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Foro Cronicas de Andra
Por Shadowj500020546
Hace 2 años / Respuestas: 32 / Lecturas: 273

Chagatai: Camino a Úlan Bator

El puesto comercial del sur, un punto muy valioso para la ciudad de Úlan Bator. La gran parte del comercio circulaba por este mismo lugar gracias a que se usa al rio Yenisey como vía de transporte directo a la gran ciudad santa y sagrada. Sin embargo, son tiempos peligrosos para los comerciantes que se animan a andar por estos precisos lares, pues desde hace unos meses una gran cantidad de asaltadores provenientes de las estepas se estableció en la zona causando todo tipo de estragos tanto para los habitantes de la región como para los viajeros.

El comerció se vio interrumpido, pero los mercaderes aun así buscan hacer dinero, no importándoles si tienen que invertir en seguridad extra para su protección y las de sus mercancías. 

Por el puesto comercial del sur deambulaban unos individuos particulares en lo que parecía la venta de sus servicios de protección. La razón por la que estén en este preciso lugar solo les incumbe a ellos, pero la acción de ser contratados por dinero es la misma. Pues, un importante comerciante de Úlan Bator hizo saber muy bien que requería de unas manos extras para llevar sus bienes hasta la ciudad santa y sagrada.

Aquella gente eran: Angwi (@Amalthus )
Kiyafeti (@Assassins88 )
Chinua (@Esquizofrenia )

Es en las oficinas militares en donde este comerciante vio de cara a estos individuos para explicarles la situación de su nuevo empleo.

Aquel mercader era un yazidi flacucho de un metro setenta, con unos cuernos desgastados y unos colmillos algo cariados, pero con unos ropajes de muy buen ver, hechos de seda con una refinada joyería. A su lado había una mujer de metro ochenta, con unos intensos ojos verdes observando a los individuos que tenía delante, examinándolos y estudiándolos.

[b]-El comerciante[/b]: ¡Pero vaya gente más particular veo ante mis ojos! Algo rara, por cierto, pero mi padre siempre me decía que los más raros son los más fuertes y poderes, así que voy a confiar en su sabiduría. Pero eso ahora no importa. Lo que importa es el por qué los necesito. Mi nombre es Kemal y quiero que me protejan a mí y a mis mercancías hasta Úlan Bator, pues los caminos son muy peligrosos ¿Alguna pregunta? Podemos discutir el salario y los terminos del trabajo, los escucho.
Amalthus7212
Hace 2 años1
Angwi examinó al comerciante y a su acompañante detenidamente. El yazidi parecía viejo pero notó un brillo extraño en su mirada, y su acompañante parecía querer intimidar. Tras ese rápido análisis se fijó en que tenía compañía. Una vulpina de bastante buen ver y otro yazidi obeso completamente desnudo. No podía decir mucho de la vulpina, sin embargo el yazidi era otra historia, ¡¿cómo demonios podía ir tan tranquilo desnudo?! trató de no hacer una mueca de asco, así que como de costumbre actuó calmado y sin reaccionar a lo que había visto pero siempre alerta ante todo. No le gustaba ese tipo, ya lo había decidido.

Sin perder más el tiempo Angwi fue directo al grano: [b]-¿En qué consiste el trabajo y cuáles son las condiciones?[/b]
EDITADO EL 18-01-2022 / 12:26 (EDITADO 1 VEZ)
Esquizofrenia11402Hace 2 años2
Chinua no estaba muy segura de qué estaba haciendo allí, hace tan solo unas horas estaba sin idea de cómo conseguir un poco de dinero ya que parece que los habitantes esta zona habían esparcido rápidamente el rumor de que había una vulpina merodeando, encantando con palabras dulces a inocentes hombres; robándoles sus objetos de valor entre sonrisas y caricias. Esto la había dejado en una situación dónde alejarse de la zona era lo primordial, así que al escuchar rumores sobre mercaderes pagando por protección durante sus viajes le pareció la idea perfecta.

