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[center] [size=13][b]Dante se encontraba apoyado en su escritorio, dando la espalda a la poca luz que entraba por la persiana[/b][/center][/size] Dante no dijo ni una sola palabra al ver a entrar a Luna, aún cuando vio la reacción de ella frente al olor. Se apartó en calma hacia otro lado del cuarto, pues Luna quiso abrir las persianas y cuando le comentó de hablar, las primeras palabras de Dante fueron las siguientes: [b][color=#954646]— Sigues tan insufrible como siempre —[/color][/b] [i]sonríe ligeramente.[/i] [b][color=#954646] — ¿Tu también estás interesada en lo del robot? [/color][/b] [i]Luna le devuelve una pequeña sonrisa.[/i] [center][spoiler="Tema"]3 VOTOSXeper1574Hace 1 año49[/spoiler][/center] [b]— Dante me alegra verte. ¿Cuánto tiempo ya?. Una barbaridad. Eso si, el tiempo para ti pasa más rápido. ¿Te has quedado ya calvo?.[/b] [b][color=#954646]— Mucha testosterona...[/color][/b] [b]— Lo que tu digas hombretón...[/b] [i]se saca algo del bolsillo y eleva ligeramente con su mano izquierda una tarjeta.[/i] [b][color=#954646]— Una tarjeta de la CCSH . —[/color][/b] [i] dice totalmente enfocado a la mano de Luna.[/i] [b][color=#954646]— ¿Cómo lo has conseguido?[/color][/b] [b]— Eso es cosa mía. — [/b] [i]se guarda la llave en el interior se su mano, apretando el puño.[/i] [b]—¿Dónde has estado todo este tiempo Dante?. ¿Ni una llamada?[/b] [center]Unas leves risas y comentarios como [i]"¿Tu realmente has estudiado esto", "debes hacerlo bien"[/i] se cuelan en la mente de Dante. Inmediatamente mueve un poco la cabeza para quitarse de encima y mira de nuevo a Luna. [/center] [b][color=#954646]— ¿Has venido a ayudarme o a buscar de nuevo una amistad? —[/color][/b] [i]dice serio[/i] [i]Se queda paralizada frente al comentario, pero responde ante él con rabia.[/i][b]— Vete a tomar por culo. — [/b] [i]tira la llave al piso.[/i] [b]— Tu sabrás lo que haces. Pero avísame sobre el robot. Me interesa.[/b] [b][color=#954646]— ¿Otra vez ayudando a la gente? Ya hemos hablado sobre este tema. [/color][/b] [b]— No me toques el coño de nuevo con eso ¿Entendido?. [/b] [center]Luna salió por la puerta y la dejó abierta, ni se molestó en cerrarla. Estaba demasiado cabreada con como Dante pasaba de ella después de tanto tiempo. Dante por su parte, también se sentía mal, suspiró en la ida de Luna y tuvo pensamientos sobre porque no le decía realmente lo que quería decirle. Pero esos pensamientos se los tomaba como pensamientos intrusivos que le hacían perder el enfoque en lo que debía hacer y no quiso reflexionar.[/center] Dante tenia los dedos posados en su frente en señal de frustración. Se separo los dedos y miró decidido a la llave que se encontraba en el suelo. Antes debía buscar información de la CCSH, por lo que buscó un par de cosas a través de su reloj. Aunque pensó que era rastreable la información que buscaba, por lo que fue al taller de nuevo a la mañana siguiente. [CENTER][SIZE=20]____________________________________________________________________________[/SIZE][/CENTER] [center][spoiler="Tema"][/spoiler][/center] [center][/center] [center]El día iba sumergiendo la ciudad en una bella y calmada mañana. Aún era oscuro, pero el taller estaba abierto un poco antes para organizarlo y prepararse bien la jornada. Dante cuando llegó y puso un pie en él, se quedó a cuadros. No quedaba nada. Solo unos robot envolviendo rápidamente unas cajas y metiéndolos en un camión.[/center] Yamaoko de pronto apareció en el acto. [b]— Muchacho... [/b] [b][color=#954646]— ¿Qué está ocurriendo aquí?[/color][/b] [b]— Recuerdas lo que te hablé de tema económico ¿?. Ya no doy a basto. Los robots que ves aquí al menos me han dejado tenerlos para recoger el taller, pero luego también se los llevan como parte del cobro. [/b] [b][color=#954646]— Solo han pasado dos días desde que hablamos de esto.[/color][/b] [b]— Lo sé... Pero yo ya lo sabia desde hace mucho hijo.[/b] [i]dice mientras le tiembla la voz. Posteriormente se gira y engloba la vista en todo el taller.[/i] [b]— Lo voy a echar mucho de menos.[/b] [i]Dante miró junto a él dicha escena. Le dió también muchísima pena. ya no por Yamaoko, si no por él . Pasó buenos momentos ahí. Tras unos segundos contemplando la desolación del lugar. Dante preguntó lo siguiente:[/i] [b][color=#954646]— ¿Y el armamento?.[/color][/b] [b]— Destruido. Aunque fuera legal no quería hacer nada con ello más de lo que ya hice.[/b] [i]Dante observa de reojo para enseguida volver la mirada hacia el frente.[/i] [b][color=#954646]— Sabes...[/color][/b] [i]tose un poco, en busca de mejorar un poco el tono de voz que estaba algo áspero.[/i] [b][color=#954646]— volví a ver a Luna.[/color][/b] [b]— ¿Sí? ¿Y como está? — [/b] [i]preguntaba Yamaoko con gran entusiasmo.[/i] [b][color=#954646]— Bien bien...[/color][/b] [i]Dante observó el interés de Yamaoko en Luna. Y lo feliz que se encontraba en ese momento de dejar atrás todo. Por lo que, no quiso pedirle ayuda con el Reloj. Simplemente el rodeo con el brazo en señal de amistad y dijo lo siguiente:[/i] [b][color=#954646]— ¡Vamos a tomar unas cañas! ¿quieres?.[/color][/b] [i]Yamaoko asintió con la cabeza, pero se quejó del peso que le provocaba el brazo robótico de Dante.[/i] [CENTER][SIZE=20]____________________________________________________________________________[/SIZE][/CENTER] [center][spoiler="Tema"][/spoiler] [size=13][b]Aunque fuera temprano, no quita que hubiera antros donde las personas quisieran estar solitarias y tranquilas frente al barullo de ciudad.[/b][/center][/size] [i]Yamaoko apoyó el pequeño vaso de chupito en la mesa tras tomárselo de un trago.[/i] [b][color=#954646]— Vaya. Le sigues dando duro eh. [/color][/b] [b]— Bueno, sigo teniendo aguante. Eso es bueno. — [/b] [i]comentó, mientras tenia la mirada perdida en la barra de madera donde le servía el camarero.[/i] [b]— Ahora tendré mas tiempo para mi mismo, hasta que logre encontrar otra cosa donde ganarme la vida. Seguro ahí fuera hay algo, pero me da pena dejar esta ciudad. Pero la vida es así.[/b] [i]Toma un trago de cerveza que tenia al lado guardada para después de los chupitos.[/i] [b]— Sobre todo porque conocí a una mujer. — [/b] [b][color=#954646]— Nunca te he visto con ninguna ahora que lo dices, ni de pequeño. No es nada malo eh, pero me da curiosidad. ¿Nunca quisiste o algo?[/color][/b] [b]— Esa mujer de la que te habló ya estaba emparejada.— [/b] [b][color=#954646]— Cuéntame sobre ella. [/color][/b] [i]Yamaoko suelta una pequeña sonrisa.[/i] [b]— ¿Qué interés de repente no?. La cuestión...[/b] [i]tiene un pequeño eructo que intenta disimular[/i] [b]... es que esa chica era demasiado dulce en general. Pero tenia su carácter cuando lo creía necesario. Me parecía alguien en quien poder confiar. Y eso es difícil en esta vida. No era ni de coña como las otras chicas. No me malinterpretes, algunas habrán que valgan la pena como ella. Enfocadas , amables, responsables... Pero las personas a cierta edad buscan alguien con quien estar estables y no realmente si están enamoradas. Ya podrá ser el tío un prepotente que igualmente les dará estabilidad económica. Y aunque sea entendible en cierto punto. ¿Dónde está la estabilidad emocional?.[/b] [b][color=#954646]— ¿Donde la conociste? [/color][/b] [b]— En el taller...[/b] [i]Dante se disponía a coger una patata para picar, mientras escuchaba a Yamaoko.[/i] [b]— solía venir con su hijo.[/b] [i]Dante se quedó parado con la patata en la mano.[/i] [b]— Salí del Almacén y allí estaba ella. La luz posó sobre ella haciendo que brille como un ángel. Lo primero que me fijé fue el físico. Para que negarlo, pero a medida que venia al taller. Era una mujer estupenda. Tu madre siempre fue un ángel, incluso antes de su ida...[/b] Luego de unas horas ambos salieron a la calle. Aún era por la mañana, por lo que Yamaoko debía de dirigirse al taller a terminar de recoger. [b]— ¿Vienes?.[/b] [b][color=#954646]— No , no. Tengo cosas que hacer. —[/color][/b] [i]respondió a la vez que negaba con las manos.[/i] [b][color=#954646]— Ahora tengo que irme lejos. Gracias por todo. [/color][/b] [b]— Gracias a ti hijo. Y... si vuelves a ver a Luna. Espero que le trates tan bien como ella a ti. No te hagas el duro con ella también.[/b] Lo ultimo que vio Dante de Yamaoko fue su sonrisa y como se dirigía posteriormente al taller. En cambio, Dante utilizó el reloj para intentar contactar con Luna y dirigirse allá donde fuera que esté. Aunque recordaba que podía mirar desde donde recibió el holograma que le llegó, [b][color=#954646]— ¿La Lucera? Dios santo... Habrá que ver como me muevo.[/color][/b] [CENTER][SIZE=20]____________________________________________________________________________[/SIZE][/CENTER] [center][spoiler="Tema"][/spoiler] [size=13][b]Nick se dirigió a la caseta donde se encontraban los arqueros de las torres. Como se explicó brevemente en textos anteriores, la registradora se dividía en zonas modulares.[/b][/center][/size] Al entrar a la caseta, se encontraba una pequeña recepción. [b][color=#28B0DB]— Hola Brittany.[/color][/b] [b][color=#FFC88E]— Hola Nick.[/color][/b] Nick vio en un rincón un arco y un par de flechas. [b][color=#28B0DB]— Perdona.[/color][/b] Lo recogió, se posiciono, arqueando la cuerda lo máximo posible para mayor potencia. [b][color=#28B0DB]— ¡Eh Adam!.[/color][/b] Adam se encontraba al fondo de la sala hablando con unos compañeros antes de empezar la jornada. Nick quiso asustarle amenazándole, pues la flecha que le tiró Nick le rozó la mejilla. [b][color=#28B0DB]— Espero hoy no te pases de listo eh.[/color][/b] [i]dirigió la mirada a los compañeros de Adam para que estos se largasen[/i] [b][color=#28B0DB]— Chicos, perdonadnos un segundo.[/color][/b] Cuando los compañeros de Adam se movieron, Nick estableció un pequeño dialogo con Adam. [b][color=#28B0DB]— Muchacho, ¿ tu te crees que tienes la confianza como para ir haciendo esas burradas?. Por dios, ni aún con la mayor confianza posible Deberias hacer eso.[/color][/b] [b]— Usted lo acaba de hacer.[/b] [b][color=#28B0DB]— Mierda es verdad... Bueno. Pero yo lo he hecho para mostrarte lo que está mal. Igualmente muchacho ya estamos hablando de cuestiones morales, aparte del curro. Pero no te conozco más allá de poco tiempo que llevamos currando juntos. Tal vez me sorprendas. Y por cierto, no intentes caer bien, se trata de que te traten bien. ¿Entiendes lo que te digo?. Vamos a la sala de tiro, quiero ver como vas con ese arco.[/color][/b]EDITADO EL 08-01-2023 / 21:37 (EDITADO 1 VEZ)
