Otros
Unirme al grupo
Reportar abuso
El perro del vecino no paraba de ladrar. Toda la culpa era de un gato que se había subido al tejado y no podía bajar. Desde que el perro lo había visto no había callado. Decidió seguir leyendo la novela que hacía poco había comenzado. Toda la casa era a oscuras, al igual que la calle y las demás casas. Dos y media de la madrugada. Después de encender la lámpara de la mesilla de noche y con el libro en las manos comenzó a leer a partir del punto en el que había terminado la última vez que lo había cogido: [i]"De golpe todo se volvió silencioso. La casa, la calle, todo. Un viento suave levantaba apenas los papeles que había en el suelo de la calle. El viento de repente se detuvo. La luna y las estrellas se fueron oscureciendo. Una pequeña piedra entró por la ventana."[/i] Cerró el libro y se dirigió hacia la ventana. El perro del vecino ya no ladraba porque por fin se había ido el maldito gato del tejado. La tenue luz de las farolas de la calle le dejaron ver una figura humana que caminaba por el otro lado de la calle. Volvió a la cama abriendo el libro: [i]"Entonces desde la calle se sintió un gran chasquido y una luz muy intensa iluminó toda la estancia. Se levantó de un salto."[/i] El calor era muy intenso, como cada año a finales de julio. Fue hacia la ventana y se apoyó. [i]"Cerrando el libro que tenía en las manos miró la calle y después el cielo. Todo estaba desierto. El viento volvía a soplar. Cansado dejó el libro sobre la mesilla y se dirigió hacia la cama. El perro del vecino comenzó a ladrar." [/i] El sueño le cerraba los ojos. Ahora el libro estaba sobre la mesilla de noche y él sentado en la cama. Cuando iba a apagar la luz vio una pequeña piedra bajo la ventana. Fin [i]Crafterlock[/i]. [spoiler="Eso sí..."]El cuento es una puta mierda, todo hay que decirlo.[/spoiler]1 VOTOVulve Crafterlock
Subpole casiIncolume1040Hace 2 años2EDITADO EL 14-06-2022 / 09:15 (EDITADO 1 VEZ)
Que no se ha muerto, que solamente ha tirado la toalla y se ha largado. Como tantos otros antes que él. No creo que haya que dedicarle historias ni cánticos, nos abandonó.