La vulpina permaneció en silencio, interesada por conocer la respuesta a la pregunta realizada por el lycan, además, por el momento prefería no dar un paso en falso y mostrar que su conocimiento sobre esta línea de trabajo era escaso. Observó a sus compañeros, lo cual le dio cierto alivio ya que la escolta del mercader y el lycan intimidaban con su apariencia. Chinua no podía decir lo mismo del hombre obeso, el cuál acaparaba la atención de todos ya que estaba completamente desnudo, ni siquiera Chinua que tenía tanta confianza con su cuerpo era tan audaz como para andar desnuda por ahí, además que el hombre le recordaba a tantos pretendientes que ha tenido que esperaban que una bolsa con monedas les encontraría el amor de su vida... Por otro lado, el hombre desnudo podría ser útil eventualmente, ya que su tamaño seguía siendo considerable, aunque no precisamente por su estatura, por lo cuál sería un buen escudo si se llegara a poner peligrosa esta travesía, al fin y al cabo por esto se contrataba protección: El inminente peligro que suponía recorrer el río Yenisey con valiosa mercancía y Chinua no pretendía salir mal parada en este viaje. Sin embargo, no le parecía buena idea tener a una persona que llamaría la atención tan fácilmente en una expedición que podría verse beneficiada de un bajo perfil.
EDITADO EL 19-01-2022 / 01:15 (EDITADO 1 VEZ)
Shadowj500020546Hace 2 años3
El mercader alzó el brazo para hablar pero antes de que pudiera decir una palabra la mujer de ojos verdes dio un paso y habló con firmeza. Asegurándose de que los presentes vieran el medallón colgado en su cinturón que indicaba que era una militar al servicio de Úlan Bator.

[b]Oficial: El trabajo es muy simple. Nos acompañaran a mí y al comerciante Kemal hasta la ciudad de Úlan Bator al norte. Iremos en una barcaza navegando por el río Yenisey con las mercancías y sin detenernos en absoluto. La única parada que haremos será en el fuerte Ogodei en donde descansaremos y nos acompañará un grupo más grande. En teoría es simple, pues viajar por el rio es mucho más seguro que ir por tierra.

Sobre las condiciones es también sencillo. Que estén presentes todo el tiempo a nuestro lado y asegurando el bienestar de Kemal y sus mercancías por todos los medios posibles. En especial la joyería por sobre todo.

En cuanto a la paga por el trabajo. El sueldo será repartido en tres. Antes de zarpar por el rio se les dará una parte de la paga, la siguiente al llegar al fuerte Ogodei, y lo último en Úlan Bator. Esto para asegurarnos que nos acompañen todo el camino.

¿Alguna pregunta más?
[/b]
Dijo esto último la acompañante del mercader expectante a otra pregunta. 

Kemal por su parte sonrió nervioso de que aquella mujer hubiera tomado la palabra por él y dijo tímidamente detrás de ella.

[b]Comerciante: Y sobre las condiciones del trabajo me gustaría que fuese un ambiente seguro. Espero que den lo mejor de si mismos y llegue a salvo con mis mercancías hasta Úlan Bator.[/b]
Assassins883483Hace 2 años4
No pude frenar un sonoro bostezo, no había prestado mucha atención a lo que los plebeyos habían comentado. Realmente sus asuntos mundanos poco me interesaban. Simplemente quería usar la barca gratuitamente sin llamar la atención.

Miro a los presentes con poco interés. Nada destacable. Había una vulpina y un lycan los cuales tampoco le interesaban mucho. El lycan parecía ser el típico mercenario que contratabas para amenazar a alguien. Eso me recordó a los buenos tiempos, cuando aumenté los impuestos porque quería crear una estatua bañada en oro de mi altísima y grandilocuente persona. 

Otro bostezo, con suerte partían pronto. Me apetecía dormir, no había pegado mucho ojo la noche anterior.
Shadowj500020546Hace 2 años5
Los bostezos más del presente más peculiar se hicieron notables y obvios para todos. En especial la oficial que miró al causante del sonido con mucha severidad.