[i]Aún en la embajada de los nueve círculos del infierno, @Xhepher y @Elena-elenita.[/i] [center][/center] — [b][i]Está bien así[/i][/b] —Egan rechazó la sugerencia, sorprendido. Si bien le dolían las articulaciones, tampoco es que el problema fuera a solucionarse por estar unos minutos sentado. De todos modos, apreció el gesto asintiendo ligeramente con la cabeza, y continuó. — [b][i]Estoy de acuerdo. Los Vikars no son problema de la Orden. No lo son de nadie. Porque ahora tan solo se cuentan en cientos, ¿pero cuántos serán dentro de unos meses?[/i][/b] —le preguntaba a sabiendas de que, mientras hablaban, ya pudieran ser miles. — [b][i]¿Podrá entonces la Orden encargarse del problema? ¿Podrá hacerlo nadie?[/i][/b] —cuestionó, recordando las vidas que se habían cobrado hasta ahora. ¿Cuántas más serían necesarias para que actúe alguien? — [b][i]Mi forma de pensar no dista de la tuya. Eso es algo que todas las dinastías comparten. Ninguna de ellas piensa mover un dedo hasta que sea demasiado tarde[/i][/b] —incluida la suya, por supuesto. Egan no hacía de tripas corazón. — [b][i]Precisamente por eso, Vantis. Ha de ser ahora.[/i][/b] [center][/center] Contempló, de pronto, uno de los muchos soles rojizos que iluminaban los cielos de Broken Core. Estaba atardeciendo. — [b][i]Sí, un viaje de al menos un escolta[/i][/b] —miró a Mikaela también. — [b][i]Tengo que llegar hasta las Colinas Verdes. Es el dominio de los Monroe. Su último heredero...[/i][/b] —al menos conocido. — [b][i]Se encuentra enfermo[/i][/b] —podría ahondar en detalles más tarde, si es que al final decidían considerar su propuesta. — [b][i]Morirá pronto, en caso de que no haga nada al respecto. Allí, en las Colinas Verdes, podré ponerme en contacto con la bruja de los milagros. Y entonces será lo que los dioses quieran.[/i][/b] Egan se aclaró la garganta. — [b][i]Necesito al menos a uno de los dos para cruzar por Odane. Pensaba llevar conmigo a mi tío Roderic, que sirvió en las filas de la Orden durante la [url=https://i.postimg.cc/Y0hRjVzy/batalla-de-san-kastan.png]batalla de San Kastan[/url], pero desconozco donde se encuentra ahora. No puedo culparle. Algo está perturbando estas tierras, pudriéndolas a cada minuto que pasa[/i][/b] —insinuó, casi como si pudiera sentirlo. — [b][i]A cambio, esta es mi oferta [/i][/b] —proponía, deshaciéndose de su túnica y enseñando, en el acto, un fusil de francotirador que se escondía bajo ella. [center][/center] [center][url=https://i.postimg.cc/brff8Xk8/cresta.png]La Cresta del Ocaso.[/url][/center] [center][/center] Se trataba de un tesoro. Lo único que pudo rescatar el día del incidente, en las Colinas Verdes. Era una semiautomática, y estaba compuesta por el mismo metal que, una vez, había formado parte de la espada blandida por Salazar Kyler: el Fénix. — [b][i]Por mi parte, tan solo cuando hayamos llegado a nuestro destino, la Cresta del Ocaso. Una reliquia familiar que he custodiado hasta ahora[/i][/b] —hablaba de ella con el cariño que merecía, quizás porque era todo lo que tenía, pero estaba dispuesto a ofrecerla. — [i][b]Es un arma de fuego forjada por un lejano antepasado, con la capacidad de imbuir las características de monstruos y bestias a su munición[/b][/i] —explicó, extendiendo el arma para que los hermanos pudiesen apreciarla más de cerca. — [b][i]En nombre del Monroe, su fortuna. Se halla escondida en las profundidades de un baluarte, cuya ubicación no conoce nadie más que yo[/i][/b] —a muy pocos había sido confiado el emplazamiento del legado, y muchos menos seguían vivos para contarlo. — [b][i]Si conseguimos salvarle, por lo que a él respecta, os corresponde perfectamente la mitad de su herencia[/i][/b] —de todos modos, ¿de qué le hubiera servido en caso de estar muerto? Además, a Egan no le interesaba ni un centavo de ese dinero. — [b][i]No puedo ofreceros nada más. En cualquier caso, respetaré vuestra...[/i][/b] [center][/center] — [b][i]¿La madre de Broken Core?[/i][/b] —hasta ahora, Egan pensaba que nunca más volvería a oír ese sobrenombre. Le pareció imponente la primera vez que lo escuchó, con siete años, por la conmemoración de un siglo más en el reinado de la emperatriz. Todavía le imponía. En un abrir y cerrar de ojos había desvainado una afilada daga. Se dirigió hacia la emisora de Sezerkhan, preguntándose cuanto tiempo llevaría escuchando. — [b][i]Has tenido la osadía de interrumpirme, sea de quien sea el mensaje[/i][/b] —esto le había molestado, pero aun así envainó el arma blanca. Únicamente tenía intención de usarla en caso de que fuera necesario, y una interrupción... No lo era. — [b][i]Adelante [/i][/b] —le cedió la palabra. — [b][i]Debe ser muy importante lo que tengas que decir, si en verdad hablas por ella[/i][/b] —añadió después. Nadie más que Egan pudiera estar interesado en esa legendaria mujer, que tanto había influido en el hado de su linaje.5 VOTOSXhepher6735Hace 1 año50EDITADO EL 10-01-2023 / 13:23 (EDITADO 3 VECES)
No, no se decía así. — [b][color=#3EA99F]No me importa, estoy atendiendo a alguien, espera tu turn-[/color][/b][b][color=#C25283]¡Aaaah! ¡Vantis calla![/color][/b] Le interrumpió y, tras correr hacia él, le empujó unos pasos hacia atrás. Con una mirada rápida y sonrisa nerviosa, comunicó sin palabras a los presentes "dadnos un momento". Un momento les dieron, no tenían otra opción. — [b][color=#C25283]¿Has oído? ¡Ha dicho que viene de parte de Sezerkhan![/color][/b] — Dijo susurrando, en voz muy bajita. — [b][color=#3EA99F]Me da igual, que espere su turno.[/color][/b] — Dijo sin susurrar, en voz no muy bajita. — [b][color=#C25283]¡No seas así! Son gente importante, no es momento para esa actitud.[/color][/b] — Aunque no fuese recíproco, mantuvo su voz baja. — [b][color=#3EA99F]¿Que actitud? Tan solo no me apetece lidiar con gente así.[/color][/b] — [b][color=#C25283]Entonces cierra la puta boca y déjame encargarme a mí.[/color][/b] Patidifuso, consternado, turulato, estupefacto, una [spoiler="lista de sinonimos"][/spoiler] tan grande como la sorpresa que se llevó aquel joven cuando su hermana, una tímida inexperta y algo patosa en el arte del trato social, le tumbó de una sola frase [i]metafóricamente hablando[/i]. — [b][color=#C25283]¡Por supuesto! Pase, por favor, póngase cómoda.[/color][/b] Sonrió tal sonrisa que por un momento hacía creer que genuinamente se alegraba de la recién llegada. — [b][color=#C25283]En cuanto a usted, Egan era, ¿cierto? Lo que propones es muy interesante, pero como comprenderás no podemos darte una respuesta inmediatamente. ¿Qué le parecería si se pasa mañana por aquí? Meditaremos la propuesta que nos ofrece mientras tanto.[/color][/b] Sonrió tal sonrisa que por un momento hacía creer que genuinamente se alegraba de estar echando a Egan del edificio. — [b][color=#C25283]Si no hay nada más ...[/color][/b] — [b][color=#3EA99F]Lo hay.[/color][/b] Posó la mano en el hombro de la muchacha. — [b][color=#3EA99F]Tengo que decirle una cosa antes de despedirle. Encárgate tú de atender a la enviada de la emperatriz.[/color][/b] — Tú ganas, pesada insoportable, decían sus ojos. ¿Quieres hacerte la importante? Pues sé importante. Estaba realmente orgulloso pero nunca lo admitiría. Con un gesto educado Vantis condujo a Egan a la salida mientras Mikaela invitaba a Ozara a su interior. — [b][color=#C25283]¡Pongase cómoda por favor![/color][/b] — Continuó sonriendo. Parecía contenta de verdad. Tal vez lo estaba, extrañamente. — [b][color=#C25283]Me llamo Mikaela, soy embajadora de la Orden junto a mi hermano Vantis. ¿Que necesitas de nuestra Santa Orden? Ah, antes de nada, ¿te gustaría tomar algo? ¿un té tal vez?[/color][/b] — A Egan nadie le ofreció nada para beber. Al mismo tiempo, cuando los dos hombres llegaron a la salida, Vantis pudo escuchar algunas quejas de las otras personas que se amontonaban a la espera de que los guardias que protegían la embajada les concediese el turno de la palabra. Esa zorra se ha colado, gritaba uno. Llevo dos horas esperando, decía otro. Joder, se me ha caído la lentilla, ¿alguien la ha visto? Aclamaba otro. Ese último probablemente no había visto a Ozara porque sin lentilla no debía de ver mucho. — [b][color=#3EA99F]Lo que ha dicho mi hermana es verdad, me gustaría que me dieses unas horas para pensar una respuesta. Espero que lo entiendas.[/color][/b] — Comenzó diciendo. — [b][color=#3EA99F]Pero, quería dejar claro un par de cosas antes de dar por terminada la conversación. Será tan solo un momento.[/color][/b] — Quiso justificarse por tener que continuar aquella charla en circunstancias poco formales. Pero las palabras de Vantis tenían peso, todo lo que hacía y decía tenía un propósito y no mantendría retenido a Egan unos minutos de más si la pregunta que fuese a hacer a continuación no fuese realmente importante. [center][/center] — [b][color=#3EA99F]¿Qué es lo que quieres?[/color][/b] Y esa era la pregunta. Pero así, por sí sola, no tenía sentido. Así que elaboró. — [b][color=#3EA99F]No me malentiendas, he entendido muy bien lo que me pides. De hecho, yo también tengo una misión que me obliga a viajar en dirección a Odane. No me sería ningún problema organizarme para realizar este viaje en tu compañía. Pero quiero entender primero que es lo que buscas.[/color][/b] — [b][color=#3EA99F]No parece que los Vikars te sean un problema personal, pero estás interesado en acabar con ellos solo porque afectan al resto de gente. Quieres ir hasta las Colinas Verdes, en la otra punta de Broken Core, y hablar con una bruja. Una bruja.[/color][/b] — Enfatizó. — [b][color=#3EA99F]Por un Monroe. Dices que se trata del último heredero de los Monroe, así que debo suponer que tú no lo eres. Entonces, ¿qué es? ¿Eres un altruista empedernido? Si es altruismo lo que te mueve, ahórratelo, porque no me lo voy a creer y no voy a acceder a tu petición.[/color][/b]5 VOTOSXeper1574Hace 1 año51
