo. Ese día mentí cuando dije que no podía. Porque en su dolor, si ni yo misma lo entendía, nadie lo haría. 

[center][i]Pero creía saber, que no debía hacerlo.[/i][/center]

Recuerdo el llanto contenido de la multitud, y el grito desgarrador de la madre. Recuerdo como cayó inerte el brazo de Alter a mi lado, y cómo no volvió a tocarme en años. Al principio no supe si fue por decepción o por respeto. Hoy creo que fue por lastima. Nunca más volvió a atreverse a pasar sus manos por entre los barrotes del deber que me mantenían presa. Nunca más volvió a empujarme con sus manos hacia algo así. Aunque lo intentara con palabras. 

Y yo, nunca más dejé que me arrastrasen a algo así. 

[center][i]¿Me perdonarías si te dijese que al final me arrepentí?
Mis ojos, están cansados de mirar un futuro del que a veces, no sé si quiero formar parte.[/i][/center]

[center][b][color=red]Perdóname Eleonore.
Perdóname por el dolor. 
Perdóname por favor. 

Por llevar toda mi vida buscando un perdón que no sé si merezco. 
Por arrepentirme de mi existencia. 
Perdóname...
Aunque ya no sea necesario.[/color][/b]

[i]¿Por qué?
¿Por no hacer cuánto pude?
¿Por no hacer cuánto quisieron?
¿Por arrepentirme pese a todo?
¿Por querer ser libre?[/i][/center]

[center][/center]

Tanto ese día como hoy, solo hay una cosa que puedo hacer. Yo solo puedo compartir el dolor, el dolor de ver tanto hijos morir en vano, de ver morir a los hombres, de ver morir a tantas mujeres, de ver fracasar a Dioses, de ver ejércitos sentenciarse. Que blasfemia, una existencia tan poderosa. Que podría cambiarlo todo, y tan solo, compartir el dolor. 

[b][color=red]- Si calma tu alma, puedes culparme. Si quieres odiarme, puedes hacerlo. Si quieres que te escuche, te escucharé.-[/color][/b] No, ¿para qué esperar tantos eones para esto? No. No es solo eso. 

[b][color=red]Muchos hablan de mí en muchas partes del mundo, quizás porque creen que no les escucho, quizás porque saben que les escucho. En realidad da igual, el resultado es el mismo. Nadie escucha sandeces de cobardes que solo hablan cuando creen no tenerte delante. Los Vikars me odian y no me tienen respeto, porque soy noble, porque soy una noble mujer. Hoy es porque soy una esclavista que calienta el asiento, ayer porque soy una engreída que lucha por poseerlo todo, mañana porque no defiendo sus intereses.-[/b][/color] Hago como que no lo sé, pero grito que les escucho. Hago como que me da igual, pero siempre acabamos volviendo al mismo tema. Digo que he luchado toda mi vida, pero nadie se acuerda salvo yo. Nunca quise ser quien decían que era. 

[center][i]Dime niña, ¿acaso no tienes miedo?[/i][/center]

[center]Huí de ese destino, hasta que un día me di cuenta de que jamás podría escapar.[/center] 

[b][color=red]Al final del día todo se reduce a que, aunque suene a dicho, jamás lloverá a gusto de todos. 

[center]Y a que soy mujer, eso también escama.
Los hombres necesitan fingir que no les domina una mujer.
Que no les domina su deseo.
Necesitan sentirse cuerdos en su locura.[/center][/b][/color]

[center][/center]

[b][color=red]Si voy a la guerra se me crítica porque debería ser sumisa, si soy pacífica porque debería ser mas guerrillera. El problema no es mi actitud, el problema es que no me cuelga nada entre las piernas que la respalde. Los hombres pueden hacer lo que quieran. Las mujeres tenemos que inventarnos razones para hacerlo y antes preguntarle a un hombre. 

Salazar fue odiado e insultado, Seeker fue odiado e insultado, pero nadie les pidió explicaciones, Salazar tenía sus motivos, y Seeker también aunque se reduzcan a ser un cabrón. Pero a todo el mundo le parecía normal que dos hombres fueran unos cabrones. Es que son hombres. Es inherente a su sangre. Nadie levantó la cabeza más allá de unas risas con unas copas de whisky o un té con pastas, y disputas que nunca llegaron a nada. Hasta los poderosos bajaron la cabeza mientras decían, por si acaso en bajito, lo injusto que era. Y fue así durante años. Un planeta asolado por dos tiranos. Hombres. He visto más lagrimas ahora que entonces. Ahora que no están gritamos sus nombres en alto. Y fui yo la única que se lo gritó a la cara. Fui la única que pactó con Seeker por liberar el planeta. La única que le dijo que era un capullo a la cara. 

Es curioso, como la venganza de la humanidad viene contra una mujer que dio la vida por ella. Todos tenemos madre, pero todos nos olvidamos de ella cuando insultamos a una mujer. Las desgracias serán culpa de una mujer, y los logros nunca serán solo suyos. 

Y aquí estamos, al mismo nivel que ellos. Con 500 años de paz, pero al parecer, una cabrona igualmente. Da igual lo que hagas, soy mujer, siempre habrá una latente falta de respeto por ello. Se burlan con sarcasmo de la paz conseguida, se ríen de las guerras que evitamos, ponen los ojos en blanco cuando hacemos lo contrario, y siguen haciendo burlas incluso aunque hagamos lo que dicen. El desprecio nunca abandona la partida. El objetivo no es la crítica, es hacerte sentir despreciada y sin valor. Va más allá de la crítica. Y es curioso, como el desprecio nace siempre de la superioridad moral. Para poder darse la persona asume siempre una posición de superioridad moral sobre la otra. 

Ellos juzgan a los poderosos por eso. Ellos les juzgan por muchas cosas. Pero gritan que tienen que ser poderosos. Gritan que quieren tomar y dejar lo que quieran. Curiosamente, lo que poderosos antes que ellos hicieron. Los que los poderosos que sigan existiendo seguirán haciendo. En lo que se van a convertir. En lo que quieren convertirse para poder hacerlo.[/color][/b] 

[center][/center]

[center][i]Dime niña, ¿acaso no tienes miedo?[/i][/center]

[center]Si. La libertad siempre me ha dado miedo.
Si, tengo miedo.
Tengo miedo de que la historia nunca recuerde a una mujer.
Tengo miedo de que nunca nos recuerden.[/center]

[b][color=red]- Al final siempre que existe un débil, existirá un poderoso. No me atacan directamente porque no ganarán, es mas facil esgrimirse poderoso ante el pueblo llano que ni siquiera se cree participe lo suficiente de la historia como para que la adrenalina de ser un personaje principal le haga actuar. Porque aunque digan que no, el pueblo espera que le salven. Esos mismos poderosos a los que critican, esperan que les salven esos mismos. Esos héroes. A veces héroes, a veces nobles calienta sillones. Depende del locutor y del oído que lo escuche. 

Sí, ellos apuestan y nosotros ganamos o perdemos. He visto a pueblos morir injustamente, pero también he visto a poderosos morir por un pueblo.[/color][/b] 

[center][i]En 1553, el primer obispo de Brasil, Pedro Sardina, desembarcó en estas tierras.
Tres años después, al sur de Alagoas, fue comido por los indios caetés. 
Algunos brasileños opinan que ese almuerzo fue un invento, un pretexto del poder colonial para robar las tierras de lo caetés y exterminarlos a lo largo de una larga guerra santa.
Otros brasileños, en cambio, creen que esa historia ocurrió tal como se cuenta. El obispo Sardina, que en el nombre llevaba su destino, fue el involuntario fundador de la gastronomía nacional.