[b]Oficial: ¿Se puede saber que te aburre tanto? Y además… ¡¿Por qué estas desnudo?! ¿Cómo demonios entraste en primer lugar al puesto comercial?[/b]

La mujer estaba a punto de echarlo a patadas. Como autoridad de Úlan Bator no podía permitir esta indecencia publica, ella se preguntaba como aquella persona que parecía ser un vagabundo había evadido a los guardias para llegar hasta la oficina.

[b]El comerciante: Esta como lo trajeron al mundo[/b] 

Comentó Kemal asombrado.

[b]Oficial: ¡Explicate![/b]

Exigió la mujer desenvainando su cimitarra y apuntando al indecente hombre desnudo.
Amalthus7212
Hace 2 años6
Angwi retrocedió rápidamente y preparó su mano para desenvainar un cuchillo. Si de alguna manera aquello desembocaba en una trifulca a mayor escala tenía que analizar la situación para escapar de ahí sin tener que malgastar esfuerzos, pues empezó a sospechar que todo aquello podría ser una trampa. Si mataba a alguno de los presentes se le echaría encima toda la guarnición del puesto comercial, y aunque seguramente no tendría problema alguno en matarlos a todos usando su máximo potencial en ese supuesto tendría que huir otra vez. Siempre podría venderse como mercenario a esas tribus bárbaras que tantos problemas daban al Imperio, pero eso sería caer muy bajo incluso para él.

Ya se había cansado, no llevaba ni cinco minutos ahí dentro y ya tenía ganas de matar a alguien, todo aquello le empezó a fastidiar de lo lindo y sacó sus malas pulgas. Desenvainó el cuchillo rápidamente y lo clavó en un poste de madera.

-¡SILENCIO! 

Acto seguido se dirigió directamente al gordo. Estaba al borde de perder la compostura y ese grito le ayudó a recuperar un poco de calma, había venido por un trabajo que le permitiera salir de ahí y un obeso que no podía ni verse su propio pene no iba a impedírselo, así que con la poca tranquilidad que le quedaba se dirigió al obeso.

-Mi paciencia se ha acabado antes de entrar por esa puerta. Vuelve a armar un escándalo y serás mi cena de hoy.

Parco en palabras y con una amenaza clara, Angwi mostró sus colmillos. Luego sacó el cuchillo del poste y lo envainó de nuevo en su sitio.
Assassins883483Hace 2 años7
Miro de reojo al mercenario, agito la mano con disgusto. [b]Alguien no se ha lavado los dientes en varios meses.[/b] Una arcada me recorre el cuerpo seguido de un escalofrío. Rápidamente me recompongo como si nada hubiera pasado. [b]Me han amenazado reinos enteros perrito, no creas que me das miedo por manejar un cuchillo afilado.[/b]

Otro bostezo y este más sonoro aún. Una lágrima se me escapa de la potencia de este. Miro sin mucho interés a la oficial y me dirijo al comerciante. 

[b]Vigila el tono, de tu subordinada. La disculparé esta vez, se la ve confusa. No sabe con quien está hablando. [/b]Digo con una voz estridente y chillona. [b]No necesito presentación pero aún así os lo diré. Soy el emperador Kiyafeti y vais a disfrutar de mi presencia por un tiempo. Sentíos alagados. Jojojo. [/b]

Doy unas palmadas y una silla dorada aparece, extiendo la mano y una copa de vino se forma en la palma de mi mano. Bebo con desilusión. [b] Insípido como siempre.[/b] Que tristeza la mía con todos los lujos a mi disposición y los placeres mundanos huyen de mí despavoridos. 

[b]¿Qué ha pasado con la hospitalidad en estos lares? Que alguien me traiga un esclavo. Tengo los hombros cargados por el viaje. Oh y un buen vino de las Dunas Rojas, no entiendo como es posible que el vino más popular de mi imperio esté agotado en todas partes. Malditos borrachos insaciables. [/b] Tiro la copa de vino y esta, junto a su contenido, desaparecen antes de salpicarle a la vulpina.
EDITADO EL 11-02-2022 / 00:09 (EDITADO 1 VEZ)
Esquizofrenia11402Hace 2 años8
La vulpina no mostró reacción ante el vino a punto de salpicarle, al fin y al cabo para ella, y para todos, tales creaciones del emperador no existían, ante sus ojos tenía a un hombre que hablaba mucho y hacía gestos un tanto extraños: Un loco. Sumado a eso, tenía dos personas enfrentándolo de forma hostil y el supuesto emperador no se mostraba ni un tanto perturbado, lo cuál solo la llevaba a pensar que no tenía instinto de supervivencia. 