@Theory — [i][b]Me has hecho esperarte media hora, capullo. Venga, sube[/b][/i] —[i][url=https://www.youtube.com/watch?v=ABbfi9LtIzM&ab_channel=Joaqu%C3%ADnMeseguer]si quieres vivir[/url][/i], diría un jovencísimo Arnold Schwarzenegger en Terminator. [center][/center] El coche no era de ella, sino de Adam. Pero este último ahora se encontraba ocupado en sus quehaceres, así que Luna sabía que al becario no le importaría si daba un par de vueltas. Eso es lo que hizo. Después de conducir unas horas, la vigilante había llegado al punto acordado con Dante. — [b][i]Oh, espera. Ponte esto[/i][/b] —aconsejaba Luna, saliendo del vehículo para abrir el maletero. — [b][i]Es de mi padre. Debería quedarte como un guante[/i][/b] —le aseguró. Entonces rebuscó y rebuscó en el compartimento del automóvil, y luego sacó de él un esmoquin similar al de los agentes del control contra... De la CCSH. Antes de ofrecérselo, Luna le advirtió: — [b][i]Ten, pero trátalo bien, por favor[/i][/b] —y no es que no confiase en Dante, pero le estaba prestando algo muy preciado para ella. La joven le puso el traje por encima de la ropa, probando con curiosidad como le quedaría a su compañero. Le brillaron los ojos al ver que, efectivamente, le venía a la perfección. — [b][i]¡Genial! Pareces todo un señorito. Me recuerdas un poco a él[/i][/b] —memoró nostálgica. No, ahora no era el momento de perder el tiempo lamentándose por algo así. Luna se cambió de ropa también, detrás de unos anchos contenedores porque no quería que Dante la viera vestirse. Y una vez que terminó de cambiarse, salió disfrazada con un elegante vestido. La chica volvió a subirse al coche, haciéndole un espacio al demi-automata. — [i][b]¿Estás preparado?[/b][/i] —era una pregunta retórica. Ya sabía que Dante lo estaba. Y si no era así, debería estarlo, porque ya no había vuelta atrás. [center][/center] [center][/center] — [i]"Recuerda Adam, como te enseñó Luna"[/i] —se decía el becario a sí mismo, que se hallaba en la sala de tiros junto a Nick, su superior. [center][size=14][i]"Relajas la respiración..."[/i][/size][/center][center][/center] [center][size=14][i]"Te concentras en el objetivo..."[/i][/size][/center][center][/center] [center][size=14][i]"Tensas la cuerda y..."[/i][/size][/center][center][/center] [center][i]"¡Disparas!"[/i][/center] [center][/center] Y como podéis leer en la siguiente imagen, la flecha pasó al lado de la diana e hizo [i]"¡Tongg!"[/i] contra la pared, porque así es la onomatopeya de [i]"¡Boing!"[/i] en inglés, y rebotó a tal velocidad que al impactar contra el cerrojo de la puerta, por poco lo acabó rompiendo. [center][/center] — [b][i]Bueno. Creo que estoy mejorando[/i][/b] —dijo Adam en tono irónico. — [b][i]Antes no le hubiera dado ni a la pared[/i][/b] —y es que todo aquello no le resultaba nada fácil. No tan solo tenía que aprender las bases que componen el noble arte de la arquería, sino que además, siempre debía medir su fuerza para que el tiro fuese efectivo. ¿Cómo va a poder usar un mutante, un arma hecha específicamente para un ser humano? Adam lo tenía muy claro, practicando. — [b][i]¿Le apetece probar a usted, jefe? Digo, eh... ¿Nick?[/i][/b] —hizo un esfuerzo en tratarle como a un igual, recordando el anterior consejo que le había dado; [i]"no intentes caer bien, se trata de que te traten bien".[/i]3 VOTOSElena-elenita7890Hace 1 año52EDITADO EL 11-01-2023 / 19:59 (EDITADO 8 VECES)
[center][/center] [center][size=21][b]Imponte[/size][/b][/center] [center][i]Aquí no pasa nada. Ocurrió en Chernobyl, Ucrania, en 1986. Fue la más grave catástrofe nuclear hasta entonces padecida en el mundo entero, pero los pájaros que huyeron y los gusanos que se hundieron bajo tierra fueron los únicos que informaron de la tragedia desde el primer instante. El gobierno soviético dictó orden de silencio. La lluvia radiactiva invadió buena parte de Europa y el gobierno seguía negando o callando. Un cuarto de siglo después, en Fukushima, estallaron varios reactores nucleares y el gobierno japonés también calló o negó las versiones alarmistas. Razón tenia el veterano periodista inglés Claude Cockburn cuando aconsejaba: [b]"- No creas nada hasta que sea oficialmente desmentido."[/b] [/i][/center] [center][spoiler="+"]5 VOTOSAnarkyn1265Hace 1 año53[/spoiler][/center] Así dio comienzo el comunicado. La cabeza del descendiente del Lord Seth apareció en pantallas por todo Aevelin, y justo detrás se encontraba sentada en un trono una silueta de cabellos blanquecinos, casi plateados iluminados por los últimos rayos de sol. Y sobre ellos, una corona de preciosas gemas. El comunicado oficial daba comienzo mientras en La Lucera, se iniciaba el concierto otorgado por Delaila, acompañándoles con su melodía. Él leía, y ella tenía los ojos cerrados. [center][b]La Lucera, no tiene rey. Sus intrigas conciernen a los candidatos al trono. Y Aevelin les desea, la mejor de las suertes en ello. Pero Aevelin si tiene Emperatriz, y sigue siendo el mismo reino próspero y pacífico que forma parte de leyendas y seguirá formando parte de los oráculos. El futuro, sigue llevando nuestro nombre. Sin importar lo que suceda en la Lucera, que nadie enturbie vuestros corazones, nosotros, les esperaremos siempre de camino al cielo. Donde todos quieren llegar.[/b][/center] Hubo explicaciones, breves pausas, algunas aclaraciones respecto al comercio y sobre los términos en los que iba a continuar. Y al final de toda aquella transparencia, hubo una sonrisa, y una frase. [center][b][color=red]Prevaleceremos.[/color][/b][/center] [center][i]Imponte, y prevalecerás.[/i][/center] [center][/center] No hubo más palabras hasta que se apagaron las pantallas. Ella ya formaba parte de las historias, leyendas que decían más de ella de lo que ya podía expresar con palabras por una pantalla. Y el reino, era la prueba viviente de ello. [center][size=21][b]. . .[/b][/size][/center] [center]¿Los escuchas?[/center] Más allá del nítido triste sonido de las cuerdas del violín. Ellos cuchichean, susurran a escondidas, o a veces no tanto como quisieran. Creen que les miras incluso sin estar, y se tensan al escuchar el repiqueteo de unos tacones. Notas sus espaldas erguirse al pasar. Y sus ojos hundirse en el suelo, mientras sus palabras se acallan. Hasta no quedar ninguna. Porque no soy ya la única que no habla. A ellos les calla el respeto de ver una leyenda viva. Y a mi, el peso de serlo. [center]¿Quedará algo más por decir?[/center] Si alguien ha vivido alguna vez en mis adentros sabe que me gusta hablar, y que guardo largas charlas del diablo con mi alma. En las que habría sido capaz de hacerle callar. Y por eso quizás la delgada linea del respeto al miedo se cruza tan fácilmente. Es tan débil, que hay que tener sumo cuidado, atesorarla como a un bebé recién nacido. Pues cria musgo la piedra que se detiene. Y el miedo, en exceso, paraliza. Porque da miedo, ¿verdad? Cuando alguien que debería tener mucho que decir, calla. Cuando has hablado mucho te das cuenta de que lo que causa mayor expectación y desasosiego no son las palabras, son los silencios. Porque después de un largo silencio siempre viene un punto y final. Así que ríes, te sientas como ellos, comes como ellos, sonríes al pasar, tus atuendos se vuelven menos ostentosos, a veces incluso andas descalza, tu aspecto parece volverte transparente. Parece volverte como ellos. Y lo que conoces, no da miedo. [center]Aunque a veces calle, y no sepan lo que va a pasar. Aunque a veces, parezca que me escondo en mis aposentos, con ese trono tan de Emperatriz, con un piano que a veces suena, y sin compañía. ¿No?[/center] [center][b][color=red]¿Tu que piensas?[/color][/b][/center] Quizás fue por tu culpa. Supongo que desde que creí que si perdíamos te perdía, el amor me agudizó el ingenio. Y me volvió cauta, y a la vez, terriblemente propensa a la ostentación de la violencia. A veces, da más miedo solo saberlo, que verlo. Es más terrorífico creer que te aguarda un monstruo tras la puerta, que enfrentarte a él cara a cara. [b][color=red]- Le he hecho decir que La Lucera carece de rey. Pero no solo carece de rey. Y quizás es mucho más importante lo demás de lo que carece, que el derecho a sucesión por tener un puto pelo plateado. Porque todos quieren lo que no tienen.-[/color][/b] Querer, es tomar algo de alguien. Es buscar en los demás eso que llena las expectativas personales de afecto, de compañía. Querer es hacer nuestro lo que nos pertenece. Es adueñarnos o desear algo para completarnos, porque en algún punto nos reconocemos carentes. La cosa no es entenderlo, es vivirlo. [b][color=Red]- Y eso los llevará a la guerra, y quizás, a nosotros también.-[/color][/b] ¿Lo tendremos todo alguna vez? ¿O nos perderemos en el deseo, creyéndonos carentes de lo que ya poseemos? [center][b][color=red]Y dará igual quién reine, aquí el único reinado eterno es el de la más profunda de las gilipolleces.[/color][/b][/center] [b][color=red]- ¿Serviría de algo si aún fuésemos tu y yo? ¿Si les dijese a la cara que son unos imbeciles?-[/color][/b] La risa fue ronca, contenida, como mi labia. [b][color=red]- Seguiríamos estando condenados.