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La muerte a patadas en la Ciutadella de esta mujer trans supuso un punto de inflexión para el movimiento en plena lucha por la equiparación de derechos Sonia, la transexual asesinada por un grupo neonazi en la Ciudadela, con la noticia publicada por 'La Vanguardia' el 8 de octubre de 1991 | CG Si hasta ahora se conocían pocos detalles de su vida, [url=https://www.eldiario.es/catalunya/vida-asesinato-sonia-rescalvo-despues-lucha-transfobia_1_8358384.html]elDiario.es pudo aportar recientemente documentación y testimonios[/url] para reconstruir parte de su trayectoria. Rescalvo nació en un pueblo de Cuenca el 12 de octubre de 1956 y llegó a Barcelona muy joven, para poder vivir su identidad con mayor libertad. Durante años fue artista y [i]vedet[/i] en distintos teatros y clubs de [i]striptease[/i], pero encadenó [b]dos relaciones sentimentales turbulentas que la llevaron a la depresión y posteriormente al consumo de drogas[/b], según explica su excompañera de piso, la cabaretera retirada Silvia Reyes. En una entrevista concedida a la revista ‘Lib’ a finales de los 70, cuando tendría poco más de 20 años, Rescalvo ya se reivindicaba sin complejos como mujer transexual. [b]"Yo no me considero travesti, pues durante todo el día soy una mujer"[/b], aseguraba. Sonia Rescalvo, fotografiada para la revista 'Lib', en una imagen recogida en 'El libro de los travestis', que conservaba en su casa la activista Beatriz Espejo Acto de recuerdo a Sonia Rescalvo en la glorieta donde fue asesinada y que desde 2013 lleva su nombre. La madrugada del 6 de octubre de 1991 seis [i]skinheads[/i] asesinaron a patadas a Sonia Rescalvo Zafra, una mujer trans que dormía en el Parc de la Ciutadella. [b]La brutalidad del ataque[/b] marcó un punto de inflexión en la lucha del movimiento LGTBI y, en particular, [b]para las transexuales[/b], admite la escritora Beatriz Espejo, fundadora del Colectivo de Transexuales de Catalunya, [b]que pone en el mismo nivel el acoso y la represión que sufrieron las trabajadoras sexuales del Camp Nou para hacerlas desaparecer de las calles de Barcelona en las vísperas de la cita olímpica.[/b] [b][u]El crimen abrió la puerta a un cambio de concienciación no solo social, para hacer evidente hasta qué punto el fascismo actuaba libremente buscando víctimas desprotegidas, sino sobre todo institucionalmente[/u].[/b] Cuatro años más tarde, los legisladores aprovecharon la reforma del Código Penal para tipificar los delitos de odio. [b]Los seis [i]skinheads[/i][/b] no pudieron ser condenados de acuerdo con esta reforma, a pesar de que la sentencia de la Audiencia de Barcelona sí que constata que [b]actuaron por un odio ciego hacia las personas que viven en la marginalidad[/b], recuerda María José Varela, la abogada que representó la acusación popular en aquel proceso. De hecho, la figura de Sonia “sumaba muchas discriminaciones” y marginalidades, relata Jordi Samsó, histórico activista del movimiento LGTBI, en aquella época miembro del Front d’Alliberament Gai y actualmente presidente del Casal Lambda, para quien aquel fue “un asesinato clarísimo de odio” que se aprovechó de "la fragilidad absoluta" de las víctimas. [b]Sonia Rescalvo[/b] había llegado a Barcelona desde su Cuenca natal precisamente para alejarse de un mundo cerrado y de una familia que no aceptaba su diferencia. [b]Actuó como vedet en los teatros del Paral·lel, pero, sin muchas alternativas, tuvo que trabajar en la prostitución y finalmente [u]acabó perdida en la calle en una espiral de deterioro y sin ayudas[/u].[/b] “[b]Tocar el tambor[/b]” Un grupo de seis jóvenes cabezas rapadas, de profunda ideología nazi, decidiera salir a “[b]tocar el tambor[/b]”, que en su macabra jerga significaba [b]salir de cacería por las calles de la ciudad para golpear en la cabeza a cuantos negros, indigentes o transexuales se cruzasen en su camino[/b]. La banda, armada con puños americanos y con la puntera metálica de sus botas militares Dr. Martens recién embetunadas, se abasteció de drogas y abundante alcohol en los bares del casco antiguo que solían frecuentar. [b]Bien servidos de esa gasolina para el odio, con desmedida saña y crueldad, los muchachos irrumpieron en la glorieta central del parque de la Ciudadela donde Sonia y Dori, abrazadas y arropadas bajo dos mantas mugrientas, se cobijaban de la fría noche.