Sin embargo, Chinua pensó que podía desescalar un poco la situación y echarse unas risas a costa de los desvaríos de aquel hombre que había perdido su juicio de la realidad. 

—¿Y a qué debemos la suerte de tener a un emperador como acompañante? Este parece un trabajo un poco simple para alguien que posee todo un imperio... —dijo con un tono burlón y una sonrisa juguetona.

Chinua esperaba que una pregunta menos conflictiva lo hiciera responder a ésta primero, además que seguramente su respuesta haría a los demás entender que el emperador simplemente estaba desajustado en la cabeza y no le harían daño... Al menos ese era el plan.
Assassins883483Hace 2 años9
Miro a la vulpina y la examino con la mirada. Me acaricio cuidadosamente la barba de la cual carezco. Podría desear una barba y una larga melena, eso me daría un mejor toque... 

[b]Mis asuntos son solo míos. No obstante os esclareceré un poco la situación para evitar confusiones en vuestros cerebros plebeyos.[/b] Digo con júbilo. 

[b]Llamo bastante la atención allá donde voy. Así que vosotros me proporcionáis un transporte... Común. A cambio gozáis de la presencia de una celebridad como la mía. Lo cual también incluye potencia militar que defenderá vuestras mercancías. [/b]Digo dirigiéndome esta vez hacia el mercader. [b]Compartimos un destino. Así que coincidimos en el interés de llegar exitosamente. [/b] 

Vuelvo la vista hacia la guerrera de nuevo. [b]El vino y el esclavo ya deberían estar aquí. Esto es inadmisible. [/b] Golpeo la silla maciza de oro. 

Agito la mano del dolor. Debería pedir una silla más blanda la próxima vez pienso para mí.
Shadowj500020546Hace 2 años10
La temperatura del ambiente bajó de golpe, todos los presentes sintieron frio sin importar que tan abrigados estuvieran en ese momento. La capitana resoplaba molesta como un toro, notándose su aliento debido a la baja temperatura que emanaba de ella. El suelo debajo de ella de inmediato se congeló.

Estaba molesta, inmensamente molesta. Sostenía su arma con firmeza mientras fruncía su ceño, estaba lista para cortar a alguien con su cimitarra, pero de inmediato se calmó. Sabía que enfrentarse a estos individuos en un entorno cerrado como este le saldría mucho muy caro si se dejaba llevar por la rabia, además de que pondría en peligro al comerciante que debía de proteger ¿Qué sería de su nombre si el sujeto al que le debía de dar protección resultaba herido incluso antes de emprender el viaje? 

No obstante, que no atacaría no quería decir que no estuviera molesta. El comerciante notó esto y se alejó un poco hasta la pared algo asustado. La oficial miró a los tres individuos que tenía delante suyo y habló.

Oficial: [b]Si ya no tienen nada que discutir sobre el viaje lo mejor que pueden hacer ahora es salir de la oficina, no tolerare más faltas de respetos en mi lugar de trabajo ni gritos ni jugarretas. Fuera[/b].

Dijo la oficial de manera cortante dándose la vuelta. Pero entonces el mercader intervino.

Comerciante Kemal: [b]Por cierto… la barcaza a Úlan Bator saldrá al atardecer en el pequeño muelle que hay en el rio…[/b]

Dijo algo nervioso levantando la mano.

La oficial lo miró de reojo y suspiró.

Los tres individuos no tardaron en ser echados de la oficina. Ahora estaban en el puesto comercial del sur, el pequeño enclave comercial el cual era primordial para llegar a Úlan Bator. Era un pequeño asentamiento rodeado por murallas de adobe, con varias yurtas grandes funcionando como edificios.