-[/color][/b] Seguramente aquella era la verdad que ahora me contenía. [b][color=red]- Cuentan historias, leyendas, tantos cuentos... Pero no sirve de nada, no importa lo que se opine de esas historias, o lo que se piense que enseñan. De nada sirve que la Romalgama ya existiese una vez. O que los reinos se dividiesen. O que nos matásemos en las guerras civiles. O que seres que se escapaban a la imaginación proclamasen su reino de los cielos sobre el nuestro. De nada nos importan las enseñanzas de las historias de otros. Siempre nos creemos diferentes. Estamos sentenciados a repetir la historia con otro nombre. Porque nunca aprenderemos de ella hasta que volvamos a vivirla. Da exactamente igual el papel que jugásemos. Lo mismo da si esto se parece o no. Y de nada sirve ir y entablar con algún loco soberano una conversación sobre los errores que se cometieron y que hoy se repiten. Seguiremos estando condenados. Incluso ellos, que algún día se llamarán nobles héroes en comparación a las hazañas de otros. Están condenados a ser los malos en la historia de alguien. Ni yo soy una Emperatriz excelente ni ellos son nobles héroes. Somos parte de una absurda pantomima, basada en que el error del prójimo nos parecerá siempre mas grave que el nuestro. No tengo idea de cuanto cueste, de cuanto costará que entiendan, de cuantos milenios gastaremos, ni de si será mejor gritarles o susurrarlo. Pero sea yo o no, la historia hablará. Y les haremos recordar, lo que pasa cuando los reinos chocan. Y se esperan de camino al cielo. Y si declaran la guerra, sin importar quien sea, Dios o mortal. No importará lo que pase, repetiremos la historia, y les esperaremos de camino al cielo, donde seguro, nos volveremos a juntar. Cuando la bandera de la locura ondee sobre los estandartes, volveremos a la época donde nacían los infartos. Y esperemos que entonces ahí, el amor, les vuelva a agudizar el ingenio y entiendan, antes de que la historia vuelva a contar nuestras idioteces.[/color][/b] Dejé recostada la cabeza contra el respaldo, con los ojos cerrados, en dirección al techo. A esa bóveda que en ocaciones hacia parecer que encarcelaría en ella el mismísimo cielo. [b][color=red]- Yo callo, mientras los necios hablan como si no hubieran escuchado las historias. No sé como lo hacemos pero es indiscutible la tremenda habilidad para qué sin importar la época, parezcamos gilipollas rodeados de expertos candidatos a ocupar el puesto.-[/color][/b] Y abrí los ojos mientras elevaba la mano, como queriendo alcanzar la voz a la que le hablaba. [center][color=red] [b]Aunque querido, siempre serás mi candidato favorito.[/b][/color][/center] [center][/center] [b][color=Red]Y es tan divertido, que aún sin saberlo, siempre seamos los únicos que quedamos. Solo la historia prevalece, cuando le ven los colmillos al lobo que despertaron. El resto, huye.[/color][/b] [center][i]¿Huiremos esta vez?[/i][/center] La verdad, es que ya nada queda de lo que huir. El miedo ya no carcome mi piel. Y sus miradas, me regocijan más de lo que me angustian. Con o sin ellos, somos tú y yo. Y después de luchar por ello me vale más eso que cualquier otra cosa. Aunque sea nuestro pequeño secreto a voces. No, nunca más huiré. Porque todo, es gracias a esto. [center][i]Imponte y prevalecerás. Es la única forma de que sigamos siendo tu y yo.[/i][/center] Puede que ahora parezca que me pesan las palabras. Que prefiero callarme a callar bocas hablando. Pero si las palabras tienen poder, la ausencia de ellas lo tiene aún más. Los silencios entre ellas que se hacen pesados. Y siempre es el poder. Incluso el amor empieza y acaba por él. [center][b][color=red]¿No crees querido?[/color][/b][/center]
—[b][color=crimson]¿En serio vas a prestarles un mínimo de atención, querida?[/color][/b] —Nosotros siempre hemos estado aquí, en lo alto. Bueno, es cierto que dejé el escenario principal, y lo cierto es que fue la mejor decisión que pude tomar. Al final estar en la sombra no es tan aburrido como pensaba, es curioso ver como todos siguen intentando conseguir el poder, pisándose los unos a los otros. Me crucé de brazos, apoyado justo en la parte trasera de tu trono. Sonrié, como si este asunto no fuese más que un juego de niños que no tenía por qué importarnos lo más mínimo, y en cierto modo, así era. [center][/center] —[b][color=crimson]Por muchos años que pasen, nada cambiará[/color][/b] —Y sabes que es cierto. Ninguno de ellos sabría que hacer con una corona, y no me malinterpretes, querida; yo tampoco sabría que hacer con ella—. [b][color=crimson]Puede que de entre todos, fuera la opción menos mala, pero ambos sabemos que un lugar como La Lucera no tiene una relevancia real, esta política es cuanto menos, insulsa.[/color][/b] Sonrié ligeramente. Simplemente no podía tomar en serio esta situación. Hemos vivido demasiado tiempo. Hemos visto otros reinos caer en el olvido, algunas que hasta se borraron de los libros de historia. Esto no es más que otro capítulo en un libro que volverá dentro de poco a la estantería y que nadie volverá a leer. [center][/center] —[b][color=crimson]¿Recuerdas aquellos tiempos en los que nos sentíamos al límite? En cualquier momento podríamos ver por última vez un nuevo amanecer. Y sin embargo, creo que me he acostumbrado a esta vida. Una en la que nadie me recuerda, no tengo que preocuparme por encauzar una nación que no merece ser encauzada, no pienso en a quién habrá que matar para defender a unos humanos que solo piensan en el poder... es mucho más divertido ver como intentan hacer lo que hacíamos nosotros[/color][/b] —Aunque sea con una calidad y resultados nefastos—. [b][color=crimson]Déjalos morir, querida.[/color][/b] Después de todo, dentro de otros 500 años, volverá a haber una nueva partida de ajedrez. Solo tenemos que observar, por primera vez, estoy disfrutando como espectador. Sabes que para mi, no hay mejor líder que tú, y por eso mismo cualquiera que se siente en un trono, sea el que sea, jamás me podría parecer decente, porque no serías tú. Que le vamos a hacer, dejaste el listón demasiado alto... pero es lo justo. [center][/center]4 VOTOSElena-elenita7890Hace 1 año54EDITADO EL 12-01-2023 / 02:27 (EDITADO 2 VECES)
[center][i]Porque una vez dije que sí temíamos a la muerte estábamos renunciando a vivir. [/i][/center] Pero el problema no es vivir o morir. Es el camino. Siempre es el maldito camino que ya enturbia las mentes antes incluso de que llegue. ¿Sabremos si perdimos el futuro antes de que llegue? O cuando lo haga, ¿ya no nos quedará nada? Hemos sido tantas cosas, han habido tantos nombres. Todos se acuerdan de ellos, salimos por sus bocas como si estuviéramos presentes. Dicen de nosotros como si hubieran estado siempre a nuestro lado. Nos hacen cómplices, traidores, héroes, villanos, y responsables. Si el pasado fue nuestro, el presente es suyo, ¿de quién quieren que sea el futuro? Fui tantas cosas, fuimos tantas cosas. El pasado fue nuestro, y peleé por su presente. Destruimos la Romalgama en nuestro desesperado intento porque el futuro no fuera ya lejano para siempre. Y ahora ¿qué? No es que ya no sepa lo que quiero. Es que yo, ya lo tengo. Y ellos solo creen que no tienen nada. Aunque se lo dimos todo. [b][color=red]- Tienes razón, morirán. O quizás no.-[/color][/b] Aunque lo acabarán deseando seguro. [center][color=red][b] Pero no será porque les deje.[/b][/color][/center] Me levanté súbitamente, al ritmo que me volvía a calzar. [b][color=red]- Puedes volver sin mi, voy a ir a ver cómo quieren morir esta vez.-[/color][/b] Aunque ahora, yo ya tengo lo que tanto quise. [center][/center] [center][b][size=21]. . .[/size][/b][/center] De hecho no les escuchó, no oyó ninguna de las quejas que profesaron los que aguardaban en la cola. Ella ya estaba hablando mientras se dirigía al umbral. No había llegado a pasar por la puerta cuando ya agradeciendo a la joven Mikaela, parloteaba sobre como se debía realizar un buen té. Uno del gusto de la Emperatriz Madre de Broken Core. Uno en el que se debía usar leche en vez de agua, y cocerlo a fuego medio con una rama de canela y una cascara de naranja. Parecía entregada en ello. Y quizás por eso, ni se dio cuenta de lo que acuciaba a sus espaldas. O quizás nunca lo había esperado. Porque quién iba a pensar, que justo hoy, en ese lugar, iba a querer hablar. De hecho, tras que una silueta recogiera la lentilla del anciano sin mediar palabra. El silencio comenzó a hacerse eco en la cola. Sutilmente. Quizás por conocimiento de causa. Quizás callaban porque incluso sin necesidad de presentaciones sabían quién era. O quizás se trataba de algo más intangible que eso. Algo más salvaje e instintivo. Algo tan primitivo como el impulso por sobrevivir. Iba sola, no había guardia real que la custodiase, y su corona se reducía a un broche enjoyado en el pelo. Llevaba un vestido blanco que le llegaba a los pies y se cernía sobre su figura sin más adornos. Puede que no necesitase nada más, aunque Alter, al otro lado de la ciudad, se iba a arrancar las cejas. Porque sin importar la sencillez, seguía siendo como un depredador. Uno de los depredadores mas antiguos y quizás, temibles de Broken Core. [center][/center] Parecía que tenía los ojos cerrados con la mirada baja, cuando su mano detuvo el cuerpo de Ozara. La había dejado apoyada en su hombro, en un gesto grácil y sin mediar fuerza alguna, le había hecho inclinarse hacia delante en señal de disculpa. Entonces retrocedió, apartándose de la entrada, llevando consigo a Ozara. Con una elegancia que pareció no costarle esfuerzo alguno. Entonces su vista se elevó, y sus ojos se clavaron en Mikaela, esbozando lo que podía ser una leve sonrisa. [b][color=red]- Mis disculpas, por su mala educación.-[/color][/b] Habló serena, y lo parecía. Aunque Ozara se había quedado de piedra. [b][color=red]- Gracias por las atenciones, pero no será necesario.