Por desgracia la historia nunca es tan solo lo que cuentan de ella.
Siempre hay un demonio tras de ella.[/i][/center]

[center][i]Dime niña, ¿porqué tienes miedo?[/i][/center]

[center][/center]

No. Yo ya no tengo miedo. Siempre me pregunté si merecería la pena. Si alguna vez en mi vida sabría si estaba bien. Me obsesioné, cuanto más fracasos veía más en mí se avivaba la inseguridad. Mas se tambaleaban mis cimientos. Creí que un día me volvería loca. Pensé que llegaría un día en el que ya no podría soportarlo. En el que el miedo a ser descubierta me paralizaría. Porque en realidad, nunca pensé que hiciera lo correcto. Y quizás, porque dudé siempre, acabé destruyendo los cimientos de la tiranía que reinaba en Broken Core. 

Me pregunté incontables veces, si tantas vidas que se gastaron en eso, merecieron la pena. ¿Todo eso valió la pena realmente? Si hubiera usado más mi poder. Si lo hubiera hecho como tiempo atrás lo hice. Pero me obligué a mi misma a luchar contra el destino en el presente. Y hoy, viéndote, sé que aunque hubiera podido hacer más de lo que hice, si lo hubiera hecho, jamás te habría hecho libre. Libre para luchar contra tus propios demonios, libre para conseguir con tus propias manos tus victorias, libre para elegir tus derrotas, libre para estar hoy aquí la una ante la otra. 

[b][color=red]- Tienes razón Eleonore. Al menos alguna vez en mi vida he pensado lo que has dicho. Quiero honrarte, me gustaría decirte todo lo que alguna vez he pensado, hasta que creas que te entiendo. Me gustaría que tantos años de espera por ser escuchada merezcan la pena. Pero en tanta grandeza, de tanta grandeza de la que hablan los mitos, soy solo esto. Aunque haya visto estrellas morir en menor agonía que este mundo. 

No voy a pedirte más veces perdón. No voy a disculparme más veces, no te lo mereces. Eres fuerte, y aunque no lo fueras seguirías siendo hermosa. Rómpete Eleonore, rompe todas esas cadenas que alguna vez comprimieron tu alma. Rompe todo lo que creas y luego vuelve a luchar por ello. No te arrepientas, por la libertad se vive y se muere. Y desgraciadamente, por la libertad también se ha matado.[/b][/color]

Acaba con todo y vuelve a empezar. Y jamás te juzgues por cometer tus propios errores y por aprender de ellos. Para ser libre, hay que equivocarse por el camino. 

[center][i]Dime niña, ¿acaso ya no tienes miedo?[/i][/center]

[center][/center]

[b][color=red]- Tomame de ejemplo, no solo a mí. También a ellos, a los que alguna vez te hicieron daño. Sobre todo a ellos. Nadie escarmienta en cabeza ajena. No te mentiré, he querido huir. He querido morirme. He querido gritar. He querido tantísimas cosas en esta vida tan infinita, que todo me ha sabido a poco. 

No solo las pequeñas existencias se esconden y se justifican en otras. Las grandes también lo hacemos. Me he hecho a mi misma infinidad de promesas que he roto con el paso de los años. Y lo seguiré haciendo. Me equivocaré y me juzgarán por ello. Seré mala madre, y mis hijos llorarán por ello. Pero el amor no se acabará. Es injusto, pero hay amores que son incondicionales. Puede que jamás sirva de nada, pero si lo necesitas siempre me tendrás. 

En realidad, yo no tengo hijos. Ni nunca los tendré. Jamás tendré nada que sea mío. Y pese a que piensen lo contrario, es por eso mismo que no quiero nada mío. Me llamarán madre, pero nunca lo seré de verdad. Sufriré por ellos, pero jamás serán mi pérdida de verdad aunque lo sienta. Es por eso que puedo amarles sin rencor. Puedo dejarles ir sin remordimientos. Puede dejarles ser, sin querer controlarles. 

Todas esas coronas que alguna vez adornaron mi pelo fueron solo eso. Meros engarces preciosos. Lucharemos por el suelo que pisamos, lucharán por él, pero nunca será nuestro. Defenderemos lo que queremos, pero nunca será tan solo nuestro. Te envidio Eleonore. Lo hago de verdad, eres genuinamente libre. Eres más libre de lo que mi existencia me permitirá serlo jamás. El inconmensurable poder que guardo me hace tomar a diario decisiones que a cada paso me alejan. Llegará un día en el que mi rostro ya no signifique nada. Llegará un día en el que mi nombre no sea sinónimo de nada. Esperaré ese día. Pero mientras lo hago déjame decirte.

[center]Tú, de verdad, eres genuinamente libre
Maldita sea, lo eres de verdad.[/center]

Lo eres más de lo que yo lo seré jamás. Eres una mujer libre Eleonore. Y te estoy eternamente agradecida por ello. Estoy tremendamente agradecida de que usases tu libertad para venir hasta aquí. De que me vieses tras esas historias. De que me vieras tal como he querido ser. Y de que seas capaz, de darme las gracias.[/color][/b]

[center]Escúchame, porque ya no tengo miedo.[/center]

[b][color=red]- Nos odiarán o nos amarán, porque somos todo lo que alguna vez los hombres desdichados quisieron ser. Estoy agradecida de poder decirte, que gracias a ti, hoy estoy un poco más orgullosa de lo que hemos logrado. Puede que haya momentos en los que la libertad se te escape de entre los dedos.[/b][/color]

[center]Escúchame, porque yo hoy, Sezerkhan.
Me inclino ante ti.[/center]

[center][b][color=red]Pero jamás podrán quitarte el deseo de serlo. 
Deséalo siempre Eleonore.
Seré tan egoísta hoy de pedirte que me hagas esa promesa.
Por favor.

Nunca dejes de querer ser libre.[/center][/color][/b]

[center][/center]
3 VOTOS
Elena-elenita7890Hace 1 año147
[center][/center]

[center][size=21][b]Incondicional[/size][/b][/center]

[center][i]Me dijeron que me odiarían. 

Que en mi infinita existencia me culparían por sus errores.[/i]

El crepitar del viento contra las férreas armaduras invade el patio. En el intento de batir sus alas para surcar el cielo avisor de la batalla que se fragua, el ave cae abatida por una flecha plateada. Refulgiendo en su pata, en armonía con su sangre derramada, un pergamino rojo. 

En el rugir de la tempestad, el débil graznido de la lechuza que no logra enternecer al guardia apenas es audible. Con la misma escasa compasión con la que la dejó moribunda, le arrebata el mensaje al ritmo que oprime fuertemente con su pie el ala armada del animal. 

Y se queda palido antes de caer fulminado sin un misero alarido. Pero el desconcierto no llega nunca mientras el cielo calla y hasta los mismísimos relámpagos parecen aguardar. Tan solo un golpe seco parte el silencio cuando el ejercito al completo que aguardaba hinca la rodilla contra la piedra del suelo. Y en la mano del recién abatido el sello de la Emperatriz reluce entre sangre y cenizas.[/center]

[center][b][color=red]Impónte.[/color][/b][/center]

[center][i]Me dijeron que me tendrían miedo.
Me dijeron que me amarían.[/i][/center]

[center]Ya no quiero nada de eso.[/center]

[center][/center]

[center][b][size=21].
.
.[/size][/b][/center]

Me eché a reír. Quizás fue de nervios, quizás fue porque me resultaba demasiado gracioso ver a Arthur envuelto en semejante conversación y observar su cara de no saber muy bien si fingir escuchar o no. Y de no entender el motivo de mi enfado. Quizás me parecía gracioso que nadie pensase que pudiera enfadarme. Quizás me daba demasiada risa que tu creyeras que sí. Quizás simplemente, me sentía tranquila. 

[center][b][color=red]En realidad, sería demasiado aburrido si me dieran la razón. 
Y demasiado preocupante de hecho como para que me resultase divertido.[/color][/b][/center]

¿Quién lo diría? Tanta crítica hacia del reino un planeta sano. Seguramente, a pesar del belicismo de sus principios, el hecho de que hubiera diferentes formas de pensar en esta basta tierra, lo hacia más correcto aún. La oposición a este absurdo reinado, no hacia más que reivindicar el culmen de la libertad a la que habíamos llegado. 