El puesto comercial no llegaba ni siquiera al tamaño de una pequeña aldea, era tan solo un paso obligatorio para los comerciantes. Varios como Kemal se encontraban ahora mismo con sus mercancías, sin embargos estaban varados sin poder avanzar al norte debido a que las escasas fuerzas militares de la ciudad santa y sagrada se los impedían por su propia seguridad. El ambiente era algo tenso, con mucho descontento. 

Había varias yurtas, unas dos que funcionaban como almacenes para mercaderías, una más de índole social que funcionaba como un bar improvisado. Una torre de adobe en la que residían las escasas tropas del puesto comercial. Una yurta más que hacía de establos y pequeñas para descansar en la noche.

Ahora los singulares individuos estaban libres para deambular por el puesto comercial hasta el atardecer. Era medio día.
Assassins883483Hace 2 años11
Me rasco la barriga con desgana. [b]Veo que la educación por esta región es bastante escasa... 
[/b]
Ya tendré una charla con el mercader. No se puede tratar así a alguien de mi estatus. 

Por la posición del sol en en el cielo aún quedan muchas horas para el atardecer. 
[b]Por el cuerno perdido de Arka. ¿Qué puedo hacer hasta el amanecer? [/b] 

Miro hacia los alrededores buscando algún tipo de evento, función, bardo, mendigo al que comprar por comida... 

Después de esto miro unos instantes con desgana al mercenario que osó amenazarme antes. [b]Te daré un consejo joven. Tener carácter y no dejarse pisotear es bueno en tu negocio, pero también lo es saber a quien amenazar y a quien no.[/b] Le digo mientras miro el horizonte y acaricio mi imberbe barbilla.
EDITADO EL 11-02-2022 / 00:24 (EDITADO 1 VEZ)
Amalthus7212
Hace 2 años12
Ese tipo le iba a traer problemas, y a Angwi no le gustaban los problemas.

Llevaba semanas vagando entre campo de batalla y campo de batalla y esa misión era su billete para salir de ese infierno. No le gustaba ese sitio porque si se dedicaba a matar le estaba haciendo el favor a algún señor de la guerra, o peor, al ejército imperial. Si hay algo que no le gusta a Angwi es trabajar gratis sin motivo, pero ese gordo le estaba dando uno en ese preciso instante.

Decidió calmarse y recordar los consejos de su maestro. "Un lobo nunca presume de su piel." Esa frase se le quedó grabada en la cabeza, en su clan siempre prefirieron pasar desapercibidos, pero el trajín de la guerra le empezaba a minar su cordura. Así que hizo caso omiso a las palabras de ese personaje y decidió, ya que tenía a su disposición a un buen número de militares, espiarles para ver qué se estaba cociendo por ahí. Se puso su capucha y buscó por la zona a cualquier pequeña agrupación a ver si podía afinar el oído.
Shadowj500020546Hace 2 años13
Angwi entonces se encontró a pocos pasos un grupo discutiendo, se trataban de dos militares atendiendo las quejas de un mercader, quien gritaba y exigía a todo pulmón, escupiendo toda clase de insultos a cualquier cosa que se le pasase por la cabeza.

Mercader: [b]¡Exijo hablar con quien esté a cargo aquí! ¡Es una estupidez que no podamos ir hasta la ciudad de Úlan Bator! ¡Tengo mercancías que vender! ¡No pueden retenerme aquí y prohibir que avance al norte![/b]

Exclamaba con la cara roja de la ira.

Soldado: [b]Ya se lo dijimos señor, tenemos el problema de los asaltantes, no se puede ir hasta la ciudad. Le llenarían el culo de flechas a usted y su mercancía.[/b] 

Respondió el soldado con una expresión monótona en su rostro. Las quejas de los mercaderes y comerciantes eran cosa de todos los días en el puesto comercial del sur. La soldadesca ya estaba acostumbrada a recibir escupitajos e insultos.

