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Durante varios años he estado viendo la mayoría de los animes “isekai” y en algún momento también comencé varias de sus novelas. No estoy aquí para defenderlos, buena parte de ellos son pura basura. ¿Qué porque los veo entonces?, por los mismos motivos por los que voy al Burger King o a cadenas de pizzerías. Es comida basura que no me aporta nada bueno, y que puede llegar a hacerme daño, pero no deja de gustarme solo por eso. He visto muchos que me han hecho gracia por lo malos que eran y los veía con amigos para reírnos como si leyéramos un “badfic” del estilo de “Luz de Oscuridad: las aventuras de Darth Yagami” (ej: “Master of Ragnarock”). En algunas ocasiones me he llegado a encontrar algunos que ni yo podía disfrutar (“Hyakuman no inochi no ue ni tatteiru” o “La fruta de la evolución” (¿Cómo esa basura pútrida se las ha arreglado para conseguir otra temporada?)) También ha habido aquellos que me han parecido genuinamente buenos, como “Honzuki no Gekokuko (aunque recomiendo más la novela ligera)”. Pero hoy quería explicar el curioso caso de mi experiencia hasta el momento con “Tensei shitara Ken datta” (a partir de aquí “Sword daddy”), una novela que empecé a leer hará aproximadamente una semana tras llamarme un poco la atención la sinopsis y con la que no tenía ninguna expectativa. No digo que sea curiosa porque me parezca que es una novela particularmente sensacional. Me parece curiosa porque el principal motivo de que la esté disfrutando no es lo que ofrece sino lo que está ausente. ¿Qué es lo que está ausente?, el componente “ecchi”, el harem de heroínas secundarias que se vuelven irrelevantes una vez se soluciona su conflicto personal, las escenas de mujeres peleándose por un MC que o no tiene personalidad ninguna o es poco más que un “edgelord”, las sub-tramas románticas que obstaculizan el desarrollo de la trama principal, un MC que desde el primer tomo ya podría dominar el mundo si se los propusiera y rara vez tiene que ponerle ganas al combatir... Muchos de estos tropos del “isekai” se me hacen llevaderos en sus versiones animadas pero en las novelas ligeras son el principal motivo de que las deje de leer a la mitad. (ej: “Realist Hero” la deje de leer porque sus escenas románticas me resultaban demasiado insulsas y vi que iban a dedicar un volumen entero a estas escenas y a bodas. “Arifureta” la deje cuando las discusiones entre las heroínas por Hajime ya ocupaban varias páginas seguidas). Es por eso que, mientras leía “Sword daddy” (por el Tomo 4 en este momento), me preguntaba porque me estaba gustando tanto a pesar de lo simple que es, y de que se nota que quien lo escribió no tiene mucha experiencia (Disclaimer: Opinión personal, yo probablemente lo haría peor). Y la cuestión es que me está gustando precisamente porque es muy simple y, consecuentemente, carece de la mayoría de los tropos que me han hecho dejar la mayoría de las novelas que he empecé. No tiene un “harem”, no tiene romance ninguno, no tiene unos protagonistas que ganen siempre sin esfuerzo alguno, no tiene apenas “fanservice ecchi” ni escenas largas del MC hablando de los hermoso que es su “harem”, no tiene monólogos de 20 páginas donde el MC empieza a hablar de sus emociones hacia la heroína “Menganita”… En definitiva, NO TE HACE ESPERAR PARA LA CONCLUSION SATISFACTORIA QUE BUSCABAS CUANDO EMPEZASTE A LEER ESE TOMO. Dicho de otra forma, es una buena comida rápida. Yo no empecé a leer la mayoría de esas novelas esperando que fueran la octava maravilla del mundo así que lo último que quería era pasarme varios volúmenes enteros leyendo sobre una relación romántica cuyo desenlace es dolorosamente obvio desde la primera mención. Tampoco buscaba un gran villano malvado que sobreviviera encuentro tras encuentro siendo en cada caso igual de insoportablemente odioso, si vas a hacer un villano así mátalo antes del final del tomo u opta por antagonistas con personalidades más complejas (Te estoy mirando a ti “Héroe del Escudo” (“droppeado” en el tomo 14)). Tu no vas a un Burger King para tener que esperar durante 3 horas antes de empezar a comer un chuletón que ha sido preparado con esmero, vas para comer rápido una comida que es mierda pura pero sabe bien igual (Obviamente no todos los “isekai” entran en esta categoría de “comida basura”, los hay que son genuinamente buenos, incluso si son una minoría.) “Sword daddy” me da lo que busco sin hacerme “esperar hasta que se enfrié antes” antes de dejarme empezar a comer (meter escenas que tratan de añadir complejidad a la trama pero que, al no saber el autor escribir, acaban estropeando algo que era mejor siendo simple). Su protagonista es gracioso y su relación “Padre/Hija//Maestro/Discípula” con Fran es entretenida, y a veces se las arregla para ser conmovedora, sin que se lleguen a desprender ningún tipo de atracción romántica por ninguna de las partes (te estoy mirando a ti, “Si fuera por mi hija mataría incluso al Rey demonio”). Es una aventura más bien simple y, por el momento, para el final de cada tomo se consigue una conclusión relativamente satisfactoria para el arco argumental que se desarrollaba en el mismo, y que se integra en el marco que es la aventura en conjunto. ¿Me parece que “Sword daddy” es una obra maestra?, en absoluto. Me parece decente, dentro de lo que estoy acostumbrado a encontrarme en el género “isekai”, y disfrutable. El anime solo lleva 3 capítulos pero me gusta como lo están manejando de momento. Me esperaba que recibiera el trato que recibe la mayoría de “isekai” genéricos de temporada pero, para mi sorpresa, se nota que le están poniendo ganas y presupuesto en lugar de tratarlo como una hamburguesa 1 Euro.
Me pasó lo mismo. Al final isekais como Arifureta me cansaron por que se centran en ver como chicas sin apenas desarrollo de personaje se pelean por el prota de turno. Hay pocos que se centran en dar una buena historia y resultar interesantes. En mi opinión los mejores serían Re:Zero y Overlord.1 VOTO