[left][I][size=12]Qué paradójico.[/size][/i][/left]

[right][I][size=12]Qué extraño.[/size][/i][/right]

[center][i][size=12]Qué divertido en realidad.[/size][/i][/center] 

Por Dios, estoy cansada de 

[center]Se me escapó la risa.
Basta ya por favor.
No puedo más de tanto melodrama.[/center]

[b]- ¿Pero está enfadada?[/b]

[b][color=red]- Que si Arthur, muy enfadada.[/color][/b]

[b]- Disculpe, pero es que está sonriendo.[/b]

[center]Sí. Una objeción razonable.[/center]
[center][/center]

[b][color=red]- Arthur, eres demasiado joven para entender que es del todo imposible controlar a una mujer. Y menos intentar comprenderla. Pero algún día me darás las gracias por decirte hoy que tus intentos son inútiles. Relájate. La vida va a pasar igualmente. Las mujeres siempre juegan con los hombres, nunca al revés.-[/color][/b] Y ahí va una innecesaria lección de vida. Como el hecho de que tuviera escolta a estas alturas. 

¿Sabes qué? Estoy enfadada de estar cansada. Estoy harta de esta interminable vorágine. De intentar construir sobre ruinas. El mundo avanzó, los palacios volvieron a alzarse sin viejas glorias a las que imitar. Y las nuevas torres intentaron tocar el cielo. Todos miraron hacia arriba, mientras yo, siempre seguí mirando hacia abajo. Hacia dentro. Encerrada en mi misma. En la melancolía que teñía mi mirada como una patina en unos ojos que nunca fueron capaces de llorar. La belleza de unos ojos que habían querido vivir demasiado, se perdió en el cansancio. No quiero seguir honrando en el presente lo que quedó en el pasado. 

Conforme pasaron los años, solo quise sentir algo de esa paz, que decían que habíamos ganado. 
¿Por qué nunca lo disfruté? 
Qué estupida ¿verdad? Aaah, me da tanta risa. Quizás sea porque no puedo llorar. Quizás sea porque tantos ojos están mirando. 

Pasé tantos años ocultando mi mirada porque mis ojos nunca estuvieron ahí. Y hoy, cuando vuelvo a hacerlo, cuando vuelvo a mirar hacia delante, me impresiona ver que el mundo, aún no ha perdido su color. Que seguimos aquí. Tan aparentemente intactos. Dime, existirá en esta eternidad, ¿algo incondicional? O será la eternidad el enemigo de cuanto he conocido y conoceré. Quiero verlo, necesito saberlo. 

[b][color=red]- Trae acá el libro.-[/color][/b] Te lo arrebaté sin opción a replica. Errática. Sorprendentemente rápido. Como acto reflejo de mi interior desordenado. Abrí el libro por la primera página, donde con una fina caligrafía se dibujaba el titulo y posé mis labios a un lado, dejando una marca innegable de carmín. Y apareciendo tras ella una palabra escrita en rojo [i]Incondicional.[/i] [b][color=red]- Toma, de la mejor niñera que encontrarás jamás.- [/color][/b] Y lo estampé con fuerza contra tu pecho mientras te arrebataba la carta de entre las manos. Ahora parezco tan extraña ante otros ojos cuando soy yo, violenta, incontrolable.

[center]Pero yo siempre dancé bajo la lluvia.
Y joder, siempre me gustó.[/center]

Porque en mi interior, rugieron siempre tormentas que parecían indomables. El sufrimiento jamás me detuvo. Aunque el agua me calara hasta los huesos, aunque la nostalgia truncase mis pasos. En esta vida eterna viviré tantas vidas como infinitos existen. Y las gotas de lluvia dibujarán caminos por mis mejillas, dejarán marcas imborrables en mi piel. Pero no podrán ahogarme. Puede que ahora parezca que me rio sin sentido. Porque tardé muchos años en volver a reír. Igual que ahora creen que callo sin razón. Solo quiero volver a vivir. Aunque sea sin motivo. Aunque todos piensen, que me he vuelto loca. 

[b][color=red]- No te quedes pasmado Arthur. Vamos dime, ¿han llegado ya los ministros de los otros reinos? -[/color][/b] Aunque a pesar de la vehemencia no borré la sonrisa, solo conseguí un escueto asentimiento. Pobre chico, de guardaespaldas a espectador sentimental. Debí suponerlo. Tantos años de cortesía y burocracia y de repente su Emperatriz parece haber perdido la cabeza. [b][color=red]- ¿Y Mikaela? ¿La habéis traído? Me reconforta pensar que Vantis va a odiarme a partir de ahora por un motivo un tanto más tangible. De momento tengo mejor palacio que él con el que impresionar. -[/color][/b] Quizás vivir siente bien. Y tomárselo a risa, aún más. [b][color=red]- Me temo Orion, que voy a arrastrarte a una aburrida charla sobre política. Iberno quiere mandar los ejércitos contra los Vikars. Pero me gusta muchísimo calentar el asiento y soy un tanto más conservadora respecto a usar la mayor parte de mis efectivos en desperdigarlos por un planeta un tanto grande. Habrá que convencerle de que lo consulte con la almohada. Quizás, tras toda la labia que has mostrado puedas aportar algo. Y alguna que otra alternativa al suicidio colectivo.-[/color][/b] Parecí paladearlo mientras mi sonrisa se volvía socarrona. Se me habían soltado algunos mechones que habia atrapado tras la oreja. El viento debía de haber ganado parte de la batalla por despeinarme. Y la sensación del pelo a punto de soltarse me resultó liberadora. 

[center][size=12]Inmortales intentado no morir en vida.
Cúan divertida hazaña podía llegar a ser.[/size][/center]

[b][color=red]- Y mientras volvemos al palacio, puedes decirme lo mucho que te ha gustado mi dedicatoria.- [/color][/b] Ya sabes, ya sé que te ha gustado. Soy todopoderosa como dicen, quedaría mal en mi expediente no saber estas cosas. [b][color=red]-  Con infinidad de halagos a ser posible.[/color][/b]

[center][/center]
2 VOTOS
Xeper1574Hace 1 año148
@Theory

A Luna no le gustaban las estrellas, pero el cielo de aquella noche estuvo repleto de ellas. Brillantes y redondas teñían el lienzo atmosférico de colores estelares. Llegó a preguntarse entonces, [i]"¿serán en realidad encantamientos de Merlin?"[/i]

Y eso le llevó a pensar en Evelyn. No se le había ocurrido nada para consolarla durante el trayecto y, al final, se había dejado llevar por la corriente. Luna se pasaría toda la noche dándole vueltas al asunto. Luego en sí Adam se habría dejado el gas de la cocina encendido y... Finalmente, acabaría durmiéndose sin dar con respuesta alguna. 

[center][/center] 
La luz de un nuevo día se encargó de despertarla. Como Dante y Evelyn aún parecían estar durmiendo, la muchacha se decantó por dar un tranquilo paseo por el monte. Así fue como encontró unas cuantas frutas por el camino, sintiéndose algo así como Alicia en el país de las maravillas. Tuvo tiempo de reflexionar un poco su situación. Sobre sus metas, sobre Dante, sobre Adam... ¿Pero estaba haciendo todo esto por ellos, o por sí misma? 

Quizás se había pasado de la raya con eso de pensar, y además Dante y Evelyn pudieran haberse levantado ya. Así que, envolviendo lo recolectado en un mantel de tela, se volvió por donde había venido. Una vez llegó con el resto del grupo, Luna preparó como pudo una macedonia con todo lo que tenía. Después esperó a que se despertasen y, cuando esto hubo sucedido, lo primero que hizo fue dirigirse a Evelyn. 

— [i][b]Hey, ¿tienes un momento?[/i][/b] —le dijo un tanto ansiosa. — [i][b]Lo que pasó ayer... Creo que eres muy valiente. Tan solo quería que lo supieras[/i][/b] —y como trataba con sumo cuidado de no meter la pata, no quiso decir nada más.