[/b] [b]Brutal agresión[/b] Sin más, [color=#8A0808][b]las apalearon entre risas, gritos e insultos[/b][/color] que proferían como si se tratase de una banda sonora macabra. Lo hicieron durante varios minutos, [b]ajenos a las súplicas desesperadas de sus víctimas[/b], amparados por la negrura de una noche. [color=#8A0808][b]Tras dejar a Sonia muerta y gravemente herida a Dori, los jóvenes neonazis (tenían entonces entre 16 y 18 años) se dispusieron a abandonar el parque con la satisfacción de la misión cumplida,[/b][/color] entre carcajadas y abrazos cómplices. Casi en la puerta de la Ciudadela, [b]los asesinos se cruzaron con Antonio, un indigente, un sin techo que, como tantos otros[/b], recaía en el céntrico parque en busca de la protección de los frondosos árboles contra la lluvia otoñal. Y [b]Antonio, que era y es un hombre digno, les salió al paso, les plantó cara, les recriminó lo que acababa de suceder[/b]. Los nazis supieron entonces que la fiesta no había acabado y le pegaron. [color=#8A0808][b]Le destrozaron la cara. Le dejaron ciego[/b][/color]. [b]Todos a una[/b] [b]La prensa se hizo eco de la barbarie de la Ciudadela y no cesó en su cometido de informar y denunciar[/b] los atropellos que sufrían un determinado sector “proscrito” de la sociedad. El debate social creado amilanó a aquellos joven nazis que replegaron velas, al menos durante unas semanas. Pero [b]los Mossos[/b], que habían echado toda la carne en el asador, no tardaron en apuntar, certeros, al grupo de sospechosos. [size=27][b][u]Detectaron que pertenecían a los Boixos Nois[/u][/size] y que, en pequeño comité, se jactaban de lo acontecido en el parque.[/b] Tres de los seis neonazis condenados por asesinar a golpes a la transexual Sonia el 6 de octubre de 1991 en el parque de la Ciutadella de Barcelona. [b]Les pincharon los teléfonos[/b] y aquellos muchachos “se derrotaron” propiciando la actuación policial. El día 11 de marzo de 1992, es decir, cinco meses después del crimen, los Mossos detuvieron al grupo de neonazis y registraron sus domicilios y locales. En ellos, [b]se incautaron de abundantes armas blancas, parafernalia y propaganda nazi y franquista y de las botas Dr. Martens utilizadas. [u]La policía científica todavía encontró restos orgánicos de Sonia en aquel calzado.[/u][/b] [b]Un cambio de mentalidad[/b] La Audiencia condenó a los seis [i]skins[/i] a un total de 310 años por asesinato, a pesar de que rechazó que formaran un grupo organizado porque entendía que no obedecían ninguna orden. Sin embargo, [color=#8A0808][b]los jueces no tuvieron ninguna duda de que tenían una clara voluntad de matar y no solo de herir, como demuestran el ensañamiento y el hecho de [u]que remataron a una de las víctimas cuando oyeron que todavía respiraba[/u]. Dori quedó herida grave y el sin hogar quedó ciego.[/b][/color] Esta era una acción que los agresores definían con la expresión “tocar el tambor” y que para Varela era una muestra de “la crueldad” del grupo de neonazis, “que tenían publicaciones propias y que salían a agredir a homosexuales, drogadictos o personas sin techo” La activista Espejo señala que en la primera sentencia hubo "cierta justicia", porque suponía "un antes y un después", puesto que admitía la existencia de la transfobia. Años después, el Tribunal Supremo rebajó la condena a la mitad porque no consideró que hubiera una voluntad expresa de asesinar, y dejó el crimen en homicidio. [b]Las crónicas periodísticas de entonces recogen sustantivos como travesti para referirse a la transexualidadde Rescalvo, un ejemplo de cómo la sociedad no distinguía la diversidad de identidades de género y sexo[/b]. De hecho, en aquel momento las siglas del movimiento se reducían a la G de gais y, en mucha menor medida la L de lesbianas, mientras que las realidades representadas por las otras letras eran poco conocidas. Eran tiempos en los que la lucha contra el VIH y el sida, y el estigma que conllevaban, todavía era muy presente y centraba casi todos los esfuerzos. De hecho, fue una época en la que el colectivo LGTBI dejó de ser perseguido legalmente, pero todavía había todo un cuerpo de leyes discriminatorias que les impedían acceder a derechos civiles básicos. Por eso, Samsó dice que [b]el crimen de la Ciutadella tiene que servir para "hacer memoria" de la carrera por conseguir la igualdad real, aquello que él denomina "la impertinencia de dar derechos", como los que reconoce la ley de la no discriminación de 2003 o la del matrimonio igualitario, de 2005.[/b] Placa en recuerdo a Sonia en la glorieta en donde fue asesinada. REGIDORIA DE DRETS SOCIALS [b]Consecuencias y homenajes[/b] [color=#045FB4][b]Sin el rechazo del asesinato del Sonia quizás Barcelona no habría LA PRIMERA CIUDAD EUROPEA en la que habría tenido un fiscal especializado en delitos de odio, o de haber sido [u]una comunidad pionera[/u] a la hora de aprobar una ley anti homofobia, o de tener un observatorio contra la homofobia que gestiona los colectivos y que funciona francamente bien entre otras muchas cosas.