-[/color][/b] El gato que las acompañaba se enroscó en sus pies, con un suave ronroneo. [b][color=red]- Esperaremos nuestro turno.-[/color][/b] Podrían llegar a pensar que era modestia, falsa humildad. En su eternidad, ya no importaba. [b][color=red]- Y espero que para entonces, podamos hablar, los cinco.-[/color][/b] Objetó, hacia un leve gesto con el dedo hacia aquellos que se refería, aunque pudiera considerarse de mala educación. Y a pesar de la reprimenda hacia Ozara, la había incluido. También lo había hecho con Mikaela, con Vantis, y con Egan. Su emisaria había desaparecido entre la cola, como ella había dicho, guardando su turno. Pero ella seguía ahí, sus ojos se habían posado en Vantis, y luego en Egan. A quienes se había referido hacia unos segundos. Puede que hubiera escuchado más de lo que creían, o quizás no necesitase haberlo escuchado todo. Hacia años que había pensado en sí algún día, las sombras del pasado dejarían de perseguirles. Aterrados por la incertidumbre del futuro. Eso le recordaba que para algunos más gris que para otros. [center][b][color=red]Una bruja, por un Monroe. La bruja de los milagros y Alexander Monroe.[/color][/b] Repitió. Como si le faltase coherencia. Como si de hecho, siempre le hubiese faltado.[/center] [center][b][color=red]Incluso una eternidad después de haberlo escuchado por primera vez. Sigue siendo la relación más cruelmente interesante que ha habido nunca. Me encantaría saber, cómo esta vez, si va a salir bien. Con un Kyler, un Monroe, y un mercenario.[/color][/b][/center] [center][/center]4 VOTOSXheper3431Hace 1 año55
Una noche lluviosa en las calles de Aevelin. La gente pasaba a rápida velocidad en busca de sus paraguas, pues según el pronóstico llovería pronto. —[color=red][b] No hay nada que hacer por ellos. Están todos condenados...[/b][/color] — Un encapuchado se encontraba en mitad de los peatones. Hablaba por teléfono con alguien. —[color=red][b] Escúchame bien: se acabó. Me rindo. No voy a buscar a nadie más ni vigilar a nadie más. O por lo menos...no por ti.[/b][/color] Al otro lado del teléfono se podía escuchar una voz grave soltando una pequeña risa. —[b] Sabes que no puedo dejarte hacer lo que quieras. Me lo debes. Nisiquiera tenías que haber hablado con el de las garras. Tu trabajo era vigilarlo a él y a los demás...como hacen los cazadores. Conversar con él no estaba en el plan. Lo has hecho porque te ha salido de los cojones y ya.[/b] — Su voz cambió a un tono más serio. — [b]¿Te ha visto la cara? ¿Sabe algo que pueda comprometernos?[/b] Un trueno resonó en toda la ciudad. El encapuchado comenzó a caminar. —[color=red][b] Que te jodan.[/b][/color] Colgó el teléfono y lo tiró a la basura. Conforme caminaba, todos los de su alrededor aceleraban el paso. Él andó sin prisa alguna hasta llegar a un puente cubierto con verjas. Se acercó a una y comenzó a ver una escena [I]dantesca[/I]. Un par de policías agarraban a unos matones para esposarlos. [I]"Soy inocente"[/I] dijo el más joven. [I]Ellos me obligaron[/I]. Uno de los policías sacó el arma y se la puso en la mano al chico. [I] Demuéstralo.[/I] El chico se quedó dubitativo. No sabía qué hacer Otro de los matones gritó. [I]¡Yo se lo demostraré![/I] No era mucho mayor que el chico, pero los policías le quitaron las esposas y le dieron otro arma. El matón miró a su alrededor y, tras unos instantes de duda, disparó a todos sus amigos a excepción del más joven. [Center][/center] El encapuchado se limitaba a observar. Los cuerpos caían bajo la lluvia. Tras unos instantes de silencio y sangre, el chico apuntó su arma hacia el más joven. [I]¡Lo siento! ¡Es la única manera![/I] Apretó el gatillo mientras las lágrimas brotaban de sus ojos...pero nada ocurrió. No le quedaban balas. Uno de los policías sacó su arma y le disparó en la cabeza. Tras unos instantes, su compañero agarró al muchacho joven que aún estaba en shock y lo metió en un coche. El agente se tocó el pecho, quitándose la placa y guardando su arma. Se puso su gorro y se quedó al lado del coche unos segundos, contemplando la escena. [Center][/center] Tras unos instantes, subió al vehículo y todos abandonaron el lugar. —[color=red][b] ¿No tienes nada que decir?[/b][/color] — El encapuchado seguía mirando a través de la verja. Sus palabras iban dirigidas a una misteriosa figura que se encontraba cerca suya, subida a un cartel de anuncios que iluminaba el puente. —[color=red][b] No tenían más edad que el chico que teníamos en la organización. Nos quedamos de brazos cruzados viendo cómo mueren niños, Ko. Llevamos haciendo eso demasiado tiempo. Sé que los jefes te mandan para vigilarme. O sea, [I]¿quién vigila a los vigilantes, no?[/I][/b][/color] — Su mirada estaba llena de odio. Su distante y misterioso acompañante tenía la cara tapada por una especie de máscara. Sus ojos no denotaban expresión alguna. Eran luminosos y extraños. Su figura era, sin duda alguna, enigmática. —[color=darkblue][b] Ya sabes que a Ko no se le permite intervenir. Bueno, ni a Ko ni a ninguno de nosotros. Eres muy blando, Derek. Y el pequeño Luke no tiene nada que ver en esta conversación. ¿Acaso crees que a Ko le gusta ver niños morir? No le gustaba antes y menos le gusta ahora. Pero se aguanta. Por algo trabajamos todos. Bueno, tú no tanto parece ser. A Ko le parte el corazón que te comportes así con los demás. Mira a Hole: él pasa de todo. Pero no les habla así a los jefes y cumple sus misiones.[/b][/color] — La voz del llamado Ko sonaba metálica y extraña. El hecho de referirse a sí mismo en tercera persona recalcaba aún más su extraña personalidad y figura. [Center][/center] —[color=red][b] Hole no es un buen ejemplo y lo sabes bien. Él puede permitirse hacer lo que le da en gana por sus poderes, no como los demás. Además, nunca fue ni será parte de la organización como tal por mucho que los demás queráis decir que lo es. O la agencia, si tanto os molesta que lo llame "organización". A Hole le importa un bledo lo que pase en Aevelin. Y le importa una mierda lo que pase en la CCSH, en La Lucera o en Broken Core en general. Como ya he dicho, se lo puede permitir. Antes va a preferir echarse unas risas con el payaso antes que ayudar a nadie. Esto no es lugar para héroes, eso ya lo sé. Hace mucho tiempo que no lo es. Y no pretendo serlo. Soy un trozo de mierda al igual que todos los de la agencia...con todo el ánimo de ofender.[/b][/color] —[color=darkblue][b] Ko no se ofende por esos insultos...sino por tus actos. Le partes el poco corazón que le queda, Derek. Ko entiende que el hecho de ver mutantes, héroes antiguos o viejas leyendas pesa sobre tu mente. Pero la gente de a pie ignora todo eso porque no les son necesarios. Hay muchas injusticias o como quieras llamarlas pero tú, Ko y los demás sabemos que el verdadero peligro es otro. Ese mal oculto ahí a plena vista. ¿Acaso vas a decirme que harás un mejor trabajo por tu cuenta? Los métodos de la agencia quizás no sean los mejores, pero la unión que tienen todos formada proporciona grandes ventajas...y más que monetarias. Derek, quizás quieras replantearte...[/b][/color] — Ko giró su cabeza en dirección al encapuchado, pero éste se había esfumado en mitad de la conversación. —[color=darkblue][b] Vaya. A Ko no le gusta tener que jugar al escondite contigo, Derek. Algún día vas a ser una molestia y le mandarán a Ko que acabe contigo. Será una pena, de verdad te había cogido cariño.[/b][/color]3 VOTOSXheper3431Hace 1 año56
[center][I]Noticias de última hora apuntan a un alarmante ritmo de desapariciones. La policía pide paciencia en la búsqueda de las personas en cuestión. Los lugares más afectados han sido La Lucera y Aevelin en general.[/i] [/center] En su hogar, Derek observaba furioso la pantalla de su televisión. Nunca sacaba nada en claro al mirarla. El hecho de estar sentado sin hacer nada sólo le ponía más furioso. Su cabreo no haría más que aumentar, pues la puerta comenzó a sonar. Alguien se encontraba al otro lado. —[color=red][b] Ya estoy lo bastante cabreado como para que vengas a darme lecciones. Vete antes de que te pegue un tiro a través de la mirilla.[/b][/color] — Alzó su voz lo bastante como para ser escuchado a través de la puerta pero los golpes no cesaron. —[color=red][b] Tienes que estar de coña. Ko, no me hagas partirte esa cara que me traes. Vete de una puta vez antes de que....[/b][/color] — Se giró en dirección a la puerta, la cual ya se estaba cerrando tras haberse abierto de alguna manera sin importar la cerradura. [Center][/center] Un joven chico trajeado entró, mirando seriamente a Derek. No parecía tener la mayoría de edad aún y traía consigo otra chaqueta de traje similar a la que vestía. —[color=red][b] ¿Qué coño haces tú aquí? ¿Cómo me has encontrado? ¿Y cómo has entrado siquiera? De verdad que siempre te subestimé, Luke....[/b][/color] — Derek parecía estar furioso (como siempre), pero no pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa...hasta que vio la chaqueta. —[color=red][b] No. Llévate esa mierda. No pienso ir.[/b][/color] El chico suspiró. Tras unos instantes de silencio, lanzó la chaqueta al sofá de Derek y se quedó apoyado contra la pared. —[color=olive][b] Va a haber una reunión en la Lucera. Van solo dos equipos y un superior. Quizás Hole se pase por ahí. No hace falta que pidas perdón o ponerte de rodillas, ¿sabes? Solo te pones el traje y te pasas un rato. ¡Sabes que te puede ser útil![/B][/color] — Luke señaló la chaqueta. Se le podía ver un rostro algo desesperado y preocupado. —[color=olive][b] No quiero que pierdas la cabeza...eso es todo, Derek. Y no me refiero a que te la corten, que también. Todos poseen un gran conocimiento y tú estás, o estabas, en un rango superior a mí. Es normal que estés tan afectado. Yo aún me estoy preparando, pero con las pocas cosas que sé ya me preocupa Broken Core y el mundo en general. No me puedo imaginar por lo que estás pasando...