Cumplida su misión, esta vez se dirigió a Dante. 

—[b][i]Bueno, ¿qué hacemos ahora?[/i][/b]

[center][/center]
2 VOTOS
Xhepher6734Hace 1 año149


[b][color=#C25283]¿¡Y por qué coño no tiene Vantis un móvil!? ¡Podía haber cogido uno!
¿Cómo no va a saber usarlo? ¿¡Es que es un boomer o qué!?[/color][/b]

La mayoría de los guardias que ocupaban la embajada de la Lucera eran nuevos soldados reclutados tras la partida de Vantis. Conocían al muchacho solo de pasada, y no sabían cómo ponerse en contacto con él. Las súplicas de Mikaela cayeron en saco roto. Tendría que lidiar con aquella situación ella sola, bajo su propio criterio, y asumiendo las consecuencias por ella misma.

[center][size=14]La responsabilidad pesaba,
pero el albedrío emocionaba.[/size][/center]
[right]

[b][color=#C25283]¡Hospitaria de la Santa Orden, Caballera Mikaela!
¡En nombre de mi Orden, voy a reunirme con la Emperatriz Sezerkhan![/color][/b][/right]

[center][i]No se decía caballera. Oh, bueno.
El primer paso de la autodeterminación 
es una inminente sucesión de pequeños fallos
hasta alcanzar la grandeza.[/i][/center]

En un rincón de la Lucera, la embajada de la Orden quedó suspendida hasta el retorno de su dueño. No es como si nadie fuese a echar de menos el edificio. De hecho, como su viaje sería más corto que el de Vantis, no hizo especiales preparativos más allá de notificar a sus guardias que vigilasen el lugar en su ausencia. Los rumores del caos en la Orden habían dañado su reputación, y la incapacidad de comunicarse con el centro de poder en Odane había anulado por completo la utilidad de aquella embajada. Las colas ya no se formaban a sus puertas, y Mikaela lo agradeció.

[right]Lo agradeció, 
pero [b]que aburrimiento[/b].[/right]

Cuando el aburrimiento se entremezcla con la soledad, hace destrozos al espíritu humano. Y eso, pese a que Mikaela tuviese facilidad para establecer nuevas relaciones sociales. Ella hablaba con mucha gente cada día; con los guardias, con visitantes, con locales. Había hecho unos cuantos conocidos y estaba en camino a hacer algunos amigos. Con tiempo, tendría compañeros en aquella ciudad.

Pero mientras tanto, había soledad. Añoranza. Melancolía que no encajaba en ella, porque ella no era melancólica. En un mundo de excentricidades, donde lo extraño es lo natural y lo natural es extraño, las personas corrientes como ellas no tenían oportunidad de sentir el melodrama que ahogaba al resto de gentes. 

La única razón por la que existen filósofos es porque algunas personas tienen demasiado tiempo libre en sus manos. Cuando eres una persona normal y corriente, sin la magia para instantáneamente hacer tus tareas del hogar ni el dinero para que un granjero siembre el trigo por ti, entonces no tienes tiempo para pensar.

O puede que simplemente, en la inmadurez de su corta edad, fuese ella más emocionalmente madura que individuos inmortales e infinitos. Porque la melancolía le aplastó aquellos días que siguieron a la ida de Vantis, y la sintió extraña, ajena a ella. Un parásito que no tenía lugar en su cuerpo. De los dos hermanos, ella era el apoyo emocional porque tenía la personalidad innata de alguien que sirve como bloque de apoyo para sus seres queridos. 

Y ahí no cabe la melancolía. 

No cabe, y punto. 

Fuera, ¡fuera he dicho! No necesito miles de siglos para determinar que no quiero melodrama en mi vida. Lo decido ahora, ¡y punto!

[center][/center]

¿Por eso había accedido a la invitación de Sezerkhan? En principio no le dio muchas vueltas. No solo era algo emocionante y nuevo, sino que la hacía sentirse importante. La mismísima Sezerkhan le había invitado a ella, una don-nadie, a tratar asuntos políticos que muy seguramente la venían en grande. ¿Como se podría rechazar algo así? 

Claro, estaban los nervios, pero si algo bueno podía sacar de aquel [b]fatídico día en la embajada[/b] es que no le podrá suceder ninguna otra cosa en su vida que le genere ni una pizca de toda la ansiedad que tuvo en el momento que Vantis echó a la emperatriz de su casa. Y, aparte, su hermano le había preparado para cosas así. No la habría criado en una burbuja, ajena de los peligros del mundo, sino todo lo contrario. 

Vantis siempre quiso que Mikaela fuese menos humilde y más ambiciosa, que viajase, que experimentase más, que ganase más confianza y habilidades. Que se convierte en una mejor mujer que hombre era él. 

Pues eso estoy haciendo, así que nada de reproches cuando vengas y te cuente donde he ido, ¿de acuerdo?

[center][/center]

— [b][color=#C25283]Uh, ¿a cuantos metros de altura están esas flores? ¿10 metros? Ni que la emperatriz tuviese hadas personales de sirvientas para cuidarle los jardines reales.[/color][/b]

Cuando llegó al palacio real [i]cuyo nombre aún es un misterio[/i], Mikaela sintió una extraña emoción que no supo identificar muy bien. ¿Era emoción o nervios? ¿Le emocionaba la libertad o la curiosidad de visitar una tierra extranjera y famosa? ¿El nudo en su garganta era por cómo iba a reaccionar la emperatriz al verla? ¿Se acordaría realmente de ella? Pero si te ha enviado personalmente una invitación, ¿cómo no va a acordarse?

Mikaela no era tan importante, mucho menos conocida, como para que llamase la atención mientras caminaba por aquellos pasillos casi celestiales. No sabía por qué, pero celestiales fue la primera palabra que se le vino a la cabeza para describir aquellas habitaciones. Como si hubiese abandonado el plano terrenal del hombre corriente y se hubiese adentrado en un pequeño rincón del cielo que, en toda su benevolencia, había accedido a no expulsar inmediatamente a una pecadora como ella. 

[center][i]Observa, muchacha, como viven los dioses,
y vuelve luego a tu mundo de mierda 
y muere de envidia por el resto de tu vida[/i][/center]

Bueno, eso no le surtiría efecto a ella porque no era una chica envidiosa. Así que disfrutaría de aquel instante en los cielos hasta que la echasen. Más concretamente, tenía pensado probar la comida que le concedían gratis en su papel como diplomática en visita. Quería aprender qué tan diferente se cocinaba comparado a Odane.

Y después ya pensaría como va a aportar algo al asunto de los Vikars, si es que consigue aportar algo. 

¿Y las hadas dónde están?
2 VOTOS
Crisgv13401Hace 1 año150
[center][size=12][i]Un chasquido.

[color=darkred][b]¡Hala![/b][/color]

Mi ropa había volvido.

Es lo que tiene tener poderes imnumerables que usas para cositas como...
Limpiar, comer, mantenerte joven, ser filantrofo, sexy, jugar al Fornite, hacer demasiadas cosas y a la vez ninguna.

Hablando de esos poderes, podría conseguir casi cualquier cosa.
Pero lo mas preciado de todo mi vida lo conseguí sin tener que usarlos.

Tenerte conmigo, tener una familia, y poder vivir tranquilos.
Tea.

Muchas gracias.
Ni la infinidad del universo puede destruirme estos momentos.
Ni los que nos quedan por vivir.
Por eso de que somos 2 seres inmortales que no envejecen que pueden vivir así por la eternidad.

Me encanta vestirme con solo pensarlo, el chasquido le da un toque mágico.

Hice aparecer lo que parecía una hoja y te la entregué.
Llevaba tiempo escogiendo las palabras.
Pensando que le diría, pues nunca le diría suficientes gracias...
Por hacerme estar a tu lado de nuevo.