[/b][/color] [b]Nueva plaza[/b] El nombre de Sonia entrará a partir de mañana en el nomenclador municipal, cuando se inaugure una nueva plaza creada alrededor de la característica glorieta donde la asesinaron. Los movimientos LGTBI han hecho de este punto un espacio de memoria, y ya en 2011 pusieron un cartel casero para recordar a Rescalvo. No fue hasta 2013 cuando el Ayuntamiento dignificó el homenaje con una placa. La explanada dentro del Parque de la Ciutadella que se convierte en Plaza Sonia Rescalvo [b]Treinta años después, hay leyes para facilitar la ocupación de personas trans[/b], pero a la vez han perdido la vergüenza los discursos discriminatorios que alimentan los ataques y agresiones al colectivo LGTBI. De Sonia Rescalvo a Samuel Luiz. Del crimen de la Ciutadella al asesinato del chico homosexual de la Coruña, el julio pasado, hay un hilo conductor, un aviso de que la violencia y el odio a las personas que no forman parte de las mayorías sociales todavía están presentes. "El orgullo y las celebraciones puntuales no pueden hacer olvidar que hay un discurso contra nosotros y que hay que trabajar cada día porque sola la situación no cambiará", sentencia Samsó. [url=https://es.ara.cat/sociedad/treinta-anos-asesinato-transfobico-sonia-continua-sacudiendo-conciencias_1_4139807.html]Fuente[/url]14 VOTOSEntrevista de Jesus Quintero a Oliver Sanchez Riera uno de los naziskins que mato a SoniaSonia rescalvoEDITADO EL 13-03-2022 / 18:49 (EDITADO 1 VEZ)
En la noche el que fuera trans igual ellos ni lo supieron hasta los primeros golpes... pero asumo que cuando pegaron a una mendiga y vieron que era trans, esto quiza pudo salvar la vida de los otros mendigos por que se centrarian en ella.2 VOTOSEikeSH85147Hace 2 años2EDITADO EL 13-03-2022 / 19:09 (EDITADO 1 VEZ)
Hay que condenar cualquier acto discriminatorio, una lastima la verdad.2 VOTOSLightningFarron4218Hace 2 años3
Se nota como estaba el panorama cuando en el propio periódico hablaban de la víctima como "un travesti". Ni se le trató de mujer, ni se habló de una persona trans; era para los medios "un travesti" o "un travestido" como también se le denomina en el texto de la noticia. Mucha desinformación e ignorancia en general sobre las personas trans. Me alegro de que sea un tema que haya mejorado con los años y que cada vez mejora un poco más.2 VOTOSMordred7516Hace 2 años4
2 VOTOSEl entrevistador "Mataste a un travesti" "No te gustan los homosexuales?" Antiguamente y no tan antiguamente un homosexual y un travesti eran lo mismo. Lo sé por familiares, pelis "In & Out" ; "Si eres gay, te vas vestir de mujer? Te vas dedicar al mundo del espectáculo?" Hay muchas pelis y series de los 80, 90 en la que si un hombre si se viste de mujer se piensa que es homosexual. "Tootsie" es otro ejemplo. Gran peli. Muchos gays de esa época famosos se vestían de mujer como Los Morancos (uno no es gay), Javier Gurruchacha, "Contaban Chistes", que es lo típico que te va a decir un familiar o una persona de esa época. Ángel Garó con un ramalazo...y sus chistes. Te van a decir que [b]un hombre homosexual o que cuenta chistes o se viste de mujer[/b], pero que no existe el concepto trans hasta hace muy poco. Recuerdo que hablando con una amiga incluso le dijo a una pareja de chicos gays "quién hace de mujer en la cama?" De esto hace pocos años. Y sobre las lesbianas siempre ha estado el mito de que son "machorras". Mucha gente todavía lo piensa hasta que ven porno, no entra en una discoteca como Arena Aire (con una chica te dejan entrar), o conocen en carne y hueso a una mujer. Por cierto, La Veneno, una famosa trans confundió mucho a la sociedad por lo que estoy viendo en Youtube. "Que si Bibi Anderson y los trans no mujeres, son maricones castrados.." "Maricón!" Su frase típica. Pero era una persona IGNORANTE que sufrió mucho en su pueblo, se fue a Madrid a prostituirse, se hizo famosa, decía que "su homosexualidad la había heredado de un tío suyo" incluso. Claro, en un programa de máxima audiencia en los 90 diciendo "soy un maricón y no lo tengo que ocultar", pues eso también perjudicó a las trans. Y la madre homófoba "hay mariquitas con corbata y está mi HIJO"... Por eso estos skins y la noticia como el entrevistador si hablan de un travesti es como hablar de un homosexual. Hay varias fuentes que dicen que los skins iban en busca de travestis, negros e indigentes. Otras fuentes: Los skins iban en busca de homosexuales , negros e indigentes.@LightningFarronMostrar citaSe nota como estaba el panorama cuando en el propio periódico hablaban de la víctima como "un travesti". Ni se le trató de mujer, ni se habló de una persona trans; era para los medios "un travesti" o "un travestido" como también se le denomina en el texto de la noticia. Mucha desinformación e ignorancia en general sobre las personas trans. Me alegro de que sea un tema que haya mejorado con los años y que cada vez mejora un poco más.