¡Y encima tú sólo! Mira, todos van perdiendo la cabeza. He llegado a esa conclusión tras estos dos años. Pronto cumpliré los 18 y me dejarán ascender si sigo llevando a cabo las órdenes. Necesitaré a un compañero...[/b][/color] —[color=red][b] Lo que necesitas es dejar de soñar con todo lo que te prometen. No me sorprende que pienses que todos pierden la cabeza. En nuestro equipo estaba Ko. Y te has visto con el depresivo ese de Jack demasiadas veces también. Por no mencionar a Hole, que da un mal rollo que te cagas. Oculta más de lo que aparenta. Cuanto más rango, más raro es el miembro. Por algo los rangos más bajos son los que están más llenos. Nadie "normal" aguanta estar en los altos. El hecho de que Ko haya descendido tanto siendo cómo es ya da mal rollo. Yo ya he abandonado todo eso. No busco ascender ni descender. Solo busco mi camino. Y tengo claro que no es con ellos.[/b][/color] — Derek se acercó a la chaqueta y la miró. —[color=olive][b] Me cuesta no juzgar tus decisiones, tío. Sabes que eres como mi hermano mayor, ¿no? Tú y Ko erais mi familia. La agencia es mi familia.[/b][/color] — Su mirada era una triste, pero seria. —[color=red][b] Yo también te tengo cariño, chaval...pero mira a tu alrededor cuando vas por la calle. ¿Ves algún cambio? No. Todo está como siempre. Ya sabes que la agencia es muy estricta. Y también muy cuestionable...te van a obligar a hacer cosas que no querrás hacer. Prefiero quitar una vida bajo mi propia responsabilidad y bajo mis propias ideas, y no porque me lo ordenen unos mendas trajeados con conocimientos superiores a los míos. Joder, aunque sepan el significado de la vida misma. No son dioses, pero hablan y se comportan como tal a veces. ¿O acaso crees que los miembros de la CCSH que nos cargamos en nuestra última misión no tenían amigos y familia?[/b][/color] — Su mirada se posó sobre el joven Luke. Éste último se quedó sorprendido, pero luego tornó su sorpresa en una expresión de enfado. Derek volvió a mirar la chaqueta y la agarró para mirarla mejor. —[color=olive][b] ¿Enserio? ¿Vas a jugar con esas cartas? ¡Esos tíos eran unos cabrones! ¡Cazan a la gente! ¡Tienen un montón de mierda orgánica sobrenatural capturada y maltratada! Sabes bien que si, por ejemplo, cogieran al viejo le harían infinidad de cosas para luego tenerlo encerrado. O peor...lo ejecutarían por su temperamento. ¡Pronto piensan ir a por el mutante de las garras! ¿Ya no le vigilas siquiera? ¡Nos puede ser útil![/b][/color] — Su voz dejaba clara su aún temprana edad en ese momento, pero el enfado era uno justificado. Derek tiró la chaqueta al suelo tras escuchar las palabras del chico. Agarró una pistola que se encontraba encima de la mesa y miró el cargador. —[color=red][b] Mi odio hacia la CCSH es el mismo que el tuyo, pero no hacia sus soldados comunes. Son los mandamases los hijos de puta que hacen todo eso. Un simple soldado cumple con su deber. Me los cargo si mi vida depende de ello...¿Pero ejecutarlos como hicimos esa noche? ¿Por qué? ¿Porque los jefes nos lo mandaron? ¿En el último instante de la misión? No soy el sicario personal de nadie. Además, no fue solamente el hecho de ejecutarlos como a animales lo que hizo que abandonase...pero aún no puedo hablar de ello. ¿Puedes marcharte? Esta noche he quedado. Tengo una cita.[/b][/color] — Volvió a cargar su pistola y se quedó observándola. Luke no quiso recoger la chaqueta. Tras un suspiro, abandonó el apartamento de Derek. Éste último se sentó de nuevo como al principio, apagando esta vez la televisión. A oscuras y en silencio, Derek comenzó a hablas sólo. —[color=red][b] Como te pongan un solo dedo encima, Luke...yo...los mataré a todos. No dejaré a ninguno con vida. Por favor, no te dejes engañar por nadie...[/b][/color] — Su voz comenzó a quebrarse. Se llevó las manos a la cara y se quedó en silencio un minuto, para después volver a encender la televisión y fijarse en cualquier cosa de interés. Quizás aún buscaba su cita para esa noche. [Center][/center]3 VOTOSXeper1574Hace 1 año57
@Xhepher y @Elena-elenita — [b][i]Lo entiendo. Un día, entonces[/i][/b] —le dijo al embajador. Pese a no tener mucho tiempo en su misión a contrarreloj, consideró un privilegio el mero hecho de haber sido escuchado. La enfurecida muchedumbre que injuriaba bajo sus pies era prueba de ello. Sobre por qué haría algo así por un Monroe... — [i][b]Es el último deseo de un moribundo al que le debo mi nombre[/b][/i] —se sinceró a medias tintas. Porque como ya es bien sabido, antes Egan no se llamaba como tal, sino Gummo. — [i][b]Pero cada palabra que digo me pone en un compromiso. Si quieres saber más, tendrás que acompañarme[/b][/i] —fue su condición. Más pronto que tarde, Vantis descubriría que el viajero no era ninguna clase de héroe. Por ejemplo, nunca había dado la vida por nadie. Y a lo largo de su infancia, tuvo miedo de tantos cuentos como estrellas pudieran contarse en el cielo. Una vez, lo tuvo cuando su padre le encomendó la tarea de cazar a una manada de catoblepas. En ese entonces el crío aún no sabía ni el abecedario. O cuando salió corriendo por patas en la batalla del río Mitra. Tan solo tenía catorce años. Así que Egan detestaba a esos fanfarrones que por allí iban pregonando: [i]Nombrad una parte del cuerpo y un reino, y ahí he sido herido[/i]. Los odiaba con todo su ser, como si le parecieran personajes de una novela caballeresca. — [i][b]En cuanto a esos bárbaros, pudiera ser más personal de lo que...[/b][/i] —y de nuevo, una interrupción. Le hubiera explicado a Vantis que la última expedición de los Vikars había sido en su hogar, Villaconejo, pero no pudo hacerlo. En un instante la embajada se había quedado en silencio, y nada podía escucharse a excepción de unas imponentes pisadas. Egan ladeó la cabeza en dirección al ruido. — [i][b]La emperatriz de las palabras[/b][/i] —dijo, reconociendo la figura que se hallaba ante ambos. [center][/center] — [i][b]Ya han pasado casi veinte años desde que me sentí como un bufón en tu corte[/b][/i] —recordó aquella ostentosa conmemoración, cuando el fénix aún conservaba su nombre. No había perdido el respeto a Sezerkhan desde entonces, pero de algún modo se había acostumbrado a su presencia. Después de todo, podría considerarse la verdadera matriarca de su linaje. — [i][b]¿A qué has venido? No esperaba volver a verte hasta la próxima ceremonia.[/b][/i]4 VOTOSTheory458Hace 1 año58EDITADO EL 14-01-2023 / 14:02 (EDITADO 2 VECES)
[size=20][center][b]Dante recibió el traje que le entregó Luna de una forma no muy apetecible por su parte.[/b][/center][/size] [center]De hecho, ni lo entendía ¿Por qué era necesario aquello? se preguntaba mientras se ponía el traje. Intentaba no ser muy borde, pues anteriormente sintió que se pasó con la que antes se podría considerar su amiga. Tras ponerse el traje se sentía algo avergonzado, no solía vestir así. La cuestión es que quiso pasar del tema rápidamente, subió al coche y entonces Luna le comentó que ella también debía cambiarse. [/center] [size=13][center][b][color=#954646]—[i] Anda que... espero no tarde mucho. No tendría sentido quejarme, pues me está haciendo el favor de recogerme y todo. Pff... Lo siento Yamaoko si no tengo paciencia. [/color][/b]— pensó Dante.[/i][/center][/size] Cuando Luna apareció, Dante se quedó , aunque normal cara a ella, por dentro estaba pensativo en lo guapa que se veía con el vestido. [b][color=#954646]—¿Nos movemos? [/color][/b]—[i] comentó Dante a través de la puerta del vehiculo.[/i] [center]Durante el viaje en coche no hubo mucha conversación, ni la habrá, hasta que ambos sean capaces de hablar de los hechos que los separaron. Pueden convivir perfectamente, pero el cariño o un trato real de uno a otro no se verá hasta que suceda lo anteriormente mencionado. Dante se atrevió a dar un primer paso. [size=20][i]- tose[/i][/size] [/center] [b][color=#954646]—Yamaoko me ha preguntado por ti.[/color][/b] [i] dijo con poco contacto visual hacia Luna , y echando la vista por la ventana.[/i] [b]— Yamaoko... ¿Sigue tan amable como siempre?. Es un gran hombre, alguna vez le fui a visitar, aunque muy poco y debí hacerlo más.[/b] Dante no sabia si decirle lo del Taller, puesto que podria afectar a Luna de forma emocional. Pero la vida era asi, y hay cosas que uno deberia aceptar por muy duro que sea. [b][color=#954646]— El Taller ya no está, y Yamaoko se fue...[/color][/b] [b]— ¡¿Como?![/b] [b][color=#954646]— No no, tranquila... No me refiero que falleció o algo así. Solo que... se fue a otras comunidades.[/color][/b] Vio como se reflejaba una pequeña lagrimilla en la mejilla de Luna gracias a la luz que pasaba a través del cristal. [b]— Bueno... Al menos está bien. O eso espero...[/b] [center][size=20]________________________________________________[/size] [/center] [size=20][center][b]En la Lucera...[/b][/center][/size] [center][spoiler="Tema"]4 VOTOSXeper1574Hace 1 año59[/spoiler][/center] Nick se fijó en el disparo de Adam. Hizo una mueca, en señal de desaprobación. Pero quiso darle Feedback. Le comentó que la puntería no lo es todo... la paciencia es clave en el éxito. Adam debía mejorar en control de su fuerza. Pero Nick , le dijo que su postura era perfecta, y que no se preocupe. Que poco a poco. Aunque debía entrenar más si es posible. [center][/center] [size=13][center][i]Nick sacó un cigarro se su bolsillo, y se lo encendió. Tras unos segundos de la primera calada , le dió un consejo a Adam. [/i][b][color=#28B0DB]— Te preguntarás el porque se debe controlar la fuerza. La fuerza de más puede perjudicar. Supongamos la diana es un terrorista, y tu al atravesarle, efectivamente, acabaste con él, pero la pared donde se ha golpeado la flecha seguidamente del terrorista, puede ser una victima a la que has matado también. [/color][/b].