Quizá esta hoja ayudase un poco más.
El Todopoderoso Thor en deuda por la eternidad.
Por volver a poder tener a la mujer que ama consigo.

Sí, Tea, eres Tú.

[b][color=darkred]Es una carta para Sezerkhan, después de tanto tiempo seguro que la alegrará unas palabras, gracias a ella vuelvo a estar con la mujer que amo, aunque sea una gruñona.[/b][/color]
[/i][/size][/center]

[center][/center]

[center][b][size=12][i][color=darkred]¡Hola! ¡Soy yo!

Bueno, quizá decir soy yo no es apropiado ¿no? ya que no me presente... ¡bueno!

Hola ¡Soy Thor! Así creo que mejor... sí, así mejor.

¿Debería borrar el resto? Sí, quizá debería.

¿Cómo se borraba? y ¿Por qué estoy escribiendo todo lo que pienso en la carta?

Mierda, sigo haciendolo.

¡Para! ¡Basta! ¡No pienses!

Si nunca pienso.

Es verdad, ¡da igual!

El caso que me lías.

Escuchame, o leeme.

Supongo que leeme es mas correcto ya que es una carta ¿no? jajaja

Esto esta siendo de cuñado.

¿Soy un cuñado? ¿Tan viejo me hice ya? 

¡Thor joder centrate en la carta macho!

Allá voy.

Holiwi Sezerkhan ¿Cómo te va?

Tea y yo estamos bien, bien se quedaría corto, estamos muy bien.

Tu ya me entiendes, ese muy bien, sí si.

Thor no pienses en eso que te... 

¡Mierda! 

En fin.

Quería darte las gracias de nuevo, se que seguramente no hace falta, o que me pegarías si te las volviese a dar una vez mas como la última vez.
Es necesario que te las de.
Cumpliste mi sueño.

Me diste la oportunidad de volver a ver a la mujer que amo.
De volver a vivir la vida con ella.
De poder volver a decirle lo enamorado que estoy.

y de poder volver revolcarme de nuevo en las sábanas con ella.

Nunca he sido mucho de palabras, aunque palabras es lo último que he usado los ultimos años desde que conocí a Tea.
Me convertír en alguien mas pacífico, en alguien que velaba por algo mas que la guerra, el bien, o la justicia.

Ella me hizo conocer el verdadero amor, ella me salvó de mi terrible destino.

Y tu nos salvaste del nuestro.

Nos conocemos demasiado, hemos vivido muchos momentos juntos, y se podría decir que...

¿Somos el mejor amigo del otro? 

Lo he leído en internet, hice un test, decía que tenemos un 89% de compatibilidad de amistad, vamos, amiwis de toda la vida.

Esos test son fiables ¿verdad?

Todos me decían que Tea y yo somos la pareja perfecta, lo leí en la gaceta de Elena por lo que yo me lo creo.

Sí, seguro que son fiables.

Volviendo al tema.

Muchas gracias de nuevo.

Le voy a consultar a Tea el contenido de la carta para que me diga que cambiar antes de decirle a Orion que te la de.

¿Qué tal con Orion? He oído que cada vez os veís mas amenudo ¿eh? 

Espero que no sea el tu mejor amigo.

Sería duro de leer.

¡Nos encantará saber que tal te va o si necesitas algo! 

XXX Thor Dios del Trueno.

¿Se firma así? Seguro que sí.[/i][/b][/color][/size][/center]

[center][size=12][i]En su rostró se dibujo una sonrisa al acabarla.
Era la sonrisa de un trabajo bien hecho.

¡Eres la caña Dios del Puto Trueno![/i][/size]