Comerciante:[b] ¡No me interesa! ¡Prefiero tener el cuerpo lleno de flechas que volverme pobre por no vender mis mercancías! ¿Si no las vendo quien se hará responsable? ¿Tu? ¿La capitana Seljuk? ¿El gordo desnudo que esta allá? ¡No sean ridículos!
[/b]

Soldado:[b] Por favor, señor cálmese.[/b]

Comerciante: [b]¡No me voy a calmar! ¡Si no me dejan avanzar con mis mercancías entonces que esa ciudad de mierda sea arrasada por esos asaltantes! Muéranse pobres asquerosos.[/b]

El comerciante iracundo entonces escupió delante del pie del soldado y se retiró pateando arena del suelo. Los guardias no hicieron más que suspirar cansados.

No se respiraba un ambiente de amabilidad en el puesto comercial. La tensión y crispación de los mercaderes por no avanzar al norte se notaba con solo ver sus expresiones de frustración.

El resto de soldados en servicio en aquel momento estaban de guardia en la muralla de adobe o patrullando por el puesto comercial, los que no estaban de servicio en aquel momento se encontraban bebiendo y socializando en el bar.

En cuanto a las actividades recreativas del puesto comercial del sur solo había dos puntos donde pasar el tiempo. El bar ya antes mencionado y la yurta de los mercaderes, en donde generalmente guardaban sus mercancías. Pero que también debido a que muchos de ellos se quedaron varados comenzaron a hacer actividades de entretenimiento como juegos de apuestas y cualquier otra cosa que pudiera generarles algo de diversión, Incluso hasta algunos artistas viajeros danzaban con espadas para recibir un poco de dinero de los adinerados comerciantes.

 Ahora mismo en aquel interior de la yurta una viajera danzaba con dos peligrosas espadas mientras los mercaderes aplaudían y reían. Un espectáculo digno de cualquier persona con poder y posición privilegiada.
EDITADO EL 23-02-2022 / 01:45 (EDITADO 1 VEZ)
Assassins883483Hace 2 años14
Jojojo. Allá donde haya espectáculo el emperador irá a disfrutarlo. Me acomodo donde puedo verlo bien sin ser molestado y alejado de la chusma de baja clase. Creo una silla digna de mis posaderas y siento el trasero. 

Hace tiempo que no me paro a disfrutar de un buen espectáculo espero que no decepcione.
Shadowj500020546Hace 2 años15
Los mercaderes que observaban el espectáculo de la mujer danzarina aplaudieron al ver como Kiyafeti se sentó perfectamente en una silla que a sus ojos era invisibles, incluso algunos silbaron asombrados al ver como un hombre de tal corpulencia era capaz de realizar tal truco sin mostrar esfuerzo o dificultad. Además de que no le dieron muchas vueltas al hecho de que se veía completamente desnudo, pues pensaron que era parte de su truco.

Los mercaderes arrojaron algunas monedas a los pies del hombre desnudo por aquel asombroso despliegue. Todos en la yurta quedaron asombrados, menos la danzarina que le clavo una mirada de muerte. Pues ante sus ojos un obeso exhibicionista venía a robarle público. Molesta se acercó hasta Kiyafeti y furiosa le dijo.

Danzarina: [b]Oye desgraciado, sal de aquí. Este es mi público.[/b]

Mientras, el mercader salió de las oficinas luego de lograr convencer a la oficial Seljuk para contratar a los individuos que ahora estaban dispersos por el puesto comercial. En su rostro tenía una expresión triunfal, una sonrisa que mostraba confianza en sí mismo.

El mercader: [b]Lo hiciste de nuevo Kemal. No hay nada a quien no puedas convencer, no por nada soy el mejor comerciante de esta región.[/b]

Lo dijo con un poco de arrogancia y poca modestia.

Entonces vio a Chinua. La vulpina le llamó la atención por lo que se acercó hasta ella para preguntarle algo que sospechaba en su interior.

El mercader: Discúlpeme señorita vulpina, tengo una duda. Su apariencia me llama la atención, en especial su cabello y sus ojos ¿Tu no pertenecerás a esa familia de vulpinas curanderas?

Preguntó Kemal expectante por la respuesta de Chinua.
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