[/center][/size] [b][color=#28B0DB]— Chico, si corres como un rayo, te estrellaras como un trueno —[/color][/b] [i]Seguido de este comentario, Nick cogió su chaqueta, se la puso en el hombro y se despidió de Adam mientras se iba de la galería de tiro[/i]. [b][color=#28B0DB]— Como mola hacerse el interesante con frases Random de vez en cuando macho.—[/color][/b] [i]pensó[/i] [center]Luna llegó a La Lucera junto a Dante. Querían ir a comer, pero antes debían recoger cosas en el centro de trabajo de las torres. Nick, les vio y con toda la tranquilidad del mundo, Nick le exigió que porque no se encontraba en el puesto de trabajo a Luna, que lleva días rara.[/center] [b][color=#28B0DB]— Luna... ¿estas bien? Por favor, intenta no faltar y si lo haces al menos justifica o coméntalo con tiempo. Tienes a gente en prácticas, tómatelo enserio.[/color][/b] Tras una calada, Nick miró a Dante y preguntó. [b][color=#28B0DB]— Me llamo Nick, encantado.[/color][/b] [b][color=#954646]— Dante, un conocido de Luna.[/color][/b] [b][color=#28B0DB]— ¿Amigo?[/color][/b] [b][color=#954646]— Conocido.[/color][/b] [center][spoiler="Tema"][/spoiler][/center] [b][color=#28B0DB]— Perdona la pregunta, ¿Cuántos años tienes?[/color][/b] [b][color=#954646]— 32.[/color][/b] Nick sonrió ligeramente. [b][color=#954646]— ¡Se puede saber que le hace tanta Gracia![/color][/b] [b][color=#28B0DB]— Nada muchacho.[/color][/b] [b][color=#954646]— Me cago en...[/color][/b] [i]mientras se controlaba por los gestos de Nick[/i] [b][color=#28B0DB]— Bueno Dante. Cuídate. Luna, por favor, vuelve al trabajo cuanto antes. Sabes que el rey falleció y que la seguridad ahora es más importante que nunca.[/color][/b] Nick les pasó por de lado, pero de pronto se gira. [b][color=#28B0DB]— ¿Tienes curro Dante? .[/color][/b] [i]No sabia si contestar por los comentarios que tuvo hacia él, pero se controló y respondió[/i] [b][color=#954646]—No.[/color][/b] [i]Nick elevó los labios en señal de positivismo mientras miraba de arriba-abajo a Dante[/i] [b][color=#28B0DB]— Bien. Podrías currar con nosotros en seguridad. ¿Qué te parece? [/color][/b] Luna le dió un codazo a Dante . Suponía que porque, así tendrían más tiempo para hablar las cosas. Aunque por ayudar, seguramente Luna, valorase menos el trabajo sin llegar a darle igual. [b][color=#954646]— Si claro.[/color][/b] [i]Nick siguió caminando [/i][b][color=#28B0DB]— Bien, pues contratado, mas tarde arreglamos papeles. Y así podréis hablar más tranquilos ambos sin dejar el puesto eh.[/color][/b] [center]Luna y Dante se miraron, sin saber muy bien que acaba de ocurrir. En cuanto a Nick... [b][color=#28B0DB]— Ni me he dado cuenta de como iban vestidos. En fin, ni quiero saberlo.—[/color][/b] [i]pensó[/i] [/center]EDITADO EL 14-01-2023 / 14:22 (EDITADO 1 VEZ)
[center][/center] Soos era una pequeña foquita que nació en el reino de [url=https://i.postimg.cc/MTSkDC3p/yjoSXI5.png]Aquias[/url], y cuando añoraba su lejano hogar, descifrar las imposibles figuras que había en el cielo le ayudaba a evidarse. Esto era así porque las estrellas de Broken Core no son como las nuestras. Algunas de ellas, por ejemplo, siquiera están compuestas por gas. ¿Cómo es esto posible? Pues del mismo modo que lo son las brujas y los duendes, o la mera existencia de Soos. Cuando uno se adentra en las maravillas de la fantasía, no se cuestiona por qué un gato tiene una pata de más. Así de simple era. Y así de simple le resultó a la foquita ver una esfinge en el cielo, o un carruaje tirado por camellos voladores. Porque si se lo imaginaba, entonces ahí estaban. Sin embargo, poco le duraría ese tiempo de paz, que fue perturbada en cuanto escuchó un dulce maullido desde la maleza. Soos dio un respingo y se levantó del peñasco en el que estaba sentado. [i]"¡Pero que estoy haciendo!"[/i], se dijo el mamífero. Ahora mismo debería estar resguardando la seguridad de Alex. Pero aquel maullido... ¿Y si era una pantera? ¿O un cambiaformas, haciéndose pasar por una? Tenía que investigarlo. Al fin y al cabo, su responsabilidad era asegurarse de que no se tratase de ningún peligro. Con cautela se acercó a los arbustos que tenía detrás de sí. [i]"¿Será un perro? Como va a serlo, si los perros no maúllan"[/i], se aventuró a pensar de nuevo. Justo en aquel momento, cuando aún dudaba sobre si dar un paso adelante o no, descubrió la respuesta que tanto anhelaba: Era un gato. [center][spoiler="Un gato negro."]5 VOTOSElena-elenita7890Hace 1 año60[/spoiler][/center] [center][/center] — [b][i]¡Corre, Alex![/i][/b] —histérico, Soos dejó atrás el arbusto y fue a despertar al niño. — [b][i]¡Rápido![/i][/b] —insistió, zarandeándolo. — [b][i]¿Qué es lo que pasa...?[/i][/b] —se preguntaba el pequeño. — [b][i]¡Nos han encontrado! ¡Vamos![/i][/b] —cogiéndole del brazo, el fócido emprendió lo que de pronto se había convertido en una carrera. ¿Quiénes les habían encontrado? Las brujas, por supuesto. O al menos una de ellas, aunque todas disfrutaban del mismo espectáculo. A sus espaldas, les perseguían al menos una docena de gatos negros que, según corrían, sus cuerpos se iban moldeando y desformando. Uno de ellos se convirtió en una garza de seis metros y, emprendiendo el vuelo, abrió sus afiladas garras para capturar al muchacho con ellas. — [b][i]¡Hazte a un lado![/i][/b] —quiso advertirle Soos, pero fue demasiado tarde. La garza negra ya había elevado al chico después de echarle las zarpas encima. Cabe recordar que los tendones de Alex eran muy frágiles, porque cada vez que hacía uso de sus poderes, se astillaban al volverse poco a poco de madera. — [b][i]¡Ni se te ocurra![/i][/b] [center][/center] [i]¡Zas![/i], o la onomatopeya que más te guste para esta acción, y es que Soos había [i]degollado[/i] con su [i]degolla-rufianes[/i] las garras de la garza que sujetaban al pequeño Alex, y este cayó de culo contra el suelo. Tanto el ave como el niño dejaron escapar un grito desgarrador, uno con más motivo que el otro. — [b][i]¡Ay![/i][/b] — [b][i]¡Arriba, Alex![/i][/b] —dijo el albino mamífero, y nuevamente le cogió del brazo. El bosque en el que los fugitivos habían decidido esconderse ahora jugaba en contra de ellos. Mientras corrían desesperados de los monstruos de Bernkastel, la vegetación parecía cobrar vida buscando enredar sus extremidades. El monroe se tropezó y volvió a caer al suelo, esta vez a causa de un latigazo que le propinó la raíz de un árbol. A Soos no le faltaron intenciones de ayudarle, pero cuando se propuso hacerlo, uno de los gatos ahora transformado en un gigantesco tigre se abalanzó contra ambos. [center][/center] El fócido lo interceptó con su hacha dorada. Arrodillado y asustado, Alex contemplaba como su guardaespaldas forcejeaba con un trige casi tan grande como un elefante. — [b][i]Si tan solo Egan estuviera aquí...[/i][/b] —lamentaba Soos entre-dientes, viéndose derrotado ante la fuerza del felino. Pero ya no podía seguir dependiendo de él para defender al muchacho. Debía hacerlo por sí mismo ahora que el fénix ya no estaba con ellos. Echándose hacia atrás, Soos hizo que el tigre perdiera súbitamente el equilibrio. Y aprovechando la oportunidad, esta vez se echó hacia adelante, rematando al sirviente de Bernkastel al incrustarle su hacha en el cráneo. El resto de bestias cambiantes que rodeaban al dúo retrocedieron con cierto respeto. Al cabo de unos minutos, Alex y su leal protector se encontraban totalmente solos en medio del bosque. — [i][b]Deberíamos... escondernos...[/b][/i] —decía Soos ahogándose en su agitada respiración. Ambos estuvieron de acuerdo. Si bien el peligro aparentaba haber cesado, nada les garantizaba que dentro de un tiempo tuviesen que correr de nuevo. Así que, aún excitados y fatigados por la persecución, se dirigieron a esa cueva detrás de la cascada en la que antes se detuvieron a descansar. Tras una larga caminata la encontraron, pero esta vez había algo distinto en ella. No sabían el qué. Soos encendió una débil hoguera con dos pedernales y, entonces, la cara de Alex se palideció como la leche. Detrás del fócido se discernía un ser monstruoso, cuyos órganos estaban expuestos al aire libre y sujetos entre sí por robustas y verdosas venas. Confusa, la foquita le preguntó al niño: — [i][b]¿Qué sucede? Te noto algo raro.[/b][/i] [center][/center] [center]El juego eterno de la bruja no había hecho más que comenzar[spoiler="."]sí, he editado el comentario dieciséis putas veces[/spoiler][/center]EDITADO EL 16-01-2023 / 00:21 (EDITADO 16 VECES)
[center][/center] [center][size=21][b]Resilente[/size][/b][/center] [center][i]Llamando a las puertas del cielo. Así era. Ellos llamaban a las puertas del cielo. Pero nadie contestaba. Porque los Dioses al otro lado, se habían ido tiempo atrás.[/i][/center] Cuando la muchedumbre estalló en aplausos, pareció que las puertas de la catedral caerían ahí mismo. Incluso lejos de ahí, en las calles colindantes se escuchaban los aplausos. Atronaban en los oídos como un millar. Un millar de fieles que habían perdido a quien rezar. Tuvo que tomar una bocanada de aire cuando se detuvieron tras girar una esquina. Entendía porqué se habían ido tan apresuradamente, tanta emoción podía ser del todo peligrosa. Pero en los ojos de Alter entrevía otro motivo. Los había detenido hacia ya unos minutos, y se había llevado la mano a la oreja, como si hablara con alguien aunque solo pareciese que lo hacia con sus adentros. Ella le había seguido sin chistar, siempre había sido así en realidad. Pero esta vez les acompañaba alguien más. Alguien a quien miraba de vez en cuando. Era extraño, porque a ratos creía haberse acostumbrado tanto a su presencia que casi ni siquiera la notaba como alguien ajeno. Y otras, le parecía que lo acababa de ver por primera vez. [b]- Chico.-[/b] Su voz, tras haber estado extasiada en el sonido de su violín le resultó violenta. Demasiado dura. Y le miró casi por impulso. Para ver como Alter agarraba a Iron del hombro y con un suave zarandeo pegaba su cara demasiado a la de él. [b]- Recomponte.-[/b] Ella también se había dado cuenta. Quizás también aquello influía en la rapidez con la que los había sacado de allí. [b]- No estamos de viaje turístico.-[/b] Pero le resultó innecesario. Arrugó la nariz al escuchar la sequedad con la que le habló. Y se descubrió a si misma quitando la mano de Alter del hombro de Iron. [b][color=steelblue]- Esta bien.-[/color][/b] Se sorprendió al escuchar su propia voz con la misma rudeza que la de él. Alter dio un paso atrás mientras la observaba, y suspiro como si se le acabasen de echar todos los años encima. Aunque sonrió, como un padre que acaba de regañar a un hijo sin maldad. [b]- Vamos a un edificio que está cerca de aquí.-[/b] Y reinicio el paso. Aunque esta vez, más tranquilo. [b]- Que ya todos sabemos que toca bien, pero no es para tanto chico.-[/b] Bromeó, metiéndose con él. Y con la supuesta relación que les había montado. Consiguiendo un súbito manotazo en la espalda por parte de Delaila, al que solo contestó con una ronca risa. Y entonces, por restarle importancia al asunto. Creyendo que le hacia un favor a Iron, ella también entró al juego. [center][b][color=steelblue]Seguro que cree que no solo toco más que bien.[/color][/b][/center] [center][/center]4 VOTOSCrisgv13401Hace 1 año61