[/center]
3 VOTOS
Theory458Hace 1 año151
@Xeper



[center]
[spoiler="Tema"]
[/spoiler] [i]Nick antes de ponerse el día, durante la madrugada pensaba en aquella chica. Hace bastante, cuando recién se incorporó al equipo de La Lucera. Conoció a una chica, que trabajaba cuidando niños en una escuela de al lado de la central.[/i] [/center] Tenia los ojos grandes y brillosos, una sonrisa bonita y que provocaba calidez y seguridad, como si pudieras contarle tus miedos a esa persona. Y unas curvas que flipabas, como pensaba Nick. Cuando la conoció andaba corriendo alrededor de la central junto a su compañero actual de trabajo, que también empezó en ese entonces a currar ahí. Llegaban tarde, por eso corrían. Pero no supuso ningún problema para Nick al ver a esta chica, que se quedó pasmado al verla. Ella estaba saludando a los niños que cuida en la escuela junto a más profesoras. Ella sonreía increíblemente feliz, se nota que le gustaba ese trabajo. Llevaba una camiseta con un estampado de Rayman y unos pantalones vaqueros que realzaban la figura... De refilón se dio cuenta de la mirada de Nick, se giró lentamente y cuando afirmó que alguien le miraba se sonrojó totalmente, pero se picó un poco y aunque pareció que lo dijo bajo, se escucho a la perfección [b]¿y este que mira?[/b], llevó a los niños hacia clase y cerró la puerta de la escuela. El compañero de Nick volvió a gritarle a los cuatro vientos que llegarían tarde. Fue cuando Nick reacciono, y fue de vuelta con su compi. [center][/center] [b][color=#28B0DB]— Saldré con ella.[/color][/b] [i] — dijo sentado frente a su compañero mirando al horizonte lateralmente mientras comía una manzana.[/i] [b]—¿Qué?[/b] [i] — preguntó perdido su compi .[/i] [i]— Da otro mordisco a la manzana.[/i][b][color=#28B0DB]— Qué saldré con esa chica brother.[/color][/b] [i]— afirmó, seguro de si mismo.[/i] [i] — rie.[/i][b]— Primero tendrás que ver si ella quiere. En fin muchacho...[/b] [i] — se estira para posteriormente mirar lateralmente y mirar el horizonte junto a Nick.[/i] La jornada de Nick siguió durante unas horas. Cuando se terminó bajo corriendo a la entrada de la escuela, pero de camino se fijó en algo que podría gustar a la chica. [center][i][b]*sonidos de niños gritando a la salida de la escuela*[/b][/i][/center] Una profesora salía junto a los niños en la salida del colegio. Ella reía y decía que tuvieran cuidado al salir. Nick estaba en la puerta, poniéndose de puntillas de vez en cuando para ver si salía. Preguntó por la chica que vio antes a la profesora y está comentó que saldría en unos 5 min, que estaba recogiendo cosas de la sala de profesores. Cuando salió la chica se quedó pasmada al ver a Nick y... [center] ... al peluche de Rayman en sus manos...[/center] [b][color=#28B0DB]— Pensé que seria más original que un ramo de flores...[/color][/b] [i] — dijo avergonzado.[/i] [center][b]Ella simplemente río...[/b][/center] Se acercó y aceptó el regalo de Nick. Estuvo hablando algo avergonzada. El resto es historia. Los primeros días solamente se vieron durante la salida del curro y durante un rato pequeño para tomar algo. Se llamaba Clara, y con el tiempo, ambos se cogieron confianza, había piques, pero en plan coquetos. Empezaron a quedar más y por más sitios. Se reían mucho juntos. Pero Nick se dió cuenta que era una chica muy tímida y que a veces no se quejaba para ciertas cosas, como por ejemplo que se le cuelen delante de sus narices en una fila. No era capaz de decir "NO". Aunque luego se diera cuenta de ello y tuviera mala leche. Pero Nick tampoco es un ser perfecto. Ella se dió cuenta que Nick pasaba muchos momentos incomodos haciendo bromas. Pero si es cierto que lograba gestionar las emociones en general mejor que ella. El ultimo día que estuvieron bien fue un día que el rey celebró una especie de carnaval en la ciudad. Ambos aplaudían por cada carroza que pasaba, toda la ciudad estaba feliz, pero cuando Nick se giró para ver a Clara ella estaba triste. Tenia la mirada perdida, y de vez en cuando la agachaba. Cuando terminaron las carrozas, se fueron a tomar algo donde siempre iban cuando empezaron a salir "LAND CAFE". Estaban ambos muy callados, pero fue Nick quien , cuando el camarero trajo los cafés, se propuso a hablar. [b][color=#28B0DB]— Bueno y... ¿Qué te parecieron las carrozas?[/color][/b] Ella no reaccionó ante sus palabras, hubo un momento de silencio y posteriormente ella preguntó:[b] "¿Tu crees que servimos para mucho más en este mundo?"[/b]. Nick se quedó rayado con la pregunta. [b][color=#28B0DB]— ¿Qué te refieres?[/color][/b] Y es que se confirmó por parte del gobierno que se añadiría más maquinas a las áreas laborales. La gente estaba preocupada por su situación y aunque el rey fuese muy querido por la paz en el reino, había bandos que creían que el rey daba una cosa y quitaba otra. Como si se le debiera algo. [b]— ¿Sabes la nueva integración masiva verdad? No se si me durará mucho más el empleo.[/b] [i]— Nick pega un sorbo.[/i] [b][color=#28B0DB]— Sinceramente a tu especialidad no le veo sentido. No veo a una maquina cuidando a los niños, por el tema de la calidez y el cuidado.[/color][/b] Clara asintió. Si... lo sé... pero mis padres... están pasándolo mal. En su especialidad si tienen más probabilidades que los reemplacen. Nick movió la silla al lado de Clara, y la abrazó. Más tarde, ambos se despidieron en la noche y cada uno fue a su lado. Nick llegó a casa, se hizo la cena, se duchó y se acostó, estaba cansado del carnaval. Le llegó un mensaje de Clara [b]"¿Quedamos mañana en la noche en las montañas para ver las estrellas? ^^, te quiero"[/b]. Nick aceptó la propuesta y dejó el teléfono a un lado. A la noche siguiente, ambos se encontraron en la salida de La Lucera para ir a las Afueras con unas mochilas encima. Por la mañana de ese mismo día dijeron de hacer un picnic. Cuando llegaron a un punto en una montaña al lado de un lago, montaron el picnic y se tumbaron juntos a ver la estrellas. También conversaron , rieron, jugaron, se besaron... Pero en un momento de vuelta a la paz del silencio de ambos mirando al cielo... [right][b]— Nick me tengo que ir. [/b][/right] Nick se paralizó un momento. [right][b]— Es por mis pa...[/b][/right] [b][color=#28B0DB] — No sigas.[/color][/b]— respiró un momento, para proseguir la conversación de forma asertiva. [right][b]— ¿Qué?[/b][/right] [b][color=#28B0DB]—¿Qué es lo que hablamos?[/color][/b] [right][b]—¿Qué te refieres?[/b][/right] [b][color=#28B0DB] — Tienes que aprender a decir que NO Clara. Dime ¿es eso lo que realmente quieres? ¿Irte con tus padres teniendo aqui a los niños que tanto quieres?[/color][/b] Clara se queda callada. [b][color=#28B0DB] —Tu verás lo que haces.[/color][/b] [right][b]— Si, a mi nadie me va a decir lo que hacer.[/b][/right] [b][color=#28B0DB] — Tranquila, para eso ya están tus padres. - con tono serio.[/color][/b] A Clara le chocó aquel comentario. Y empezó con la sensación de tener un nudo en la garganta a la vez que intentó hablar pero tenia la voz desgarradora, triste... [right][b]— Vale. Nunca he sido capaz de decir al 100% lo que realmente pensaba a la otra persona. Pero créeme que esta vez realmente quiero.[/b][/right] [b][color=#28B0DB] — Si... - se gira y mira el lago - si me baño y hago como que me ahogo , ¿querrás salvarme?[/color][/b] [right][b]— [size=20]¡NICK![/size]. Te digo otra cosa a ti... no es momento para tus bromas. Tienes que aprender a que no todo [size=20]ES UNA PUTA BROMA.[/size][/b][/right] Nick se quedó perplejo ante la respuesta de Clara. Pero a la vez pensó que por fin dijo las cosas como realmente queria decirlas. Clara sintió lo mismo. Pero esta se giró y se fue caminando hacia casa , dejando a Nick solo. [right][b]— Podrías venir conmigo...[/b][/right] [b][color=#28B0DB] — Tengo cosas que hacer aquí, Clara. Y tu también, al menos piénsatelo si realmente es lo que quieres.[/color][/b] [right][b]— Ya te he dicho que si, que si es lo que realmente te quiero.[/b][i]— se gira, mirando a Nick.[/i][b]— Te quiero. Siempre lo haré.[/b][/right] Nick no respondió nada. [center][i]Foto de Nick y Clara[/i] [i][b]Se intercambiaron unas ultimas miradas y se fue... En esta pequeña historia estuvo Nick pensando aquella madrugada.[/b][/i][/center]
EDITADO EL 16-04-2023 / 13:44 (EDITADO 2 VECES)
2 VOTOS
Crisgv13401Hace 1 año152
[center][size=12][i][/i][i]Pobre Tipo.
Fue todo lo que mi mente me permitía pensar.

En mis desordenados y muchos pensamientos se abría paso ese.
Veía como una [b]Tigresa[/b] jugaba con un pequeño [u]antilope bebé[/u].

El [u]antilope[/u] tenía miedo.
La [b]Tigresa[/b] tenía ganas de jugar.

Así estaba siendo aquella escena.

[u]Sezerkhan tenía ganas de reírse un poco con aquel muchacho.[/u]
Mientras que el muchacho olía a miedo desde cualquier parte al no saber como actuar en esa situación.

Por ello quizá ayudarle [u]no era una mala idea[/u].[/i][/size][/center]

[center][color=steelblue][i][b]Ha sido culpa mía, soy un admirador de la Emperatriz.[/b][/i][/color][/center]

[center][/center]

[center][size=12][i][u]

Me reí, me apatecía seguirte un poco el juego.
Porque nos gusta jugar ¿no?
Así nuestra inmortal vida tiene un poquito mas de gracia.
¿Sería esa una buena excusa?[/u] La verdad es que no pensaba inventarme una mejor, [u]quizá si pudiese darse cuenta de mi mentira se daría cuenta también del juego de la emperatriz.[/u]

Era [b]increíble[/b].

Que la gente te tema o te respete tanto que un amable gesto puede ser mas aterrador que un gesto de ira o furia.
[u]Así eras tú Emperatriz.[/u]

[u]Me gusta que seas así.
Haces las cosas mas divertidas.
Acallas los lamentos de mi pasado.
Llamas a las ganas de luchar por una inmortalidad menos pesada.

Alivias los hombros de alguien cansado con tu ayuda.[/u][/i][/size][/center]

[center][color=steelblue][i][b]¿Controlar a una mujer? Una vez conocí a un tipo que decía que podía controlar a su mujer,  un día vino a la taberna con una falda, su mujer le había quemado todos los pantalones y calzoncillos.

Yo le pregunté que porque no se compraba o hacía aparecer otros, cosas de dioses onmipotentes, no lo entenderías.

Me respondió que su mujer no le dejaba, que como le viese en una semana con un pantalón o un calzoncillo a menos de 1km suya que conocería lo confortable que era la cama del perro.

Curioso, en Asgard no tienen perros.[/b][/i][/color][/center]

[center][/center]

[center][size=12][i]Sí, me gustaba contar batallitas de las muchas que me habías contado [b]Thor[/b].
Eres de los mas entretenido.
[u]Me alegro de que después de siglos de lucha por fin tengas la vida calmada que te mereces.[/u]

[u]Quizá yo también pueda algún día.[/u]
[b]No crees ¿Emperatriz?[/b]

Me arrancaste el libro de las manos. 
Quizá mis palabras también te habían hecho enfadar a ti.
[u]No soy muy bueno tratando con mujeres por lo que no lo descartaría nunca.[/u][/i][/size][/center]

[center][color=steelblue][i][b]Una dedicatoria interesante, tendré que visitarte mas amenudo si el carmín se va desgastando ¿no?[/i][/b][/color][/center]

[center][size=12][i]Soy un coleccionista, lo quiero siempre en perfecto estado.
[u]La firma[/u].
Claramente.[/i][/size][/center]

[center][color=steelblue][i][b]¿Una charla política? No creo que pueda serte de mucha utilidad, nunca se me ha dado bien tomar decisiones.[/i][/b][/color][/center]

[center][size=12][i]Aunque espero que me puedas enseñar Emperatriz, pues tu si sabes.[/i][/size][/center]

[center][color=steelblue][i][b]¿Cumplidos? Mierda, eso no me lo esperaba.

¡Oh Emperatriz!
¡Me he encantado tu dedicatoria sabor regaliz!

¡Es tan hermosa!
Me hace ver que usted es una ¡Diosa!

Quien fuese viento para mecer su cabello.
Poder deslizarme por su cuello.

Trato de hacer poseía.
Por favor no llame a la policia.

¡Soy de algo consciente!
¡Es usted de sobresaliente!

¡Ole tu coño!

No sabía si te gustaría mi poesía.
Aunque quizá ahora no vuelvas a pedirme opinión.
Soy el rimón.
Soy Orión.[/i][/b][/color][/center]

[center][/center]
2 VOTOS
Xhepher6734Hace 1 año153
[i][/i][center][/center][center][i]¿Miedo?

¿Quién tendría miedo de su propia madre?[/i][/center]

La vida perfecta no es posible. Incluso los dioses más perfectos se verán obligados a cometer errores una vez posen su bella existencia sobre el plano de esta realidad tan, tan injusta. Así que Éléonore no se sorprendió cuando Sezerkhan empezó pidiendo perdón, si bien tal vez no lo hiciese en voz alta. Tal vez ocurrió en un pensamiento fugaz, inmediatamente olvidado. 

Pero aquel que vive cometerá injusticias, y que dulce, dulce y dulce, resulta imaginar que una persona externa venga a nuestros pies a darnos ese delicioso perdón, dulce perdón, que me limpie de pecados tan numerosos que no los recuerdo todos.

[center][/center]

Dios en los cielos, quien quiera que sea en este universo, ¿cuántos pecados debe cometer un gobernador por el simple hecho de portar una corona? ¿Como es posible que no hayas enloquecido en el primer día de reinado? No necesitas un perdón; necesitas varios.

— [b][color=#FF6347]Me alegra mucho haberte podido conocerte en persona, y saber quién está detrás de la corona de mi hogar. Me ayuda a ampliar mi horizonte, mi perspectiva de la vida. Para estas cosas vivo. a verdad, me consuela un poco, ver que Sezerkhan tiene un corazón más humano de lo que ella misma es capaz de admitir.[/color][/b]

¿Se sentiría insultada por compararla con un humano? Muchos dioses son un poco tiquismiquis con esas cosas, recordaba Éléonore. Algunas personas incluso lo usarían como insulto. Ah, demonios, por eso los dioses tomaban a mal la comparación; piensan que es inherentemente peyorativa. Tendría que explicarlo, entonces.

— [b][color=#FF6347]Cuando imaginé a un ser eterno, infinito e inmortal, me imaginé a ... una estatua. 

[center][/center]

[right]Una estatua con una corona.[/right]

Pero, mi Reina, no sé si eres consciente de la bendición que supone que no seas una estatua. ¿Entiendes? No eres inmutable. Puedes cambiar. ¡Puedes cambiar![/color][/b]

No nací fuerte y libre. Nací débil, esclavizada, encadenada. No viví rodeada de seres queridos y predicando el altruismo, sino que crecí dedicándome a asesinar semanalmente a personas cuyo nombre desconocía por obedecer las órdenes de personas a cuyo nombre despreciaba. Era un pedazo de basura infecta de ser humano, y hace mucho tiempo que aprendí lo poco que justifican unas circunstancias inmerecidas a los actos propios.

Sí, tuve una vida dura, pobre de mí, pero me atrevería a dudar que ello consuele a las madres de los que no dejé ni un cadáver que enterrar. Siento si estos pensamientos son grotescos, asquerosos incluso. Pero es con lo que tengo que vivir, por siempre, para siempre.

Pero cambié. Y me volví libre. 

[i]Aurelian se rio. [/i]

— [b][color=#FF6347]No puedo empezar a comprender qué emociones y sentimientos abundan en tu corazón, mi emperatriz Sezerkhan. Pero sí sé que demuestras la posibilidad de cambiar, de ser mejor persona. Lo puedo demostrar sencillamente planteando la irrefutable prueba de que en cualquier momento podrías convertirte en una tirana si así lo quisieses, y es una decisión personal, continua y constante por la que mantienes un reinado como este.

Y me disculpo, porque mis alabanzas eran genuinas. Porque desde el fondo de mi corazón sentía la necesidad de hacerte saber cuánto reconozco el mérito que tiene ser como eres. Pero en ningún momento se me ocurrió pensar que no fueses inherentemente así. Nacida para gobernar bien. Una estatua inmutable, que empezó hace 500 años una forma de gobierno que sería imposible de modificar por toda la eternidad. Pero que viva estás, ah. Eso no lo sabía, y me disculpo. Porque desestimaba aún más el mérito que supone llevar esa corona tan pecaminosa. 

Nací encadenada, me convertí en libre, y ahora mismo desearía poder seguir siéndolo toda mi vida. Pero no puedo prometerte que así sea. Porque soy humana, y tiendo al cambio. No sé qué cambio me haría querer dejar de ser libre, pero el mundo está lleno de posibilidades y es el trabajo de la mujer libre de aventurarse a descubrirlas.

Y tú puedes alcanzar también esa libertad. Lo siento, no quiero sonar pretenciosa, fingiendo que sé más que alguien que ha vivido más milenios que yo décadas. No quiero sonar pretenciosa, pero lo voy a ser.[/color][/b]

Lo cierto es que me has calado. Sí, soy una mujer libre, y sí, tengo cadenas aún por romper. Ríete ahora, Aurelian. ¿Demonios, a quien quise engañar diciendo que vine a Broken Core por ser un buen lugar para los Varangios? Pobre diablos, que me han seguido al infierno. Soy una mentirosa de mierda, una líder patética que no entiende dos cosas sobre como liderar. Pero que me maldigan si no voy a usar toda esta fuerza, sea física o mental, para cambiar.

[center]

[size=20][b][color=#FF6347]SÉ. LIBRE.

SÉ. MEJOR.[/color][/b][/size][/center]

Para cambiar, más libre y mejor persona.

Eres mi ídolo, maldita sea, no puedes ir ahora y decir que me tienes envidia porque yo tengo libertad y tú no. ¿Qué diablos, como voy a idealizarte ahora? Sé mejor, sé libre. Tu súbdito te lo ordena. Por cierto, ¿me has llamado hermosa? Que halago, viniendo de la segunda encarnación de Afrodita en persona.

— [b][color=#FF6347]No puedo empezar a comprender qué emociones y sentimientos abundan en tu corazón, mi emperatriz Sezerkhan, pero me gustaría intentar comprenderlo de todos modos. Si me das la oportunidad.[/color][/b]

La oportunidad de ser mejor.
1 VOTO
Xhepher6734Hace 1 año154
— [b][color=#3EA99F]Eh, Ozara.[/color][/b]

[center][/center]

[right] [b][color=#3EA99F]¿Me echabas de menos?[/color][/b] —[/right]

[right][i]Semanas después del altercado del carromato[/i][/right]

La lluvia blanca golpeaba con fuerza, el frío ignoraba los abrigos y penetraba la piel. Vantis resistía el frío mucho mejor que un humano corriente, e incluso él se sentía ligeramente incomodo por la tormenta de nieve. Empatizaría con los pobres desgraciados a sus espaldas, que debían de estar sufriendo en sus carnes el peso de una heladez mortal, si no fuese porque se trataban de un puñado de la mayor escoria que pisaba Broken Core ahora mismo.