[center][size=20][b][i][color=cornflowerblue]Retazos de un sueño que parecen recuerdos lejanos. Recuerdos lejanos que parecen retazos de un sueño. Me gustaria unirlos todos.[/size][/color] [color=cornflowerblue][size=24][u] Junto a ti[/u].[/i][/b][/size][/color][/center] Poco a poco volvió a la realidad, no entendía muy bien lo que acababa de pasar pero quizá es que había empezado a recordar probablemente algo de su pasado, o quizá solo fuese una pesadilla o un sueño más. Siguió el ritmo de Alter hasta que decidió pararse para asegurarse de que el propio Iron estaba bien posando su mano en su hombro. Lo cierto es que todavía estaba digeriendo un poco todo lo que acababa de pasar en aquel lugar, era como si la música de Delaila le hubiese transportado a otro momento de su vida en su mente, algo así como había pasado al ver el colgante que pendía de su cuello perteneciente a la emperatriz. Era extraño, ¿Tendría Delaila algo que ver con su pasado? No, seguramente no, acababan de conocer hará quizá ya unas horas, era imposible que se conociesen ya de antes. Escuchó las palabras de su maestro, y aceptó la regañiña, se la merecía pues había estado aturdido unos momentos en los que podría haber pasado algo vital, tenía toda la razón del mundo. [b][i]— [color=Cornflowerblue]Tiene razón, bajé la guardia.[/color] —[/i][/b] Dijo para deslizar su mirada hacia Delaila intentando todavía comprender porque había pasado lo de hace unos momentos, ¿Sería alguna cualidad que tenía ella de brotar los recuerdos con su música? En cualquier caso Iron parecía haber tomado una decisión. Estaría con Delaila hasta que recobrase totalmente su memoria, aunque por supuesto no podía decir nada sobre lo ocurrido a Alter ni a nadie, era algo que debía guardar y tratar el mismo pues no era ni el momento ni la situación como para ponerse con supuestos acontecimientos. Se dio unos toques en la máscara a modo de estar totalmente preparado. [b][i]— [color=cornflowerblue]Ha sido culpa mía, la máscara me aturdió un poco con la música, no se repetirá.[/color] —[/i][/b] Dijo respondiendo a Alter aunque su mirada seguía posada en Delaila como si estuviese hipnotizado mirándola aunque debido a la máscara se creería que estaba mirando hacia Alter sin ningún problema pues ocultaba totalmente su rostro. [b][i]— [color=cornflowerblue]¿Cuál es la forma de proceder?[/color] —[/i][/b] Preguntó a su maestro. Emprendió la marcha con ellos. [b][i]— [color=cornflowerblue]Esa mirada tuya transmite incluso más que tu música señorita Delaila.[/color] —[/i][/b] Dijo de forma serie a libre interpretación de si era broma, o si iba totalmente en serio, prefirió dejarla con la duda, pero su voz sonaba mucho mas cercana y cálida que la del frío Iron que había hablado hasta ahora, pues si algo estaba claro es que Delaila se había vuelto importante ahora mismo para Iron también, y no solo por ser a quien debía proteger, ni por ser la protegida de la emperatriz, sino porque ahora representaba algo para él en su vida. [center][i][size=12]La posible respuesta a su existencia.[/size][/i][/center] [center][/center]4 VOTOSElena-elenita7890Hace 1 año62
[center][/center] [center][size=21][b]Resilencia[/size][/b][/center] [i]"Soledad, la nieta de Rafael Barret, solía recordar una frase del abuelo:[/i] [center][i]- Si el Bien no existe, hay que inventarlo.[/i][/center] [i]Rafael, paraguayo por elección, revolucionario por vocación, pasó mas tiempo en la cárcel que en la casa, y murió en el exilio. La nieta fue acribillada a balazos en Brasil, el 7 de enero de 1973. El cabo Anselmo, marinero insurgente, jefe revolucionario, fue quien la entregó. Harto de ser un perdedor, arrepentido de todo lo que creía y quería, él delató, uno por uno, a sus compañeros de lucha contra la dictadura militar brasileña, y los envió al suplicio o al matadero. A Soledad, que era su mujer, la dejó para el final. El cabo Anselmo señaló el lugar donde ella se escondía, y se alejó. Ya estaba en el aeropuerto cuando sonaron los primeros disparos.[/i] [center][size=21][b]. . .[/b][/size][/center] [b][color=blue]- Eh Seeker.-[/color][/b] Le miró al ritmo que separaba la botella de su boca. [b]- Estoy haciendo un verdadero esfuerzo por seguir mi parte del trato y no cortarte la lengua. Pero me lo estas poniendo verdaderamente difícil. ¿Crees que se darán cuenta si lo hago?- [/b] Era una pregunta estúpida, claro que se darían cuenta. Asi que el Monroe la ignoró completamente y siguió con lo que iba a decir. [b][color=blue]- El mundo desde que perdimos las reuniones de té es una puta mierda. ¿Alguien sabe acaso ya lo que es hacer el bien?-[/color][/b] Le pilló pensando en si un guantazo entraría dentro de los límites del pacto. Aunque le había traído a rastras con una cadena desde la torre de la Emperatriz, quizás ya había rozado bastante el límite de lo que era esperable que no pudiese hacer. Así que prefirió interesarse por la absurda hipótesis del chico. [b]- ¿Se puede saber a qué coño te refieres?-[/b] Y el Monroe le alcanzó la mano instándole a darle la botella, pero solo obtuvo una mirada inexpresiva. [b][color=blue]- Que ella tenía razón en todo. Esta mierda es terriblemente tediosa. Y nadie en su sano juicio la haría durante mucho tiempo. Así quién cojones va a hacer el bien sin esperar nada a cambio. Quién cojones va a querer ser monarca por mejorar algo de verdad. No me extraña que todos los que tocan el poder durante mucho tiempo sean unos malditos corruptos. O unos jodidos psicópatas. Con perdón eh, que ya sé que tu padre era un jodido psicópata por elección.-[/color][/b] Y esta vez, si que le pasó la botella. [b]- Me da igual lo que digas de mi padre. Todo lo que digas será cierto, y lo que no puedas ni imaginar también. Pero ni se te ocurra mencionar a mi madre o te cortaré la lengua de verdad, y se la llevaré a la Emperatriz por si puede hacer algo con ella.-[/b] En respuesta el Monroe le pegó un buen trago a la botella, y tal como lo hizo su cara se convirtió en sorpresa. [b][color=blue]- Pero si esto ni siquiera es vino Seeker.-[/color][/b] [b]- Que no me llamo Seeker.-[/b] [b][color=blue]- Bebes Whisky así que te llamas Seeker.[/color][/b] [center][size=21][b]. . .[/b][/size][/center] [center][i]Cuando lloren de nuevo, volveremos a encontrarnos.[/i][/center] ¿Escuchas sus llantos a lo lejos? Son como una nana. Una bella canción de cuna. Me pregunto porqué lloran ahora. [b][color=darkorchid]- Cuanto más fuerte lloren...-[/color][/b] [right][b][color=#FF1493]- Antes volveremos a encontrarnos.-[/color][/b][/right] [center][b][color=#FF1493]¡Que[/color][/b] [b][color=darkorchid]lloren![/color][/b][/center] [center][/center]4 VOTOSElena-elenita7890Hace 1 año63
[center][i]Algún día, cuando este mundo llegue a su fin, y este planeta deje de existir, tal vez nosotros volvamos a vernos una última vez...[/i][/center] [center][/center] Se le había quedado mirando. Casi como si hubiera dejado de respirar. Mordiéndose la mejilla interiormente. ¿Le estaba mirando? ¿Le había estado mirando? No lo sabría. Pero sonrió. Antes de que sus mejillas se tiñesen levemente. Alter había sofocado una carcajada con su propia mano, y caminaba por delante suya dejándoles algo de espacio. [b][color=steelblue]- Gracias.-[/color][/b] Le miró otra vez, aunque apartó rápidamente la vista, intentando ocultarla en algún otro lugar que no fuera él. Miró el violín que ahora llevaba de su mano izquierda en el estuche. Pero volvió a mirarle. Y esta vez alargó la mano hacia su mascara. [b][color=steelblue]- En realidad lo siento, debe de ser un incordio con esa máscara escuchar un concierto tan de cerca.-[/color][/b] Lo había dicho antes de darse cuenta. Y aunque realmente no es porque se sintiese culpable. No podía dejar de pensarlo. Le daba cosa, no por ella, sino por él. No podía ni imaginarse cómo debía de ser. Tenía muchas dudas, pero ninguna le parecía educada. Y tampoco le parecía apropiado parecer triste o interesada. Estaba segura de que a nadie le gustaría que sintiesen compasión por él. Aunque no fuese el caso. ¿Le habría molestado de verdad? Observó de soslayo el maletín del violín, y recordó el día que un niño se echó a llorar delante suya. Apenas había tocado la segunda nota cuando el crio comenzó a chillar y llorar a moco tendido. Ese día en vez de tocar, había cantado, había tarareado las notas de la partitura, como si fuera una nana. Aunque luego había vuelto a llorar igualmente. [b][color=steelblue]- La próxima vez, te lo cantaré en bajito.-[/color][/b] Aunque no sabía si habría próxima vez. Pero esperaba que sí.1 VOTO