Eran Vikars.

— [b][color=#3EA99F]Hemos hecho un trato. Este grupo se ha visto atrapado en la ventisca y está intentando llegar a un lugar seguro a duras penas. No tienen ganas de combatirme, ni yo a ellos. Así que hemos acordado que nos vamos a ahorrar problemas. Sigamos nuestro camino como si no estuviesen aquí, y ellos harán lo mismo con nosotros.[/color][/b]

No era algo especialmente satisfactorio. Pero Vantis no era ningún justiciero, ni sentía la necesidad de combatir a esos bandidos solo porque fuesen calaña. ¿Y qué iba a hacer? ¿Ponerse a matarlos por a saber que crimen? Había que ser más pragmático que eso, y esperó que Ozara lo entendiese sin necesidad de palabras, porque no tenía ganas de explicarlo. 

Las semanas de viaje no habían mágicamente conciliado a ambos, y Vantis tampoco se había esforzado por ello, por lo que seguían interactuando como dos desconocidos con cierta tirria entre ambos. Además, a Vantis no le gustaba como parecía que Ozara podía saber lo que estaba pensando en todo momento. No le gustaba que nadie le leyese como un libro abierto.

Un vikar lanzó una mirada a Ozara y antes de que esta pudiese reaccionar o el hombre dijese cualquiera que fuese el comentario soez que se tenía preparado, Vantis intervino y se puso en medio. — [b][color=#3EA99F]Ni se te ocurra. Esta de aquí muerde.[/color][/b] — Su estoica expresión no cambió lo más mínimo al decirlo, y el hombre se quedó dudando entre si iba en serio o le estaban vacilando. Tras no saber cómo reaccionar durante unos segundos, decidió continuar la caminata sin responder.

[center][/center]

Egan se había ido. Vantis y Ozara continuaban.

El ataque que se dio al grupo iba dirigido a Vantis, cuyos rumores de inmortalidad y poderes sobrenaturales lo habían convertido en un elemento peligroso, y atractivo para cazarrecompensas. Aunque consiguieron escapar, se decidió que Egan y Vantis no debían de realizar sus respectivos viajes juntos. Demasiado peligro el uno para el otro. Se separaron amigablemente, y Vantis deseó que las brujas fuesen piadosas con él. Pero sabía que no lo serían y que nunca le volvería a ver.

Ozara se quedó con él. Vantis nunca sabía que pensar de esa chica. Lo único que sabía de ella era su posición como sirviente de Sezerkhan. Eso era suficiente. ¿Pero, por qué razón quiso en primer lugar separarse de su ella? Vantis la sentía como si su trabajo fuese vigilarle a él. Bueno, en realidad es que así lo era. Se había dejado llevar por sus emociones delante de Sezerkhan y le había mostrado clara hostilidad. Fue un error y ahora debía asumir las consecuencias.

Pero las consecuencias era la presencia omnipresente de Sezerkhan a través de los ojos y oídos de Ozara. Eso le frustraba. Y lo peor de todo era que no podía ocultarlo porque Ozara parecía adivinar lo que pensaba en todo momento. Él sabía que ella lo sabía. A veces sin palabras se puede comunicar muchas cosas.

Por supuesto, sin importar los motivos personales de Ozara, Vantis entendía que también debía mantenerle vigilado dada su relación con la Orden. ¿Aún estarían pensando en todo eso de querer disolver la Orden? Desde luego que motivos no les faltarían, porque la Santa Orden seguía siendo un desastre y continuaba en abierta guerra civil. 

Por los rumores que había oído, aunque no se habían dado grandes batallas todavía, se estaba formando un reguero de sangre allá donde hubiese rebeldes contra el Gran Maestre Aurelian. No necesitaba informarse más para saber que Aludis o Shura estarían involucrados. Los tres eran las máquinas de matar personales de Aurelian, y si Vantis no era el responsable ...

[center][/center]

[i]... que los dioses que recen esos desdichados sean piadosos con ellos, 
porque Shura y Aludis no lo serán.[/i]

A veces, parecía que el único punto en común que Vantis y Ozara tenían era su desprecio mutuo por los Vikars. Era difícil no concordar en eso, ya que esa gente se esforzaba en ser extremadamente miserables. Habían visitado suficientes villas y pueblos saqueados por los Vikars como para demostrar que las preocupaciones de Mikaela eran ciertas. 

Pero, ¿qué podía hacer Vantis? No era ningún monstruo, tampoco disfrutaba de tener a esos locos sueltos por el país. Pero no tenía tiempo para dedicarse a perseguirlos por el planeta. Eso era trabajo de Sezerkhan, por mucho que le molestase. Así que Mikaela, pensaba él, pídele a tu querida emperatriz que solucione el problema si tanto te preocupa. 

[right][b][i]Yo estoy ocupado buscando como activar la Romalgama.[/i][/b][/right]

[center][/center]

En circunstancias normales, Vantis no habría tenido problemas en quedarse en La Lucera y esperar a que todo aquel desastre se solucionase solo. Pero cuando Sigmund el Sabio vino a encomendarle la tarea de averiguar cómo causar otra Romalgama, quedarse quieto se volvió imposible. Esa pequeña pieza de información no la había compartido con nadie, ni siquiera con Mikaela. 

De hecho, Sigmund, a través de su sirviente Otto, tuvo el detalle de comunicarle tal misión en una dimensión secreta y externa a Broken Core. Vantis no se dio cuenta hasta mucho después que había sido específicamente para evitar el oído de Sezerkhan. ¿Ocultarle algo a entidades omniscientes? Le haría gracia el atrevimiento si no fuese porque le habían obligado a participar en ello.

Pero al diablo si iba a actuar bajo las órdenes de alguien que no fuese Aurelian. Debía de llegar a Odane y buscarle. No sabía ni dónde empezar, pero debía de hacerlo. Pedirle guía. Asegurarle que seguía siendo fiel a él. Ozara le llamaba esclavito, pero seguro que ella tampoco tendría el valor de ir contra Sezerkhan si la oportunidad emergiese. Bueno, la comparación no era justa. Por mucho que le doliese admitirlo, Sezerkhan era infinitamente mejor a Aurelian. O eso prefería pensar, por darle el beneficio de la duda a alguien que se había ganado la admiración de su hermana.

Oponerse abiertamente a Sigmund no era una opción. Ya habían aclarado que no aceptarían por las buenas la oposición, y Vantis podía adivinar lo rápido que irían a por su hermana una vez descubriesen que su inmortalidad le hacía inmune a las amenazas físicas personales. Debía ocultarse de ambas facciones, debía de evitar portales, debía de viajar a pie, debía de utilizar vehículos solo ocasionalmente, debía de mantener oculta su identidad. Cuantos deberes, a veces perdía la cuenta. 

[center][/center]

Observando el paisaje nevado, todas las direcciones se entremezclaban. Hacer un viaje por el mundo deja de sonar tan atractivo cuando se debe evitar hasta el uso de teléfonos móviles para evitar ser rastreado, y uno debe fiarse de seguir el punto cardinal correcto o sufrir un retraso de semanas enteras. Y es que Odane estaba en la otra punta del mundo, tan lejos que para Vantis la Lucera podría haber sido tranquilamente la antípoda de su ciudad objetivo. Así que daba igual en qué dirección fuesen; mientras se alejasen la Lucera, estarían más cerca. 

No importaban si tardaban, solo importaba que siguiesen moviéndose. Que Sigmund pensase que estaba ocupado con su genocida misión, y que Aurelian pensase que estaba ocupado evitando a los Hospitalarios sublevados. Bastaba con no parar, no descansar. Siempre continuar.

— [b][color=#3EA99F]¿Dónde vamos ahora?[/color][/b]
EDITADO EL 01-08-2023 / 12:58 (EDITADO 1 VEZ)
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